Miserable Matrimonio (COMPLETO) romance Capítulo 30

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“Se puede hacer mucho con el odio, pero más aun con el amor”

William Shakespeare

Revista de sociedad de Lady Kennt

Marcus estaba terminando unos documentos para ir a ver a Emma, quien le había enviado una carta pidiendo verlo urgentemente. Además, tenía que terminar el trabajo con el coronel y salir de una vez por todas de los problemas y vivir en paz.

—Excelencia, el Duque de Beaufort lo espera. — dijo la Sra. Rose, la ama de llaves  —

—Dígale que pase a mi despacho.

La Sra. Rose asintió y salió del despacho de Marcus, segundos después, Anthony entró por la puerta hasta acomodarse en una de las sillas.

—¿Qué pasa? — Preguntó Marcus al notar el humor de su amigo—

—Mis padres, eso pasa. — respondió con irritación —

—¿Y qué pasa con tus padres?

—Insisten en que debo encontrar a una joven para casarme, que ya es tiempo de que forme una familia y tenga hijos. — Respondió malhumorado — ¡¿Quién ha dicho que quiero casarme?!

—Tus padres. — dijo Marcus con cierto tono de diversión —

—Muy gracioso.

—Vamos, no es tan malo. — Dijo Marcus y Anthony lo miró alzando una ceja—

—¿Tengo que recordarte que tú no querías casarte? — dijo Anthony y Marcus hizo una mueca—

—Si quería casarme.

—Pero con Lady Ashton. — Marcus lo miró fijamente al recordarle sus primeros planes, hizo una mueca de decepción—

—Pero ahora estoy casado con Liviana.

—¿Entonces, ya no quieres el divorcio para casarte con Lady Ashton? — preguntó Anthony queriendo saber si por fin su amigo había sentado cabeza, Marcus pareció pensarlo —

—No, lo he pensado bien y quiero seguir mi matrimonio con Liviana — respondió —

—¿La quieres?

—Sí. — Sonrió sin dudas — La quiero, sin saber cómo o cuando pasó, solo sé que la quiero. Creo que el amor es así ¿no? Tan impredecible como sorpresivo, nunca sabes cómo entrará en tu corazón.

—Me alegra que pienses así, solo falta que esas mismas palabras se las digas a tu esposa, ella espera el momento exacto en que le digas “te quiero”.

—Lo sé, pero primero quiero terminar con todo lo que se interpone entre nosotros. — dijo Marcus —

—¿El coronel Sain aún requiere de tus servicios?  — preguntó Anthony y Marcus asintió —

—Quiere saber si realmente fue Emma la que vendió la información a la embajada rusa.

—¿Y tú que crees?

—Realmente no lo sé, Emma me ha sorprendido mucho, no pensé que fuera a ser  una mujer tan interesada, realmente estaba ciego con ella, y lo que más rabia me da es que no puedo reclamarle nada y mucho menos repudiarla, al menos, todavía. Y pensar que quería terminar con Liviana para casarme con ella.

—No quería decirlo pero, te lo dije — dijo Anthony y Marcus lo miró mal — Pero... pienso que deberías decirle a Liviana todo lo que está pasando.

—No, el Coronel Sain fue muy claro, no puede saberlo nadie más, y menos Liviana, no quiero que se involucre en asuntos de política. — Respondió Marcus preocupado por la situación — Ya bastante tiene con pensar que estoy metido en algo.

—¿Por qué pensaría eso? — preguntó Anthony confundido —

—Hace unos días el coronel y sus hombres vinieron aquí a buscarme, Liviana los atendió y les dijo que estaba de viaje.

—¿En serio vinieron aquí? — Marcus asintió — Espero que el rey te recompense por tu colaboración con la corona.

—Pero aún tengo que descubrir el nombre del ruso con el que Emma se reúne, según Sain es su amante, uno de los muchos que debe tener — Marcus apretó sus manos en puños, la rabia lo consumía, el solo hecho de haber caído como mosca en la telaraña de Emma —

—Tengo un espía en cada uno de los clubes y hoteles de Londres, no tardaremos mucho en saber quién es. — dijo Anthony —