NADIE COMO TÚ romance Capítulo 32

A Valeria le quedaba muy grande su camisa, aunque estaban todos los botones puestos tenía mucho escote, y cuando se movía se podía ver sus piernas largas y delgadas.

Aitor apartó la mirada.

Aunque Aitor se controlaba muy bien, tenía ganas de tener relación íntima con ella. No se relajó hasta tomarse un trago de agua fría.

Valeria no se dio cuenta del raro comportamiento de Aitor y se sentó a desayunar.

—Vuelvo esta tarde —en la mitad del desayuno, Aitor preguntó—. ¿Vuelves conmigo?

Valeria pensó en lo que pasó ayer en la cena, se sintió triste y asintió la cabeza rápidamente.

—Vuelvo contigo.

Ella no podía más con Vicente, aunque necesitaba el trabajo, ya no quería seguir.

—Vale.

De repente a Valeria se le ocurrió algo y inquirió:

—Ah sí, ¿por qué estás en la Ciudad Q? 

Aitor se quedó quieto por un segundo sosteniendo los cubiertos en las manos, pero enseguida respondió brevemente.

—Tenía una reunión de repente.

—Así es.

Valeria no lo pensó demasiado y siguió en su desayuno.

Esperaron hasta que el lavado en seco ya estuviera listo, Valeria se fue con Aitor rumbo al aeropuerto.

Jacobo les estaba esperando debajo del hotel, cuando vio a Valeria le quedó todo claro.

Antes se sentía muy raro por qué el señor Aitor tenía tanta prisa en venir a la Ciudad Q. Resultó que vino para buscar a la señora.

—Señor Aitor, aquí hay unos documentos para que lo firme.

Aunque Jacobo estaba sorprendido, no tenía agallas de mostrarlo, solo le pasó los documentos a Aitor y seguía mirando a Valeria discretamente.

Recordó la noticia de ayer, que fue una gran sensación, ¡quién sabía que el primer amor de la señora era Vicente!

Jacobo aún estaba pensando solo, escuchó una tos. Le entró un escalofrío, se dio la vuelta y vio a Aitor que lo estaba mirando fríamente.

Jacobo bajó la cabeza rápidamente, haciendo como que él no sabía nada.

Valeria no se dio cuenta del raro comportamiento de los dos hombres y subió al coche con Aitor.

En el coche, Aitor terminó de leer el documento, se le ocurrió algo de repente y habló con Valeria.

—Valeri, este fin de semana te voy a presentar a mi familia.

Valeria se sorprendió por su nueva forma de llamarla, se quedó empanada durante unos segundos y asintió con la cabeza.

—Bien, muy bien.

En realidad, Valeria tenía curiosidad por la familia de Aitor, además era necesario visitarlos.

Valeria pensaba que era muy normal visitar a los familiares de su marido, pero cuando Jacobo lo escuchó, como si le hubieran dado un puñetazo, miró a los dos desde el retrovisor muy sorprendido.

«Dios, ¿el señor Aitor quiere presentar a la señora a su familia? Entonces...»

Jacobo no se atrevía a pensar lo que iba a pasar.

Pronto llegaron a la Ciudad S, pero Vicente tardó unos días en volver por unos asuntos.

Antes tenía planeado trabajar con la revista de Camilo, pero al día siguiente su revista había sido denunciada por muchas falsas noticias e información, y casi se había quedado en quiebra.

Vicente se asustaba mucho, él no era tonto y sabía que esos cambios repentinos no era casualidad.

Camilo podría ser un personaje en la Ciudad Q, solo ese hombre le podía dejar así de una noche a la mañana.

Vicente estaba rabioso inexplicablemente.

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