¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 26

-No me gusta el jengibre, Señor Mateo. Además, eres muy noble, no quiero molestarte más -

Dijo Rosaría tranquilamente, sin mucho interés.

Mateo se puso un poco sorprendido.

¿No le gustaba el jengibre?

¡A su esposa tampoco le gustaba el jengibre!

De repente se sintió un poco contento.

-Está bien. Sólo bebe la sopa del jengibre, no necesitas comer el jengibre.-

Después de decirlo, sin preguntarle a Rosaría si estaba de acuerdo o no, fue directamente a la cocina y encontró a un jengibre y comenzó a cortarlo.

Rosaría se quedó sorprendida.

¿Por qué Mateo no jugar con las reglas ?

¿Dónde estaba el hombre indiferente de antes?

-Oye, ¿no has entendido mis palabras? ¡He dicho que no voy a comer ni a beber! -

Rosaría saltó de la cama, al ver a Mateo paseando por su cocina, de repente se sintió muy incómoda.

Una escena tan armoniosa no debería haber aparecido entre ellos.

Además, no creía que Mateo estuviera enamorado de ella, sino que solo quería acercarse a ella por sospecha.

Rosaría quería tomar el cuchillo en la mano de Mateo, pero Mateo de repente se dio la vuelta y la empujó y la oprimió directamente a la puerta de la cocina.

El aliento de Mateo se lanzó al rostro de Rosaría.

El corazón de Rosaría dejó de latir por un segundo. Inconscientemente quería empujar a Mateo, pero de repente Mateo la recogió de nuevo y la envió de vuelta a la cama.

-Si no quieres que te ate a la cama, será mejor que seas obediente -

Después de amenazar a Rosaría, se dio la vuelta y regresó a la cocina.

Rosaría estaba totalmente aturdida.

A ella no le sorprendió la tiranía de Mateo, pero la manera en que comportaba la confundió un poco.

¿Qué estaba haciendo?

¿O había notado algo y la atraía intencionalmente a revelarse?

Rosaría estaba confundida. Mateo ya había cocinado la sopa de jengibre y se la había enviado.

-¿La bebes tú misma o te ayudo a beberla? -

Mateo le dio la sopa de jengibre. El olor fuerte hizo inmediatamente que Rosaría se arrugara la nariz. Se retiró con disgusto, pero la mano de Mateo siguió adelante.

-Prefiero ayudarte con mi boca. ¿Quieres probarlo? -

Mateo dijo de nuevo, pero Rosaría casi se atragantó con su propia saliva.

Pensó, “¿Este hombre está loco?

En el pasado, no era tan frívolo.

¿O esta es la apariencia original de Mateo porque ella no era su novia? ”

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!