Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 12

Hoy es mi primera cita con el médico y estoy nerviosa. No puedo dejar de comerme las uñas de mis manos y mirar hacia todas las mujeres embarazadas que hay en este lugar, aunque la mayoría ya tiene sus buenos meses y tienen un estómago enorme.

Al menos tengo a Bren a mi lado que parece divertido jugando con un niño de unos tres o cuatro años que se nos acercó a saludar mientras su mamá lo vigila del otro lado de la sala de espera. Ella debe tener unos cinco meses de embarazo porque su vientre no es tan abultado como los demás.

Todo lo que puedo pensar ahora es que eso me va a pasar a mí y me estoy volviendo loca. También me enloquece un poco el hecho de que vaya a escuchar y ver a mi bebé. Lo va a hacer más real cosa que no ha sido mucho así aún.

- ¿No crees que ya se están demorando mucho? - le pregunto a Bren que le hace caras divertidas al niño- Creo que deberíamos irnos, ya no nos van a atender.

-Deja de buscar excusas para irte, Cassie- me dice Bren entre risas y sin dejar de mirar al niño- Ya nos atenderán. Tenemos que hablar con esa doctora sobre los dolores. Créeme que no es tan normal como tú crees.

-Busqué en internet y decía que era porque mi útero se está haciendo más grande.

-Si, pero no creo que se agrande cada vez que te estresas.

Ruedo los ojos y vuelvo a mirar cada vientre enorme que hay a mi alrededor. No me imagino así, en absoluto, pero creo que no podré escapar de esa parte del embarazo.

Una de las secretarias que están en el mesón de informaciones recibe un papel de otra de las secretarias. Ella, quien es la que habla por altavoz, dice de forma aburrida y monótona:

-Acacia Baker, pase con la doctora Rogan.

Miro a Bren con miedo. Él me da una media sonrisa y comienzo a caminar junto a él hacia el interior de las oficinas de atención. Intento ignorar la mirada atenta de todas las mujeres que hay a mi alrededor. Bueno, de todas menos la mamá del niño. Ella solo mira a Bren.

Darme cuenta de eso me hace notar que las enfermeras y las secretarias que nos miran solo lo miran a Bren. Tal vez por eso nos miren todos y no es porque creen que somos muy jóvenes para ser padres porque obvio que piensan que Bren es el padre cuando no lo es. Solo está siendo un buen amigo y no me está dejando sola en esto como pensé que iba a estarlo.

Escucho como una enfermera suspira cuando pasamos a su lado. ¿Qué edad tienen estas chicas? ¿Doce? De lo que estoy segura es que son demasiado mayores para estar suspirando por un chico de diecisiete años.

Nos detenemos frente a la puerta que dice "Dra. Jessalyn Rogan."

-Deberíamos tocar la puerta- me dice Bren.

-Si, debiésemos- le digo y lo miro con el ceño fruncido- ¿Qué estás esperando?

- ¿Quieres que lo haga yo? - pregunta sorprendido.

- ¡Pues sí, tú fuiste el de la idea!

-Eres una niña, Cass- me dice riendo mientras toca la puerta de manera suave.

Se escucha un pequeño y agudo "pase", lo que hace que Bren abra la puerta y yo me quede paralizada en el exterior. Bren me mira con el ceño fruncido y con su ayuda puedo entrar.

Me encuentro con una chica muy joven. No debe sobrepasar los treinta años. Tiene el cabello castaño oscuro liso y muy largo. Unos ojos marrones pequeños y un poco achinados. Es linda y me alegra que me esté mirando a mí y no a Bren.

- ¡Tú debes ser Acacia! - exclama ella con emoción.

-Esa soy yo- le digo en un susurro apenas audible.

Me siento nerviosa y un poco avergonzada. No estoy en la situación más cómoda del mundo.

-Y tú debes ser el padre- le dice mirando a Bren.

-Oh, no- le dice él entre risas- Yo solo soy amigo de Cassie.

-El papá del bebé está en la milicia- me apresuro a decir para no quedar como una madre soltera, aunque eso parece que soy hasta que Tony diga lo contrario- Bren solo me está haciendo compañía.

-Pues déjame enviarle un mensaje a las enfermeras para que puedan derretirse por este inocente chico libre de culpa- ríe y también lo hace Bren, pero yo me quedo seria.

No, no estoy celosa si eso es lo que están pensando. Solo no quiero que otras chicas tengan fantasías con mi amigo.

¿A quién engaño? Si estoy celosa.

-Vengan chicos, les haré un par de preguntas.

Bren y yo nos sentamos frente a la doctora y nos comienza a hacer preguntas como cuanto tiempo tenía de embarazo, el nombre del padre, si tenía alguna enfermedad hereditaria... cosas por el estilo.

Luego, me hace sentarme en la camilla junto a un aparato muy extraño con un televisor en él. Hace que me levante mi playera y pone un gel extraño y frío en mi estómago.

-Puede que sea molesto al principio, pero después te vas a acostumbrar- me dice la doctora, que, a pesar de su broma con Bren, me cae muy bien.

Pasa una cosa extraña por el gel y se forma la imagen en la pantalla. Intento distinguir algo, pero es un poco difícil. Al menos yo solo veo un montón de manchas.

-Hola, pequeño o pequeña- dice la doctora con entusiasmo- Pues parece que está perfecto y se está desarrollando muy bien.

- ¿Segura? - pregunto con extrañeza- Yo no veo nada allí.

- ¿Cómo no? - pregunta Bren- Se ve claro que ahí está la cabeza- apunta el monitor.

-Yo no veo nada- le digo agudizando la vista para poder notar algo, pero nada.

-Creo que necesitas lentes.

-Y yo creo que soy la peor madre del mundo.

-Hey, no digas eso, Acacia- me dice la doctora- Es normal. Yo cuando estaba embarazada tampoco veía nada y mi novio era el único que veía cosas coherentes.

-Poderes de hombres- dice Bren con orgullo y egocentrismo.

Golpeo un poco el brazo de Bren mientras él ríe. Me detengo cuando comienzo a escuchar el sonido del latido del corazón de mi bebé. Bren también deja de reír cuando lo escucha y ambos nos quedamos mirando la pantalla como si nos estuviera diciendo algo.

Dios, creo que voy a llorar. Es uno de los sonidos más bellos que he escuchado.

La doctora mueve un poco más el aparato por la zona de mi estómago y frunce el ceño. De inmediato Bren y yo nos ponemos tensos.

- ¿Todo bien? - pregunto un poco nerviosa.

-Si, es solo que tu bebé es algo pequeño- dice ella y Bren toma mi mano que gustosa se la doy- Debería estar midiendo unos tres centímetros y medio, pero solo mide dos y medio.

-Es solo un centímetro- le digo aun estando nerviosa- No creo que sea muy importante, ¿verdad?

-Aun no es algo por lo que tengamos que preocuparnos. Solo intenta comer más y de manera saludable. Te daré vitaminas y las indicaciones anotadas en una hoja- dice ella mientras se aleja de la camilla después de entregarme algo con lo que limpiarme- En respuesta a lo que me preguntaste antes sobre los dolores punzantes, solo tienes que relajarte y no estresarte ni esforzarte más de lo necesario. En eso espero que ayudes tú, Brennan.

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