Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 11

Me despierto por la alarma de un celular que no es el mío porque es demasiado molesta como para serlo. Me remuevo en la cama pensando que mi cabeza duele demasiado, como si tuviera resaca, pero es imposible porque no he bebido desde hace mucho.

Abro los ojos con sorpresa cuando me doy cuenta de que esta no es mi cama. Me siento un poco confundida y desorientada al principio, pero después recuerdo todo lo que pasó anoche y vuelvo a cerrar los ojos.

Dios, fue una noche muy intensa.

Busco con mis ojos el origen de ese horrible despertador que es una mezcla entre un gallo y una mala canción de los ochenta. Ese tono no debe ser de nadie más que de Bren.

Encuentro su celular, que estaba en la mesa de noche junto con la comida que me dijo que me iba a traer pero que nunca comí, y apago la alarma. Miro a mi alrededor buscando al dueño del celular, pero Bren no durmió aquí anoche, si es que durmió. Supongo que esperó a que me quedara dormida y después se fue.

No escucho ruido en la casa así que supongo que los invitados de Bren de anoche o se fueron o están durmiendo. Me levanto de la cama y veo la comida. Tengo tanta hambre que podría comerme hasta una vaca, sin bromear. Tomo el jugo de naranja de un sorbo y las galletas me las como una a una un poco más lento. Debo agradecerle mucho a Bren por todo lo que ha hecho por mí.

Pienso que lo mejor que puedo hacer ahora es buscar a Bren, solo espero no encontrarlo borracho y tirado en el suelo por todo lo que pasó anoche. Ya me siento suficientemente culpable como para eso.

Lo encuentro en el primer lugar en donde lo busco, en la habitación de sus padres. Está durmiendo con la boca abierta y podría jurar que hay un charco de baba en la almohada. Pienso en sacarle una foto, pero recuerdo que dejé el celular en casa porque no quería que nadie me buscara.

Nadie aparte de Bren, claro.

Me siento en la cama junto a él con cuidado y lo miro con una sonrisa. Bren es guapo, siempre lo ha sido, pero esa nunca fue la razón por la que me enamoré de él. Somos muy parecidos en algunos aspectos y eso me reconforta. Es difícil de explicar, pero me gusta cómo se siente estar con él y siempre ha sido así.

Las ganas de recostarme a su lado y dormir con él son fuertes, pero tengo que resistir. No puedo hacerle eso. No quiero darle la idea equivocada, aunque ahora dudo que él quiera estar conmigo de la forma en la que quería anoche. No sabiendo que estoy embarazada. Lo único que me atrevo a hacer es acariciar su cabello y un poco su mejilla. Se siente bien.

Siento como se remueve en la cama y se va despertando de a poco y yo quito mi mano. Abre un poco sus ojos y me sonríe.

-Lo siento, no quería despertarte- me disculpo.

-Tranquila, era eso o iba a dormir toda la tarde- me dice con una sonrisa en la cara.

Su comentario me hace reír un poco. Bren se sienta en la cama haciendo que quedemos uno frente al otro y mi corazón se acelera al notar lo lindo que se ve con el cabello desordenado y con cara de sueño.

- ¿Y cómo durmieron ustedes? - me dice Bren poniendo una mano sobre mi estómago que quita de inmediato al ver mi expresión de sorpresa- Perdón, no debí hacer eso.

-No, no te preocupes- le digo tomando su mano con ternura- No es eso. Es solo que nadie nunca había hecho eso. Ni siquiera yo lo hago muy seguido.

-Pues deberías, hay un bebé creciendo allí dentro que de seguro le debe gustar que su mamá le haga cariño.

Río nerviosa porque nadie nunca me había tratado de mamá. Solo yo misma en mis pensamientos, pero eso no cuenta mucho.

-No soy muy buena aceptando que hay un bebé dentro de mí- pongo una mueca de incomodidad. Soy la peor mamá del mundo- No suelo hablarle, ni nada de esas cosas que se supone que debería hacer.

-Déjamelo a mí- dice acercándose más a mí- Tengo experiencia en estas cosas. Tengo cuatro tres hermanos pequeños y una en camino.

No me da tiempo a decirle nada antes de que tenga una de sus manos en mi estómago. Siento un pequeño calor en ese sector que hace que se me erice el vello de mis brazos. Bren me acaricia, bueno creo que, al bebé, solo unos segundos antes de acercar su cara a mi estómago.

Se ve muy chistoso, pero a la vez adorable.

-Hola, tú- dice con voz amigable- Soy tu tío Bren, amigo de tu mami. Solo te aviso porque vas a escuchar mucho mi voz porque no pienso dejar a tu mami sola en esto. Al menos hasta que encontremos la forma de decirle a tu papi que vienes en camino. Cambio y fuera.

Se aleja de mi estómago y quedamos cara a cara. Las ganas de darle un beso son muchas y veo en su expresión que le pasa lo mismo, pero no hacemos nada al respecto. Simplemente no podemos.

No entendía cuando la gente decía que se querían pero que no podían estar juntos. Siempre he pensado que cuando ambos se quieres están juntos y que no es más complicado que eso. Pues, hay casos en los que no es así. El mío y de Bren, por ejemplo.

-Anoche tuviste unos dolores muy feos, Cass- dice con tono de preocupación- No son normales.

-Lo sé, los tengo cada vez que me altero.

- ¿Has ido al médico?

-No, mi primera cita es en un par de días- digo tratando de recordar la fecha- Ahí supongo que le diré y espero que no sea grave.

- ¿Piensas ir sola?

-Claro, no tengo con quien ir.

-Me tienes a mí, tonta- me dice riendo- Si quieres que te acompañe, lo haré con gusto. Además, no quiero que te enfrentes a esas cosas sola. Puede que necesites a tu fuerte Bren para que te sostenga.

Río porque el modo en que lo dice es gracioso, como si fuera un superhéroe. Tal vez lo sea, ¿quién sabe? Hasta ahora me ha salvado de todo y me quiere salvar de una más.

¿Qué tan malo es que quiera que Bren me acompañe? Definitivamente no quiero ir sola y tiene razón, voy a necesitar a alguien que me sostenga y él es el único que puede hacerlo.

-Si, voy a necesitar al fuerte Bren a mi lado ese día- le respondo entre risas- Gracias por todo, Bren.

-Hey, no tienes nada que agradecer, estoy aquí para ti y para el bebé.

-Me gusta llamarlo invasor.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)