¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 10

-Ella fue la que me fastidió primero -dijo Eduardo con resentimiento.

Clavó la mirada en Rosaría con sus hermosos ojos. Haciéndose parecer más lastimera.

Aunque sabía que Eduardo estaba fingiendo, Rosaría no era capaz de ignorarle. Maneó la cabeza y le dijo -Es que le gustabas. Pero no te comportaste como un caballero, ¿sí o no? -

-Bueno, le pediré disculpas -

Eduardo dejó de fingirse inocente y salió con un suspiro.

A Lidia sí que le gustaba mucho el chico. Después de todo, era tan guapo que sería difícil enojarse ante él. Pronto ella volvió a intentar acariciarle.

Eduardo lo toleró por su madre, pero también hizo todo lo posible para alejarse de ella.

Así las tres pasaron la noche en un ambiente tan armonioso.

Cuando Rosaría se despertó al amanecer, Eduardo ya había regresado a casa con el desayuno comprado, y lo había colocado en la mesa del comedor.

-Buenos días, mamá -

Le dirigió una sonrisa encantadora a Rosaría, con la cara parecida mucho a la de su padre. Sin embargo, Mateo nunca le había sonreído, y Eduardo era su ángel, el ángel que solo pertenecía a ella.

-¡Buenos días! -

Rosaría le acarició la cabeza felizmente.

Al oír los sonidos, Lidia también salió de la habitación. Cuando vio el desayuno en la mesa, inmediatamente dijo con alegría -Rosaría, ¡tú eres mi ángel, que has comprado el desayuno! Por fin puedo ir a clase después de desayunar hoy, ¡qué bien! -

-Lo compró Eduardo. Acabo de levantarme -

Rosaría ya estaba acostumbrada a Lidia de tal estado, pero Eduardo frunció el ceño.

-Mamá, ¿de verdad tengo que ir a la guardería de señora Lidia? -

Su tono estaba lleno de desdén.

Inmediatamente Lidia se puso seria.

-Chiquitín, ¿qué hablas? Oye, ¡soy la mejor maestra de nuestra guardería! -

Eduardo le respondió con un gruñido.

Se sentó directamente y cogió los palillos y el tazón a comer.

Lidia no sabía qué hacer con él.

Rosaría huyó rápidamente de este campo de batalla.

-Voy a incorporarme al Grupo Nieto hoy. Me voy a lavar ahora -

-¡Rosaría, no eres justa! -

Mientras Lidia dio patadas en el suelo, Rosaría ya había entrado en el baño.

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