Mi mate es una guardiana romance Capítulo 53

Después de un rato de hablar con Tom se fue de la casa de Eduardo para que yo descanse un poco.

Estoy a costada en la cama cuando tocan la puerta.

Ara - pase

Se abre la puerta dejando ver a Eduardo con una charola de comida, así que me levanto para ayudar lo.

Eduardo - ni se te ocurra levantarte mi luna

Ara - pero quiero ayudarte

Eduardo - te lo agradezco, pero puedo

Ara - me puedes llevar a la ciudad para despedirme de mis amigas

Eduardo - Claro o quieres que Axel vaya por ellas y las traiga aquí

Ara - estaría bien, pero hay un problema

Eduardo - ¿cuál?

Ara - ellas son humanas, se pueden espantar

Eduardo - eso sí, pero si confías en ellas le puedo mostrar lo que somos

Ara - Claro que si confío en ellas

Eduardo - ok, pues termina de comer y yo le voy a decir a Axel que vaya por ellas

Ara - gracias, se llaman Mia y sol

Eduardo - ok, ahorita le dijo a Axel

Ara - ¿tú no vas a comer?

Eduardo - si ahorita que tu termines

Me son ríe y tomo la cuchara le doy un poco de mi comida, el abre la boca empieza a comer.

En la misma cuchara también como, hasta terminar la comida, pero me entró un antojo.

Ara - gracias Eduardo, pero tengo un antojo

Eduardo - dime lo que tú quieras y mi bebé

Ara - quiero un bote de helado y gomitas con chamoy

Eduardo - ok, lo voy a encargar a Axel ya que va por tus amigas

Ara - ah ya que va a la cafetería quiero una rebanada de pastel

Eduardo – okey.

Toma la charola y me da un beso en la frente, yo le sonrió, el sale de la habitación, pero ya me siento mejor así que me levanto de la cama.

Salgo de la habitación, bajo las escaleras con mucho cuidado no quiero caerme, bajo la última escalera cuando una voz me espanta

Cris - ¡¡¡Ara!!! _ grita y me espanto, la miro no sé quién es, ella me abraza muy feliz y contenta.

Ara - ¿perdón te conozco?

Cris - ya no te acuerdas de mi - le iba a contestar cuando Eduardo habla.

Eduardo - no y no sé acuerda de ninguno de nosotros por el golpe en su cabeza

Cris - oh, lo siento mucho tu yo éramos amigas

Ara - así, ¿qué hacía yo antes?

Cris - trabajabas aquí con la limpieza de la casa cuando no estabas de guardiana.

Ara - ¿de qué?

Eduardo - ven mi luna para que te explique

Me agarra de la mano y salimos de la casa, caminamos afuera de la casa, las personas nos hacen una reverencia.

Ara - ¿eso por qué?

Eduardo - porque soy Alpha de esta manada y tú eres mi luna en tu vientre llevas la o el futuro Alpha de esta manada

Ara - ¿así que era guardiana?

Eduardo - si y una de las mejores

Mientras Eduardo y yo íbamos platicando cuando escucho unos aullidos le aprieto la mano a Eduardo.

Ara - ¿qué fu eso?

Eduardo - mira a ya.

Me señalada con el dedo veo dos lobos peleando y alrededor de él hay varias personas, sin pensarlo corro para ayudar solo a lo lejos escucho a Eduardo hablar.

Eduardo - ¡¡Ara espera!!

Llegó lo más rápido hasta dónde están y me pongo en Imedio de los dos lobos para detener la pelea, pero ninguno de los dos iba a darse por vencido.

Ara - no pelen por favor

Hombre - señorita mejor quítese

Solo escucho unos gruñidos y agachó la cabeza esperando lo trágico, pero solo escucho un fuerte gruñido así que alzo la cabeza.

Me quedo en shock al ver a otro lobo, pero este es mucho más grande que los dos lobos, este se pone en frente de mí y le miró a los ojos.

Espera eso ojos se me hacen familia y todos mis recuerdos reprimidos aparecen con un fuerte dolor de cabeza horrible que me hace gritar.

Ara - mi cabeza duele - me la agarro, todos mis recuerdos se hacen presente, el dolor de cabeza se calmó.

Leo - ¿todos váyanse, ¿mi luna estas bien?

Alzo la vista y miró a leo el lobo de Eduardo.

Ara - si leo - le acaricio la cara.

Leo - ¿cómo sabes mi nombre?, espera tu...

Ara - si ya recordé todo - de repente Eduardo regresa en su forma humana y me abraza.

Eduardo - mi amor

Ara - si - lo abrazo con fuerza

Eduardo - te extrañe mi amor

Ara - yo también mi amor

Me separó un poco de él y le beso Eduardo me responde el beso con mucho amor.

Eduardo - necesito vestirme no quiero que las visitas me vean así - le sonrió.

Ara - Claro que no, vamos.

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