Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 13

Miré mi reloj, era casi medio día, el personal estará buscando la hora de comer más bien. Igual tenía hambre, y me sentía nerviosa porque no sé cómo actuaría Nicky ahora que volví. No sé si estará enojado o si me despedirá. Se supone que estaba a prueba y es donde mejor me debo de portar. Pero hice algo mal hoy, solo espero no sufrir las consecuencias.

Cuando llegué al ascensor las puertas se abrieron, de él salió Kyle.

—¡Alis! —se acercó a mi, al parecer iba dispuesta a almorzar.

—Kyle, ¿el señor Chance sigue en su oficina?

Ella dudó un poco.

—No, de hecho acaba de bajar hace cinco minutos hacia la cafetería de la empresa a almorzar algo. ¿Quieres ir conmigo?

Dudé un poco, quizás podría hablar con Nicky y disculparme en la cafetería.

—Está bien, vamos —las dos avanzamos por un pasillo por el cual no había venido antes. Era largo y al final se podía apreciar un salón abierto. Tenía ventanas de vidrio dejando ver las afueras, a un pequeño jardín con césped muy verde. Las mesas estaban a una cierta distancia de la otra, todo se miraba perfectamente ordenado y limpio. La mayoría estaba ahí, almorzando y platicando después de una mañana de trabajo. Olía bien, olía a comida.

—¿Y? Cuárteme cómo te fue con Mate —sonrió de lado— Eres muy afortunada.

Las dos nos sentamos en una mesa cerca de unas plantas, estábamos al fondo. Con la mirada buscaba a Nicky, éste estaba del otro extremo de la cafetería. Pero no estaba solo, había una mujer con él. Ese pelo, ese porte, yo la conozco. Es Sabrina. En el fondo sentí un poco de enojo porque Nicky sonreía con ella.

—¿Alis? —Kyle tronó los dedos frente a mi para que le pusiera atención.

—¿Si? Discúlpame —parpadeé varias veces y me concentré en el menú. Ahorita no me podía dar el lujo de comprar cosas cara, aún ni tenía mi primer sueldo. Lo que estaba en la carta era muy costoso, al menos para mí lo era. Moría de vergüenza con Kyle.

—Te pregunté que qué tal te fue con Mate —rodó sus ojos. Ella hoy usaba un vestido elegante que se adhería a su cuerpo en color rojo intenso, zapatos de tacón negros y su pelo iba suelto, era largo y bonito. Kyle era muy elegante y muy bonita también.

—Bien, me mostró algunas cosas de su empresa. Nada importante —me encogí de hombros restándole importancia. Se me hacía agua la boca con todo lo que leía.

—Es tan guapo —suspiró. La miré mal— Es decir, no como el señor Nicky pero... ¡agh! No sé qué tienen estos hombres —bromeó.

La mesera llegó a nuestra mesa para pedir la orden. Yo ni siquiera sabía qué pediría. Kyle habló algo extraño, algún platillo exótico pidió.

—¿Qué pedirás, Alis?

—Hmm no tengo mucha hambre así que solo quiero un yogurt —cerré la carta y la dejé en la mesa. El yogurt era lo único barato para mí justo ahora.

—¿Un yogurt? —Kyle se extrañó— ¿segura?

—Sí. Mate me invitó a comer —mentí. No quería que siguiera preguntando cosas.

—Oh, claro. Si es así entonces esta bien.

La mesera se fue, llevándose con ella los menús. Mi mirada ahora pasó a la mesa de Nicky, se miraba tan guapo cuando sonreía, era una sonrisa segura de sí mismo, seductora. Nicky podía tener a la chica que quisiera a sus pies. Era un hombre exitoso, caballero... me pregunto qué otras cualidades tendrá.

—Alis, tengo que decirte algo importante —murmuró Kyle.

La miré.

—Dime.

—Cuando te fuiste... pero no quiero que lo comentes con nadie y menos con el señor Nicky —me hizo prometer.

—Está bien, no le diré a nadie.

—Cuando te fuiste —repitió a lo bajo— Nicky se encerró en su oficina y empezó a tirar todo. Es decir, botellas de vino al piso y papeles también. No sé a qué se debía su malhumor pero me asustó.

—¿Por qué haría eso? —pregunté, pero fue una pregunta más para mi misma.

—No lo sé, pasó justo después de que Mate y tú se fueran. Luego de eso solo me llamó para que enviara a la señora de limpieza a ordenar su oficina de nuevo. Es extraño. Minutos después salió como si nada a una reunión.

—Creo que es bipolar.

—También lo creo. Incluso llamó a Sabrina para almorzar. Cosa que jamás la llama. Jamás. Es ella quien lo busca normalmente. Además de eso... —dudó en si decirme.

—¿Qué pasó?

—Hace media hora cuando Sabrina vino, se encerraron en la sala de juntas. Ya sabras para qué.

Una imagen se cruzó por mi cabeza, de Nicky y la bruja teniendo sexo. Esa imagen me hizo enfurecer y entristecer al mismo tiempo, pero ¿por qué?

—Quizás estaban haciendo otra cosa. —comenté, queriendo engañarme a mi misma. Eso pasa cuando te niegas a ver la verdad y la realidad: creas excusas, excusas tras excusas para que no duela.

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