NADIE COMO TÚ romance Capítulo 29

En la clase ejecutiva del avión con destino a la Ciudad Q.

Valeria se sentía muy incómoda por sentarse al lado de Vicente, además, la paella preparada en el avión era la comida que más no le gustaba, ella casi no comió nada.

—¿Qué pasa? —Vicente se rio burlándose porque se dio cuenta de que Valeria no había tocado el plato— ¿Siguen sin gustarte los mariscos?

En ese momento Valeria estaba harta de que Vicente estuviera tomándole el pelo como si fuera tonta, contestó fríamente, 

—Qué buena memoria tienes, ¿no?

—Pues claro —Vicente se tomó un café lentamente—. Después de todo fue mi primer amor y la impresión fue más profunda.

Valeria apretó con más fuerza el tenedor que tenía en la mano involuntariamente.

—Además —parecía que Vicente no se había dado cuenta de la reacción de Valeria, continuó hablando—. En su momento siempre estaba siendo engañado por ti, no podría olvidar nunca ese sentimiento, aunque lo quisiera.

La cara de Vicente se puso pálida.

—Señor Vicente, ¿quién está mintiendo exactamente? Por lo menos no estoy ocultando mi verdadera identidad.

El rostro de Vicente cambió y después sacó una risa burlona.

—Claro, si te hubiera dicho mi verdadera identidad, ya no me habrías traicionado, ¿no? ¡Era un viejo asqueroso de sesenta años y aun así hiciste el amor con él!

Cuando Vicente estaba contando esto, no bajó la voz y la cabina del avión estaba muy silenciosa, los pasajeros y las azafatas de al lado les lanzaron una mirada extraño.

Valeria finalmente no se aguantó más.

—Vicente, ¡qué es lo que quieres!

Cuando Vicente vio la cara pálida de Valeria, se sintió un poco angustiado por dentro inevitablemente.

Pero al recordar la escena que vio anoche, volvió a ponerse de mal humor.

—¿Qué es lo que quiero?  —Vicente se rio fríamente—. Valeria, todas las cosas sucias que has hecho tú misma, ¿acaso no permites que hablemos de esto?

—Vicente, ¡lo que hago yo no tiene nada que ver contigo!

—Si tiene que ver conmigo o no, depende de mí, ¡no de ti! —Vicente puso un tono más agresivo—. Valeria, te lo advierto, ¡no te perdonaré!

La cara de Valeria estaba totalmente pálida.

Ella por fin supo la razón de que Vicente consistió en llevarla al viaje de negocios.

Lo que quería era hacer todo lo posible para torturarla y humillarla.

Cuando llegaron a la Ciudad Q, Vicente mandó que Valeria le acompañase a cenar con el jefe de esa revista.

A Valeria siempre no le gustaban esas ocasiones, pero Vicente era su jefe, ella no lo podía rechazar y tuvo que ir sí o sí.

En la cena, Valeria era la única mujer y la que llamaba más la atención. Todos los hombres querían beber una copa con ella y Vicente tampoco los detuvo, parecía que Valeria vino a beber por él para ayudarle, en solo una hora, Valeria ya se había pasado de copas.

—Vaya, Vicente, que guapa es tu secretaria.

El editor jefe de esa revista era un hombre gordo de cuarenta años, llamado Camilo López, quien se quedó mirando a Valeria todo el rato cuando entró.

—¿Sí? —Vicente tampoco aclaró quién era Valeria, sacó una sonrisa falsa—. Si te gusta, te la regalo.

Valeria ya se sentía muy incómoda por la cena, tenía la cabeza bajada todo el rato, cuando escuchó a Vicente decir eso, ella tembló, miró hacia Vicente asombrosamente y vio que la estaba mirando con una sonrisa satírica.

—Jaja —Camilo se quedó muy emocionado al escucharlo—. ¡Cómo te gusta bromear!

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