Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 9

Camino hasta llegar a la casa de Mack. Sam me recibe con una sonrisa y un libro en la mano. No me fijo que libro es. A ella le gustan esos libros juveniles que todos critican, pero a ella no le importa. Siempre dice que lo importante es leer.

Quedo sorprendida cuando están todos sentados en la mesa y cuando digo todos, es todos. Menos Tony, claro.

Mamá me mira con aprobación cuando se da cuenta que estoy usando el vestido que ella me regaló, la señora Knight me mira con dulzura como siempre, Robbie me mira con extrañeza al igual que Mack. Sam apenas me mira porque está con su celular ahora enviando un mensaje con una sonrisa en la cara.

- ¿Acaso tengo monos en la cara que todos me están mirando? - digo al tiempo que me siento en la mesa.

Mack y Robbie ríen de mi pregunta y mamá me mira con mala cara. Todos conversan de cosas triviales que poco me importan mientras comemos puré de patatas con carne de cerdo. Disfruto el almuerzo porque mi hermano no cocina tan bien como la señora Knight.

Con Mack comentamos de la fiesta de Bren y pedimos permiso para ir a lo que mamá, sorpresivamente, me deja ir sin poner problemas como siempre lo hace. La miro con extrañeza, pero ella solo mira a mi hermano con disgusto. Seguramente discutieron de nuevo y por eso está tan permisiva conmigo.

Debería aprovechar esta oportunidad.

-Mamá- le llamo la atención sin dejar de mirar mi comida- Estaba pensando en conseguir un trabajo.

Todos se quedan en silencio cuando me escuchan decir eso. Solo siento la mirada punzante de Robbie que me mira con enojo.

-No me parece mala idea- me dice mamá también con sorpresa.

-Encontré un local de helados donde podría trabajar, pero necesito que firmes un permiso porque tengo quince años.

-Con tal de que no me molestes más con el dinero todo, claro. Iremos a firmarlo después del almuerzo.

- ¡Genial! - le digo con emoción.

Puede que las razones por las que mamá me da permiso sean un poco egoístas, pero eso en este momento no me importa en absoluto. Tengo permiso para ir a trabajar y las cosas comienzan a salir un poco mejor.

Aun así, siento el enojo de Robbie. No dice nada, pero sé que está molesto. No me va a creer cuando le prometa que no dejaré de lado los estudios, pero él no está aquí cuando estemos en clase. De hecho, se va de vuelta a la universidad en dos días.

- ¿No crees que es una mala idea, mamá? - le dice Robbie cuando su enojo ya no puede pasar inadvertido.

-Si tu hermana quiere hacerse responsable de sus gastos, me parece más que perfecto, Robert.

-Tiene quince años. A esa edad de lo único que tendría que preocuparse es de sus calificaciones en la escuela.

-Ya no soy una niña, Rob- le digo molesta. No quiero que arruine la posibilidad de poder trabajar- El trabajo será después de clase así que no tendría problemas con la escuela.

-Tienes que estudiar.

-Puedo hacer ambas.

-No, Cass. No puedes hacer ambas cosas porque, aunque no quieras admitirlo, sigues siendo una niña.

- ¡No soy una niña, Robbie!

Si, mi hermano mayor tiene razón. Soy una niña, pero a pesar de eso estoy embarazada y por eso tengo que empezar a tomar algunas responsabilidades.

Miro mal a mi hermano y él no quita la mirada de mí. Me duele que Robbie no me crea capaz de estudiar y trabajar al mismo tiempo. Sé que no es lo ideal, pero lo necesito. Si solo él supiera la razón...

-Tienes que dejar que Cassie tome sus propias decisiones, Robert- le dice Mack sin mirar a mi hermano- Si se equivoca, va a aprender.

-No te metas, Mackenzie- le dice Robbie enojado- No tienes derecho a decir nada en esto. Tú no eres nadie en esta conversación.

Pero lo que no sabe es que con esa palabra acaba de sacar el enojo de Mackenzie Knight. Los ojos de mi amiga están brillando por el enojo. Parece como si pudiera sacar fuego de todas las partes de su cuerpo.

Robbie se da cuenta del error que ha cometido en el minuto en que Mack lo mira como si quisiera matarlo. Además de mí y sus hermanos, Robbie es quien más conoce a mi mejor amiga.

-Al menos yo apoyo a mi amiga cuando tiene proyectos de ser independiente y no volverse una hija de mami como su maldito hermano mayor- dice Mack con todo el veneno del mundo- Al menos ella vive su vida como quiere y no sobrepone los deseos de su madre sobre los suyos.

Todos estamos sorprendidos, pero no por las palabras de Mack, sino que por la forma en la que lo dice.

-Cassie al menos es valiente. Tú, Robert, eres un cobarde que no puede hacerle frente a su madre por lo que más quiere. - dice Mack sin poder detenerse- Maldito y estúpido cobarde. No tienes los huevos ni para trabajar ya que todo el dinero te lo manda tu mamá. Al menos Cassie si las tiene.

Todos nos quedamos en silencio unos segundos porque no sabemos cómo reaccionar. Veo a mi amiga con sorpresa. Ella puede ser muy rebelde y loca muchas veces, pero no suele perder el control de esa manera. No me imagino todo el tiempo que se estuvo guardando esos sentimientos hacia mi hermano.

Tengo sentimientos encontrados. No puedo apoyar a ninguno de los dos y además todo esto empezó por mi culpa.

La persona que rompe este horrible silencio es la mamá de Mack:

-Mackenzie Knight- dice ella casi roja de la furia- Sube a tu habitación ahora. ¡Estás castigada!

-Me vale estar castigada- dice Mack antes de pararse e irse.

Intento levantarme de la mesa para ir a ver como esta Mack, pero mamá me da una mala mirada que me dice que me quede quieta y, aunque no lo quiera, por primera vez le hago caso. No es que de pronto me haya convertido en Robbie, pero de verdad necesito ese permiso para trabajar.

Miro de reojo a Robbie y está con la cabeza baja y mirando concentrado su plato y de vez en cuando remueve un poco la comida con el tenedor.

La comida transcurre en silencio. Cuando nos estamos yendo mamá, Robbie y yo, la señora Knight nos pide disculpas por la actitud de su hija. Mamá dice que no hay problema, que entiende lo que es tener a una hija rebelde y finalmente nos vamos.

Al menos mamá no se olvida de lo del permiso porque apenas nos vamos de la casa de Mack, ella nos lleva a Robbie y a mí para poder recibir mi permiso para trabajar. Entre reclamos y peleas de Robbie, consigo mi permiso y con felicidad me devuelvo a casa.

No fue el mejor día, pero al menos he conseguido algo importante... por fin puedo trabajar y conseguir un poco de dinero para salir adelante.

...

Al día siguiente voy a dejar el permiso para poder trabajar y el abuelo, que se llama Phillipe Daniels, lo acepta con una sonrisa y nos ponemos de acuerdo con que empezaré a trabajar junto cuando entre a clases en una semana más y mi horario sería los días de semana de cinco a ocho de la noche, los fines de semana de las una de la tarde a las ocho de la noche y un día libre a la semana y uno al mes será un domingo.

Me devuelvo feliz a casa, pero mi felicidad termina cuando entro y solo escucho gritos. Mamá y Robbie están peleando, pero no de una buena y sana manera. No. Incluso, creo escuchar a mamá tirando un florero de vidrio al suelo y quebrarse.

Entro a la cocina que es donde mamá y Robbie están. Jamás en la vida había visto a mamá tan enojada y eso que yo puedo sacarla mucho de quicio.

- ¡Acacia, vete a tu habitación! - me grita mamá estando roja de furia- Esto no es contigo, por primera vez.

Alzo las manos en señal de paz y sin decir palabras me voy a mi habitación. Cuando estoy ahí, los gritos se vuelven un poco insoportables así que me pongo los audífonos. Le mandó un mensaje a Bren diciéndole que no podré ir a su fiesta porque en mi casa no está muy bueno en el ambiente. Además, creo que si dejo a mamá con Robbie lo va a matar.

Cuando son las once de la noche y pienso en prepararme para ir a dormir, siento pasos que vienen a mi habitación y es Robbie, quien entra con una maleta que parece llena de sus cosas.

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