¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 24

Ella había pensado que Mateo estaría de acuerdo, pero él sólo tocó su abrigo y dijo con indiferencia -No es necesario, puedo cuidar bien de Adriano. Además, no eres una empleada de la empresa, por lo que sería inadecuado si te vas -

-No hay nadie en la compañía en el fin de semana -

Estela intentaba a persuadirlo.

También quería ingresar al Grupo Nieto, pero Mateo siempre había dicho que para evitar los problemas, no se le permitía entrar. También dijo que si ella quería hacer negocios, él podría establecer una empresa para ella sola. En realidad, ella quería estar con Mateo.

Sin embargo, parecía que Mateo no vio las quejas en los ojos de Estela. Él todavía dijo con indiferencia -La regla de la empresa es así, y tiene monitoreo dentro. Deja de ser caprichosa -

Los ojos de Estela estaban llenos de lágrimas de agravio.

-Mateo, ¿estás preocupado porque yo lastime el beneficio de la compañía? Por supuesto no. Estoy siempre al lado de la familia Nieto -

-Lo sé. Es que sólo te rechazo por las reglas. Estela, no me pongas en un dilema -

Aunque la voz de Mateo todavía era suave, estaba lleno de presión.

Estela sabía que si continuaba molestándolo, Mateo se sentiría disgustado. Por eso dio unos pasos regañadientes hacia atrás y fue a cuidar de Adriano para la cena.

¿Cuándo podría convertirse realmente en la anfitriona de la familia Nieto?

Estela estaba extremadamente enojada, pero su rostro estaba muy tranquilo. Viendo que su hijo comía felizmente un poco antes de saltar de la mesa y corrió hacia Mateo, de repente se sintió celosa y resentida.

Estela pensaba, "Este chico le quita toda la atención a Mateo. Eso no es la plan original, todo lo que estaba fuera del control."

Sin embargo, Adriano no vio la expresión de Estela. Él felizmente tiró de la mano de Mateo y dijo -Papá, vamos. Me temo que mi compañero espere ansioso y él piense que le mienta -

-¡Vale, vamos! -

Mateo levantó directamente a Adriano sobre su cabeza y lo dejó sentarse en su hombro. Los dos charlaron y rieron mientras salían por la puerta.

Cuando llegaron a la entrada del jardín de infantes, Eduardo ya había estado aquí por un tiempo.

Adriano abrió la puerta del auto y corrió hacia abajo.

-!Eduardo! Date prisa, mi papá nos lleva a visitar la compañía hoy -

Las palabras de Adriano hicieron que Eduardo se quedara algo aturdido.

Cuando vio a Mateo bajarse del auto y Adriano dulcemente lo llamó papá, Eduardo de repente se sintió un poco incómodo.

Mateo nunca pensó que el compañero de Adriano sería Eduardo, el niño que se orinó a su cara en el aeropuerto.

Rápidamente caminaba adelante y miró fríamente a Eduardo. No dijo nada, pero el aire se volvió opresivo.

Era un dirigente. Muchos adultos se sentirían abrumados cuando vieran a Mateo con tal presión. Sin embargo, Eduardo miró a Mateo con completa ignorancia. La esquina de su boca se levantó ligeramente y sonrió dulcemente y dijo -Hola, Señor, nos encontramos de nuevo -

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