Miserable Matrimonio (COMPLETO) romance Capítulo 19

Pss pss pss

Todos se preparan para el evento más esperado de la temporada, el baile de los nuevos Duques de Agnes. Todas las madres ambiciosas esperan el tan deseado baile para correr detrás de los solteros de la temporada, y aun más ansiosas por saber que en el baile de los duques estarán sus amigos más cercanos.

Y comunicarles  que a mis oídos han llegados los rumores de que uno de los solteros más codiciados de Londres,  Lord Anthony Ross, duque de Beaufort, no tenía ninguna intención de casarse. Si lo que pretendía era desanimar a las madres ambiciosas, estaba equivocado. Ellas únicamente verán en esas palabras un reto aún mayor.

Revista de sociedad de Lady Kennt.

Marcus no salió de su despacho en todo el día, no quería tropezar con su esposa y recordar lo que sucedió anoche. Sabía que era un error pero también sabía que lo había disfrutado como nunca, se había sentido completo. No podía negar que sentía la tentación de ir a la habitación de Liviana, besarla, desnudarla y volverle a hacerle el amor…

Hacerle el amor.

Recuerda como le había negado el derecho de pensar que eso era lo que había pasado entre ellos, eso era lo que había sentido, por primera vez había sentido lo que era hacer el amor con una mujer de verdad, a comparación de lo que hacía con Emma, lo que sucedió con Liviana había superado toda sus expectativas. Pero no podía volver a suceder. Su orgullo no lo dejaba.

Después del baile que darían hablaría con ella claramente, tenían que separase ya, el pediría la divorcio y todo quedaría solucionado, al menos para él sería así…

Liviana pensaba sola en su habitación lo que había sucedido, se lo tenía merecido, por supuesto que si ¿Cómo se le ocurría confesarse así? Tenía que haberse callado y haber disfrutado del momento que podía obtener de él. No podía negar que estaba dolida por el rechazo de Marcus. En todo el día no había logrado cruzarse con él, y siendo sincera, en lo más profundo de su alma lo extrañaba, quería verlo. Pero tenía que tener un poco de orgullo, Marcus la había lastimado con sus palabras, no quería acercarse más a él en plan de seducción, y menos sabiendo la opinión de Marcus en cuanto a lo que pasó entre ellos, y sí, había sido perfecto para ella su primera vez, pero solo era «sexo», como lo había nombrado él, y ahora le preocupaba el hecho de si había quedado embarazada, porque ahora más que nunca quería un hijo, y al no estar segura, y aunque no quisiera, tendría que volver acercarse a él para volver a tener «sexo», porque si él pensaba divorciarse, que era lo más seguro, ahora que habían consumado el matrimonio, por lo menos quería obtener un hijo, ya estaba arruinada para otros hombres, y sabía que no tendría oportunidad de volverse a casar, por lo que obtendría un hijo de Marcus. Una compañía para la solitaria vida que le esperaba.

Así que esa noche se había preparado para salir de su habitación y cruzarse con Marcus, daba gracias de que Jayne estuviese en la residencia de uno de sus hermanos, estaban solos en la casa aparte de los empleados pero siempre se retiraban a dormir temprano después de serviles a los duques.

Caminaba rumbo a la biblioteca pausadamente, esperando cruzarse con él, sabía que no había salido, lo hubiera visto desde su habitación si fuese el caso, siguió caminando hasta que la puerta del despacho de Marcus llamó su atención, se debatió en si tocar o no, ¿Pero qué le diría si decidiese entrar? ¿Cuál sería su escusa cuando él no se ha dignado ni a dar la cara? Quería encontrarlo, pero que al menos quería que fuese casual  y no que ella se arrastrase ante él. Decidió seguir su camino hasta la biblioteca, al entrar no había nadie así que se sentó en uno de los sillones con el libro que le había prestado Jayne, se sonrojaba cada vez que leía las explicaciones sexuales que traía el libro, ahora que había dejado de ser virgen podía entender un poco más lo que leía.

Estaba tan sumergida en su lectura que no había escuchado la puerta abrirse, Marcus la observó por un momento, tenía su piernas levantadas haciendo que su camisón se subiese y dejase expuesta parte se sus piernas, su cabello iba suelto alrededor de sus hombros y el resto caía como cascada en su espalda, sus ojos mataban por ver si su camisón era tan generoso que los dejaría ver parte de sus pechos, pero la posición de Liviana no revelaba nada más a menos que se acercara. 

Liviana levantó la mirada al sentir otra presencia en la habitación, su corazón latió al ver a Marcus parado cerca de la puerta con los brazos cruzados y sus intensos ojos azules mirándola fríamente, pudo ver como su camisa estaba remangada hasta los codos, algunos botones estaban desbrochados dejando ver parte de su duro pecho, y su cabello despeinado, era tan guapo que podía tirar el poco orgullo que tiene y tirársele arriba y comérselo a besos. Pero no, tenía que darse su lugar así que se contuvo y tranquilizó, pero podía sentir su mirada, el fuego empezaba a quemarla y de pronto el calor la estaba sofocando.

—Solo vine por un libro que necesito, puedes continuar. — dijo Marcus pasando de ella para acercarse a los estantes llenos de libros, Liviana observaba cada movimiento de él con el entrecejo ligeramente fruncido —

Cuando noto que Marcus iba a abandonar la habitación decidió levantarse dejando su libro a un lado donde no fuera tan visible y hablar.

—Estoy de acuerdo contigo. — dijo y Marcus frenó su paso y frunció el ceño sin entender a que se refería — Lo que ocurrió anoche fue un error.

Marcus no sabía porque pero sintió como la ira recorría su cuerpo, no por Liviana sino por él.

—No debí de haber ir ido a tu habitación y mucho menos decir… aquello. Se que tú no correspondes mis… sentimientos, lo entiendo, como también sé que no volverá a pasar si no quieres pero podemos llevarnos bien. — dijo lenta y pausadamente —

Él solo la miraba sin decir nada, tratando de aligerar su ira mientras recorría el cuerpo de Liviana con la mirada, sabía que su cuerpo había reaccionado al de ella, ya sentía la necesidad de volverla a tener entre sus brazos. Se acercó un poco a ella mirándola más detalladamente, inconscientemente se humedeció los labios y respiró profundo.

—Está bien, si eso quieres, pero antes hablaremos de algo.

—¿De qué?

—Sobre nuestro divorcio. — Respondió y Liviana ya sabía que eso pasaría — Ahora no podemos pedir la anulación porque ya lo hemos consumado, — Liviana solo lo miraba y escuchaba atentamente – Así que lo que haremos será pedir el divorcio, podemos negociar una cantidad de dinero anual que solo será tuya. Y con esto quiero decir, que no me importa en que te lo gastes ni que hagas con el. Tendrás libertad de hacer lo que quieras con tu vida. Y nosotros podemos ser amigos.

—Bien. — dijo Liviana, ella estaba tranquila, solo quería un hijo y así lo haría, después se iría a vivir al campo y criaría a su hijo, si Marcus no lo quería reconocer, bien, lo tendría para ella solamente. Su nana y su amiga la ayudarían a criarlo y sabía que podía ser feliz en el campo con su hijo, ya que no lo fue con el hombre que amaba, además tendría la ayuda económica que Marcus le daría por el divorcio — Si así lo quieres, no me opondré, solo quiero vivir en el campo como los últimos tres años. Con tranquilidad y paz.

—Ya que estamos de acuerdo, podemos seguir llevándonos bien.  —Liviana sonrió porque al fin y al cabo consiguió lo que quería, la confianza de Marcus, solo era cuestión de tiempo que volvieran a tener «sexo» y cuando estuviese segura de que estaba embarazada se iría al campo —

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Miserable Matrimonio (COMPLETO)