Mi primera vez (COMPLETA) romance Capítulo 20

—¿Qué coincidencias las que hemos tenido últimamente no lo crees, Alis,?—volvió a hundirse en el agua, tenía pena si desde ahí me estaba mirando.

—Pues… si, la verdad jamás pensé encontrarte por acá y menos en esta laguna—coloqué mi antebrazo tratando de tapar mis pechos y con la otra mano mi parte púbica.

—Acepto que nunca había hecho esto, pero se siente bien, se siente bastante relajante—se hundía y salía en reiteradas ocasiones, su cabello al mojarsele le tapaba la cara, pero al sacudirlo se miraba sexy.

—Me sorprendes un poco ya que creí que sólo te gustaba entrar a los jacuzzi o baños de espuma—asentí con mis manos en el mismo lugar.

—Lo sé, todos creen lo mismo y es una imagen la cual tengo que cuidar, pero también tengo mi lado sencillo, ese no se lo muestro a nadie excepto a ti—sacudió su pelo de un lado a otro salpicándome—es algo que me hace verme vulnerable ante ellos…—se puso un poco pensativo.

—¿A quienes ellos?—fruncí el ceño analizándolo.

—No, nada—sonrió—más bien dime ¿Cómo tuviste el valor de tomar a tu caballo y venir hasta acá? Porque veo que eres un poco miedosa.

—Para tú información—lo señalé con mi dedo indicie—no soy ninguna miedosa, las cosas que tú puedes hacer yo también las puedo hacer o crees que solo por ser un chica ¿no puedo hacerlo?—lo fulminé con la mirada, no me gustaba que ningún hombre me menospreciara solo por ser una mujer, todos tenemos las mismas capacidades y odiaba que alguien de la nada me dijera esas cosas—y bueno, a este lugar venía con mi abuelo desde cuando era pequeña, siempre veníamos a caballo, claro, en uno solo. Este es el lugar donde he pasado mi infancia, Nicky.

—Te envidio—se le notó un poco pensativo—mi infancia fue muy diferente—miró hacia el cielo.

—Claro—rodé mis ojos—ya me imagino, lleno de lujos a tu alrededor y mucho dinero, la típica vida de un niño rico que nace en cuna de oro, ¿no es así?

—Exacto, pero te equivocas, viví entre lujos, pero no disfruté de lo que tú si, todo este ambiente que te rodea es hermoso, la naturaleza y la gente con la que te criaste son muy diferentes a lo que yo viví—negó con su cabeza, creo que estaba recordando ciertas cosas de su infancia—cuando se es rico también hay un costo y ese es el de siempre estar a la altura de todo, eso fue lo qué pasó conmigo, mis padres me exigieron tanto que me convertí en el hombre que soy hoy en día, un hombre que tiene dos rostros, pero es algo que ya no puede remediarse.

Lo escuchaba y me parecía tan sorprendente que mi jefe, el sujeto que parecía de piedra me estuviera contando esto, pero si lo hacía es porque me tenía mucha confianza, además me daba un poco de nostalgia las cosas que me estaba contando, quizás tenía razón, fue una infancia que él no decidió tener, al menos yo me siento bien con lo poco que tengo.

—Entiendo, Nicky, lo siento por ti y por las cosas que tuviste que pasar—me acerqué a él actuando por impulso para intentar consolarlo, pero al instante frené en seco. ¿Qué demonios haces, Alis? Recuerda que ambos están desnudos—a veces nosotros no elegimos el futuro que nos toca vivir.

—Así es, oye, Alis, una pregunta…—oleaba con sus manos a su alrededor.

—¿Dime?—aún tenía mis manos en el mismo lugar.

—¿Por qué te comportas así?—señaló en direccion a mis pechos.

—¿A qué te refieres con comportarme así?—eché un vistazo hacía abajo cerciorándose que todo estaba bien

—Sí, pude ver cómo pusiste la cara al verme desnudo e igual he visto como todo este tiempo te la has pasado tapándote—empezó a reír.

—¿Y? Claro no, para ti debe de ser normal el desvestirte ante cualquier mujer, pero para mi no—observé hacia unos árboles tratando de distraerme.—deberías de estar agradecido que te invité a entrar, aunque pensándolo bien no sé por qué lo hice.

Poco a poco, Nicky empezó a nadar hacia mi dirección como un lobo acechando a su presa, así me sentía yo en ese momento, impotente de actuar con este hombre, una serie de deseos se apoderaban de mi, puedo jurar que cuando él se acercaba a mi, con mi dedo índice que tenía en mi vagina probé algo viscoso en medio del agua. ¡maldita sea! Lo que faltaba, estaba húmeda, Nicky se hundió sin darme visión alguna de donde saldría, de pronto como por arte de magia apareció frente a mi a tan solo centímetros. En ese instante mi corazón estallaría de nervios.

—Creo tener la respuesta de por qué quisiste que yo también entrara al agua —su tono de voz había cambiado. Se escuchaba en modo seductor—es porque querías tenerme cerca de ti, Alis—se acercaba más y más, su pecho ya casi estaba chocando con los míos.

En ese momento entré en un estado de excitación sin ni siquiera tocarnos, estaba hechizada por el, no me podía mover, pero solo deseaba una cosa… ¡tenerlo de la misma forma! Nicky Chance era un ángel, pero a la vez era el mismísimo demonio, podría sentir que él estaba poseyéndome, había una fuerte atracción en ese momento que hasta la temperatura del agua sentía como cambiaba. Tragué grueso por lo que se avecinaba, él quería devorarme y yo… solo quería que él lo hiciera. Colocó sus manos en mi cuello, esas manos que irradiaban fuego, con solo su tacto me quemaba la piel de pasión, pero al instante que él se acercó más sentí algo muy sólido que recorría mi rodilla dirigiéndose a mi vagina, estaba segura que él no tenía tres manos para hacerlo, reaccioné en segundos llevando mi mano a detener el curso de eso que recorría mi pierna y sin querer lo tomé, era muy, pero muy duro.

—¡Basta!—le ordené, con mi cara muy seria.

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