Mi Esposa Astuta romance Capítulo 33

Lorenzo entornó los ojos mientras ella le miraba a los ojos.

Estaba sentado en el centro, con una mirada ociosa. Con camisa burdeos confeccionada en seda y pantalones negros, cogió el vaso de whisky para dar un sorbo con sus delgados dedos claros. Mientras tragaba, su manzana de Adán subía y bajaba de forma sexy.

—Hola, chica, no te he visto antes. ¿Eres nueva aquí? Lorenzo, mira su máscara de media cara, ¿eso es lo que pides? Te encanta darle un sentido de misterio, ¿eh? Apuesto a que te has gastado mucho en ella para que esté en la lista de las chicas más buscadas de aquí —un hombre de mediana edad la miraba con ardiente deseo. Impulsado por la lujuria, no pudo evitar tragar saliva.

Isaac frunció el ceño y echó una mirada a Lorenzo, que también estaba en silencio. Como Lorenzo le respondió entonces con un contacto visual, se apresuró a rellenar su vaso de whisky.

¿Qué está haciendo? ¿Intentar hacerse el interesante? Vamos, ¿así es como discutes con tu novia? ¿Quedarse callado y no hacer nada? Es realmente difícil de decir'. se quejó Isaac para sí mismo.

—Oye, sé que puedes ser nuevo aquí. Pero, ¿no has aprendido a servir a tus invitados del gerente? ¿Por qué te quedas parado? Ven aquí —Como Isaac había sido aventurero, empezó a hacer una broma para desafiar a Lorenzo.

—Oye, cariño, no te asustes. Sé que Lorenzo parece demasiado genial para tener una charla. Ven aquí, tengo un asiento para ti a mi lado. Mira tu piel, debe ser suave como la de un bebé. Oye, quítate la máscara y muéstranos tu cara. Apuesto a que tienes que ser jodidamente seductora —aquel hombre obeso de mediana edad no pudo evitar emocionarse por su belleza.

—¡Quita tu mano de encima! Yo no trabajo aquí. Ese gerente cometió un error —Camila apartó su mano a tientas.

—¡Oye, aunque no trabajes aquí, ahora tienes que hacerlo! No puedes permitirte ofender a nadie dentro de esta sala. Ya que has entrado, ¡quédate! —mientras hablaba, el hombre la agarró del brazo para arrastrarla al interior.

En realidad, no le costaría demasiado luchar contra un hombre así. Sin embargo, era consciente de que, como amigo de Lorenzo, ese tipo debía ser difícil de tratar.

Por supuesto, había reconocido a Isaac nada más entrar. Ella sabía lo que él estaba planeando al decir eso. Sólo intentaba hacer una broma y, obviamente, ni siquiera la tocaría.

Sin embargo, esos tipos que no sabían nada de eso se dejaban llevar totalmente por la lujuria.

—Oye, cariño, ¡apuesto a que debes ser la más guapa de todas en esta sala! ¿Para qué es esa máscara? ¡Qué desperdicio mantenerla cubriendo tu bonita cara! ¡Quítatela! Estamos hambrientos de un beso! —algunos de ellos empezaron a silbar y a coquetear.

A Camila le encantaba el traje de estilo oficinista. Así que hoy llevaba una blusa de seda negra, una falda hasta la rodilla y unos tacones. Se enroscaba el pelo con una horquilla. Su rostro estaba cubierto bajo una media máscara, que dejaba ver perfectamente parte de su deslumbrante cara. Tenía un aspecto singularmente atractivo y brillaba con una sensación de misterio.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Esposa Astuta