Mi mate es una guardiana romance Capítulo 34

Maratón 2/3

Sin darme cuenta estoy en la cama ha costado y Eduardo sobre mí, pero sin aplastarme, con una mano recorre mi cuerpo, sus besos bajan hasta mi cuello hasta donde tengo la marca, se me sale un gemido.

Eduardo - por lo que escucho lo estas disfrutando.

Yo solo muevo la cabeza, no me salen las palabras, Eduardo mete la mano de bajo de mi blusa, sube despacio hasta mis senos los acaricia suavemente, muerdo mi labio inferior para aguantar un gemido.

Me doy vuelta quedó encima de él, le agarro sus manos y la subo hasta arriba de su cabeza, con un mano sujeto sus manos, con la otra deslizó al borde de la camisa para quitársela y acariciarle su abdomen.

Ara - no te muevas

Eduardo – okey

Voy dejando unos rastros de besos por todo su pecho, voy bajando despacio hasta llegar hasta su pantalón, le quito el cinturón, luego le desabrocho el pantalón bajo el cierre despacio.

Le retiro los pantalones dejándolo en bóxer, puedo ver su miembro bien erecto ahora le quito el bóxer, meto su miembro a mi boca para hacerle sexo oral, lo escucho gemir, chupo, muerdo sin las timarlo, con su miembro en mi boca jugaba de arriba hacia abajo. Escucho como Eduardo gime de placer y su cuerpo se estremece sintiendo placer.

Eduardo - Ara...... - jadeo sigo con los movimientos de arriba hacia abajo aceleró los movimientos.

Eduardo - me voy a venir…. - segundos después Eduardo llegó al clímax, dentro de mi boca, me levanto del piso.

Ara - ¿te gusto?

Eduardo - me encanto, ahora te toca a ti

Ara - mejor lo dejamos para mañana mi amor, ya es tarde no quiero que sospechen y mucho menos que te hagan daño.

Eduardo - te escapaste esta vez, pero mañana no, no por mucho tiempo, pronto iré por ti mi amor, no voy a dejar que te haga daño

Ara - lo sé - le sonrió - él sabe que estuve contigo, nos vemos mañana mi amor - Le doy un beso corto y salgo de la cabaña.

Camino de regreso hasta el castillo de Elijah, tengo que ver la manera de escapar de ahí y que se acabe todo esto de una vez por todas.

Llegue al castillo camino para entrar a la puerta y escucho una voz nada agradable.

Yolanda - ¿dónde andabas zorra? - me volteo

Ara - recuerda que tú eres la zorra eso nadie te lo quita, yo no tengo por qué darte explicaciones y mucho menos a ti.

Elijah - a mi si - vine hacia mí

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