Mi dulce corazón romance Capítulo 243

Cuánto odiaba Aurelio a Briana cuando vio su herida. ¡La familia Vega, la tenía que destruir absolutamente!

—¡Atrápenla!

A estas alturas, los guardias de seguridad de la zona habían recuperado el sentido común y habían sacado sus armas y se habían adelantado para someter a Briana.

—¡Suéltame, déjame ir! Voy a matar a esta perra, ¡jaja!

Briana se había vuelto loca.

—¡Doctor! ¡Doctor! —gritó Aurelio, y las enfermeras que venían se apresuraron a llevar a Cordelia a la sala de urgencias.

Pronto llegó la policía y se llevó a Briana. Antes de marcharse Aurelio hizo una llamada telefónica al jefe de policía.

—He enviado las pruebas del crimen de Briana a la comisaría, y no quiero volver a ver a esta persona fuera.

—Sí, sí, no se preocupe.

Después de colgar el teléfono, Aurelio se quedó fuera de la consulta, preocupado.

Por la noche, Cordelia iba recuperando poco a poco el sentido común.

—¿Dónde estoy? —murmuró, y sólo recordó que había sido apuñalada por Briana.

—¡Cordelia! —dijo Aurelio.

Al ver que Cordelia abría los ojos y se adelantó para tomar su mano entre las suyas.

—¡Tengo la culpa por no poder protegerte!

—Aurelio...

—El médico ha dicho que, por suerte, tu corazón está un poco más alto de lo normal, así que ese corte no te ha dado en el corazón, y sólo te ha herido las costillas. ¡Sólo tienes que descansar y te recuperarás! —Aurelio le explicó la situación.

Cordelia dio un suspiro de alivio.

—Aurelio, ¡tenía miedo de no volver a verte!

—¡Tonta, yo también!

Aurelio no podía imaginar que, si Cordelia se hubiera muerto así, se habría arrepentido el resto de su vida de haber salido de la sala a buscar los papeles.

—Bueno, no te emociones ahora, y descansa bien. Te compraré lo que quieras, ¡y no te preocupes por nada conmigo! —añadió Aurelio.

Cordelia asintió, y una sonrisa apareció en su pálido rostro.

Tras unos días, Cordelia casi se había recuperado de sus heridas y podía levantarse de la cama y moverse.

Alesya vino a visitarla y se portó muy bien. Le preparó las frutas, lo que a Cordelia le encantó.

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