Miserable Matrimonio (COMPLETO) romance Capítulo 3

Liviana estaba lista para asistir al baile que darían los marqueses de Williston. Solo esperaba a su padre, siempre trataba de terminar temprano porque no quería que él la odiara más por retrasarse.

—Vamos —dijo su padre pasando por su lado—. No quiero escándalos por tu parte, así que compórtate como la dama que debes ser —recalcó una vez dentro del carruaje que los llevaría a la residencia Williston.

—Claro —fue lo único que respondió Liviana.

Al llegar a la residencia Williston, Liviana se sentía completamente nerviosa, solo se movía por donde su padre lo hacía, siguiéndolo como un corderito, a su alrededor solo habían damas de la más alta sociedad, bellas y esbeltas, todo lo contrario a ella, se sentía fuera de lugar, todo aquel que la miraba no le prestaba el más mínimo interés, como si no les importara su presencia. Lo último que le quedó por hacer fue sentarse en un rincón como florero a mirar a las bellas damas, jóvenes y adultas, ser invitadas a bailar por hermosos caballeros. No era esa la idea que tenía de una presentación en sociedad, en su primera temporada. Según le había dicho su nana, las jóvenes que debutaban tenían un baile en su nombre, así todos la conocerían y respetarían según el rango social y a la familia que perteneciera.

Buscaba a alguien conocido pero nada, y recordó que las únicas personas que conocía de la sociedad, eran a los duques de Agnes, que por cierto, aun no los había visto.

— ¿Liviana querida, que haces aquí en este rincón? — dio un respingo al escuchar la voz de lady Lilian, ¿cuándo habían llegado?

—No tenía nada más interesante que hacer. —Respondió Liviana aun sabiendo que sus palabras no eran ciertas.

—Bueno, ven conmigo, así te presento a algunas amigas mías. — La duquesa no dejó que Liviana hablara y la tomó de la mano jalándola hacia los pequeños círculos de mujeres, presentándolas con todas, algunas la trataron con simpatía y otras solo por mero respeto hacia la duquesa de Agnes.

— ¿Es cierto que su hijo se comprometerá con lady Ashton? , lady Lilian — preguntó una de las mujeres que integraban el círculo de conversación.

Ese comentario no le gustó a lady Lilian, todo lo contrario, no quería que su hijo se casara con esa joven, no veía nada bueno en lady Emma.

—Por supuesto que no, mi hijo no se comprometerá con lady Ashton, solo son buenos amigos. — respondió.

Liviana sintió como su corazón se calmaba al escuchar las palabras de la duquesa. Pensar que podía perder a Marcus sin siquiera intentar luchar por él le daba un sabor amargo. Buscó con la mirada al hombre de ojos azules que le robaba el sueño pero no lo encontró por el salón, y estaba segura de que Marcus había asistido porque ya lo había visto conversando con uno de sus amigos en el rato que había pasado escuchando a las mujeres que estaban a su lado.

Dejó a las damas hablando de cosas que a ella en ese momento no le interesaban para dirigirse al jardín de la residencia Williston. Quería tomar un poco de aire y a la vez librarse de esas señoras que solo hablaban de chismes. Pero no contó con ser testigo de lo que sus ojos veían, no podía ser cierto.

Cerca de la fuente ubicada en medio del jardín de la residencia se encontraba Marcus, pero lo peor fue verlo besando a lady Emma con tanta pasión que hizo que dos gruesas lágrimas rodaran por sus regordetas mejillas. Quiso evitarlo pero no pudo, ver al hombre que amaba besando a otra mujer dolía. Sin querer seguir observando más dio la espalda para entrar nuevamente al salón, en ese momento deseó nunca haber asistido a ese baile. Buscó a su padre con la mirada para suplicarle irse de ahí.

— ¿Te has dado cuenta? — Se giró para enfrentar a lady Aline, la hermana de Marcus—. ¿Viste con tus propios ojos que mi hermano nunca se fijaría en ti ?

—No entiendo de que habla —respondió Liviana.

—Claro que lo sabes, estas enamorada de mi hermano desde que lo conociste, eres muy torpe para esconder tus tontos sentimientos no correspondidos. Marcus ama a mi amiga, lady Ashton. Y es con ella con quien se casará.

Liviana estaba roja, no podía aguantar el llanto pero no quería llorar frente a la cruel hermana de Marcus, por lo que lo único que hizo fue darle la espalda e irse a buscar a su padre.

Marcus no podía estar más feliz, la mujer que ama aceptó casarse con él, no podía esperar para  hacerla su esposa, Emma era perfecta ante sus ojos. Cosa en la que su madre lo contradecía constantemente, sabía que tendría que tener paciencia con su madre, porque en el fondo quería que su futura esposa y su madre se llevaran bien.

— ¿Crees que a tu madre le agrade la noticia? — preguntó lady Emma.

—Sabes que no, pero la convenceré de pedir tu mano después del baile que dará la próxima semana —respondió Marcus acariciando la mejilla de Emma —. No veo la hora de hacerte mi esposa.

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