Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 2

LA ENTREVISTA

Este si, este no. Veremos qué tal me queda este. ¡no! Definitivamente no me combina, voy a probar con este otro... ¡tampoco! En realidad no sé qué ponerme para ir a esa entrevista, rebatía mucha ropa en mi ropero.

Quizá Graciella tenía razón con respecto a mi ropa, pero lo que me importaba es como me sentía yo y por eso me daba igual si a las demás personas no les gustaba, pero en esta ocasión debía de lucir bien para esa entrevista, había esperado mucho tiempo para una oportunidad cómo está y no lo quería echar a perder todo. Necesitaba el dinero, de por si mi apartamento necesitaba una buena remodelación y con mis gastos me las he estado viendo con dificultad últimamente.

Entré a un sitio web para ver las posibles combinaciones en ropa, pero me era difícil, yo solo mantenía ropa casual. Me acordé de Graciella.

Entré al WhatsApp, miré que Graciella ya había puesto un estado con Patricio.

¡Nunca cambia!

Tan solo estuvo un momento con él y ya se creía toda una enamoradiza. Como sea le tengo que escribir:

Hola, Graciella ¿estas despierta?

Cinco minutos después:

Buen día, Alis, recién me estoy levantando ¿por qué?

—Necesito una pequeña ayuda.

—¿Dime? Si puedo ayudarte con gusto lo haré.

—Se trata de que hoy tengo una entrevista de trabajo, pero tú sabes cómo soy con la vestimenta, necesitaba que me ayudaras a elegir un outfit adecuado, ¿puedes?

—¡Por supuesto que si! Solo espera que termine de desayunar y nos vemos en el centro comercial ¿vale?

Me bañé, me puse una camisa blanca con un logo de Guns N' Roses, un pantalón de mezclilla claro y unos Nike blancos. Peiné mi cabello para hacerme una cola, posé de un lado a otro en el espejo, noté que en la esquina había una gorra roja, creo que no me quedará mal. Cerré con fuerza la puerta de mi apartamento, esta tenía al parecer la cerradura un poco dañada, debía de hacerle un truco para que esta pudiese cerrar.

—Si quieres puedo venir un día y ver qué puedo hacer por ella—sugeria mi vecino.

—Si no es mucha molestia te lo agradecería—lo saludé al momento de irme.

La parada de buses estaba concurrida, no había ni donde sentarse, perfecto, tomé la hora pico y ahora me tocará soportar todo este ruido. De suerte andaba mis audífonos, así sería menos sofocante el viaje.

No me gustaba viajar en autobús, era estresante para mi el estar sintiendo malos olores, personas que te pasan empujando o bien, te llenan de alguna bebida o alimento. Si empezaba a trabajar lo primero que haría sería comprarme un auto sin duda.

Llegué al centro comercial, pero aún no miraba a Graciella, según ella me iba a esperar en el kiosko de accesorios de celulares, pero no la encuentro.

—¿Ya estás acá?—le escribí.

—Dentro de unos diez minutos estaré llegando ¿tu ya estás ahí?

—Sí, acabo de venir, ya estoy en el kiosko.

—Ok.

—Disculpa, pero el tráfico estuvo súper pesado—se acercaba Graciella.

—Dímelo a mi, que tengo que soportar todo el viaje a esas personas.

—Y bien, ¿Cómo que te gustaría comprar?

—Tengo estas opciones—le mostraba fotos de mi galería.

—Pero estas que me enseñas no impresionan nada, Alis, para ir a una entrevista debes de ir muy presentable.

—Por eso mismo te pedí ayuda.

—Ven, vamos—tomaba mi mano.

—Para empezar, debes de maquillarte también, no creas que solo es ir bien vestida y ya. No, tengo entendido que desde la primera vez hay que impactar—entrelazó su brazo al mío mientras me indicaba con lujos y detalles.

Yo solo escuchaba a Graciella, no tenía idea de las cosas que me iba diciendo, mientras tanto miraba a mi alrededor todos los maniquíes portando bolsos y ropa con colores extravagantes.

Nos detuvimos en una tienda, Graciella quedó viendo el lugar y sugirió que entráramos.

—Buenos días, señoritas, ¿en qué podemos ayudarles?—preguntaba la recepcionista.

—No se preocupe, ella viene conmigo y yo le enseñaré la ropa—Graciella le sonreía.

—¿Estás segura de todo esto?—fruncí el ceño.

—¿Qué te parece esto?—mostrándome un traje bastante erotico.

—Graciella, se supone que es a una entrevista que voy no a un table dance—rodé mis ojos.

—Lo sé, querida, pero qué sabemos si en tu entrevista se aparece un tipo así bien guapo, sería una ayuda extra si llegas enseñando un poco de ese trasero que tienes—me lo apretaba.

—Yo quiero ganarme el puesto por mis capacidades no por mi cuerpo, Graciella, no tendría caso, seré una profesional no una ramera.

—Bueno, es un consejo que quiero que lo tengas muy presente, en esta vida se trata de ver las oportunidades y no desaprovecharla, un poco de acción no te vendría mal.

—¿Buscaremos la ropa sí o no? Dime, porque te pedí ayuda para eso no para tus consejos de ramera.

—¡Ya! Cálmate, qué amargada te pones aveces, Alis, solo bromeaba.

—Tú y tus bromitas....

Rebatíamos los pecheros una y otra vez, el tiempo pasaba pero aún no dábamos con el atuendo especial hasta que...

—¿Qué te parece esta camisa con esta falda?—me mostraba desde el otro extremo.

Era una falda negra de un tipo de material suave, la camisa era rojo intenso y tenía ciertos bordes bien trabajados en la parte del pecho, tenía un toque ejecutivo, además habían unos tacones negros brillantes.

—En realidad no se ven mal, me los probaré qué tal me queda—entré al vestidor.

Salí del vestidor para mostrarle cómo me quedaba todo el conjunto a Graciella.

—¡Te ves súper hermosa!—llevándose las manos a la boca con emoción—tan solo mírate, luces como una reina.

—Qué exagerada que eres en algunas ocasiones—me sentía apenada.

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