Nuestro secreto romance Capítulo 10

Rouse soltó una carcajada después de la bofetada que le dí, yo estaba muy confundida y la muy idiota solo atinaba a reír. Iba quitarme de encima de ella pero ella tomó mis muñecas fuertemente y después me abrazó. Estaba forcejeando con ella pero al final termine cediendo.

Su perfume olía jodidamente bien y el echo de que me abrazara se sentía igual de bien, pero ella no me iba a joder de nuevo como la noche anterior.

—¡Ya suéltame Rouse!.

—No. Yo quiero seguir así. Además tú me has dado una bofetada.

—Y tú me has besado. Estamos a mano, eso te sacas por atrevida y por borracha.

—Tu querías que te besara....

—Y tu que te abofeteara, estamos a mano. Ya suéltame o juro que voy a gritar.

—Pues entonces grita por qué no te voy a soltar.—suspire pesadamente.—Puedo aguantar mil bofetadas más con tal de besarte de nuevo.

—deja de decir estupideces y suéltame.

—Si te suelto ¿Me darás un beso?.—pregunto con voz ronca.

—¡No!—grite exasperada.

—Entonces no.

Con mis manos libres toque sus costillas para hacerle cosquillas y que así me soltará y lo logré.

Me levanté de la cama y me crucé de brazos mientras que ella me miraba.

—Duerme... Y date un baño. Y cuando se te pase la borrachera reflexiona sobre lo que acabas de hacer.

Salí de su habitación y fui a dormir un poco ya que dentro de unas horas debíamos ir al instituto.

Me recosté y toque mis labios, sentía cosquillas en ellos y repetía una y otra vez aquel beso en mi mente, y aquellas palabras que me había dicho.

Hoy no se había comportado como suele hacerlo, pero estaba confiada en que todo se debía a la bebida.

—Tu no puedes sentir nada por Rouse.....—dije en voz alta para mí misma.

No podía, pero el corazón no entiende a la razón. Hacía mucho tiempo que estaba deseando sacar estos sentimientos de mí y ahora me sería mucho más difícil todo.

Estúpida Rouse ¿Por qué tenía que besarme? ¿Por qué tenía que venir a confundirme? Ella no tenía ningún derecho pero la culpa realmente no era de ella, fue culpa mía desde el principio, por mirarla como mujer antes que la hija de mi tía favorita que ya falleció.

No logre pegar los ojos toda la noche, mi cabeza estaba más confundida que antes, no quería sentirme así ¡Demonios! ¡Estúpida Rouse!.

¿Cómo me miraría ahora?

¿Lo recordara?.

Tomé una ducha para refrescarme y sentirme un poco más tranquila pero simplemente no podía estar después de lo que había sucedido anoche.

Termine de peinar mi cabello, me puse un poco de perfume y me chamarra color vino.

Bajé para tomar el desayuno, casi corrí para pasar rápido por su habitación y no tener que cruzarme la pero cuando creía mi victoria asegurada ella justo abría la puerta.

Su boca formó una perfecta "o" y no podía decir exactamente qué impresión tuvieron sus ojos al verme puesto que llevaba lentes oscuros.

Me quedé quieta esperando que ella dijera algo, pero no paso, ella se siguió de largo ignorandome. Solté el aire contenido y continue mi camino hacia la cocina para toparme con una escena bastante incómoda, Rouse estaba besando a Matías.

¿Pero que hacia ese hijo de puta aquí?.

Sentía el estómago revuelto, quería tirar de su estúpida cabellera negra y abofetearla hasta el cansancio, era una hija de puta, hace no muchas horas me besaba a mí y me decía estupideces y justo ahora ya se lo estaba comiendo en la cocina.

—Buenos días....—dije de mala gana para que Rouse lo notará y por algunos momentos busque sus ojos pero jamás me miro.

—Buenos días Vanessa.—me seguí de largo y me acomode sobre la mesa.

—¿Te desvelaste anoche hermanita?—me pregunto Hugo con una sonrisa en el rostro.

Pensaba ignorarlo pero el pobre de Hugo no tenía la culpa de lo que me estaba pasando.

—Algo así....

—¿Esa chica que te tiene loca no?.—el no dejaba de sonreír en ningún momento.

—¿Quien Daniela?—pregunte confundida. Asintió—ah si. Claro.

—Me alegró. Fabián me dijo que por la noche habrá una fiesta en su casa. ¿Adivina quién es la invitada estelar?.

—¿Rouse?—pregunte enarcando una ceja y el asintió.

—Vaya, creí que su mejor amiga era yo. Todo se derrumbó dentro de mi, dentro de mi....

—Dense prisa chicas o llegarán tarde...—dijo mi padre sentándose en la mesa mientras se preparaba una taza de café.

Rouse y Matías llegaron a la mesa y se sentaron, Rouse continuaba sin mirarme y eso me estresaba aún más.

Le daba miradas duras pero ella parecía no inmutarse de que yo estaba allí.

Todos tomamos el desayuno y todo estuvo en completo silencio.

Ya había terminado hacía unos minutos pero no podía irme por qué debía esperar a Rouse.

Levantó la mirada por primera vez y asintió en mi dirección, para darme a entender que nos podíamos ir.

Fui la primera en salir y subir al auto, obviamente en la parte trasera. Rouse y Matías subieron al auto y entonces nos marchamos al instituto.

El camino fue muy corto y en menos de lo que esperaba habíamos llegado.

—Esta noche puedes dormir en mi casa—Matias la beso y ella lo correspondió. Maldita hija de puta.

—¿A sí?—el asintió con una sonrisa pícara.—esta bien...—¡Listo!.

—Nos vemos después de clases....—iba a salir de una vez pero su voz me detuvo.

—Vanessa espera... Oye Mat.... ¿Podrías dejarnos solas? Te alcanzó luego...—el chico asintió y beso sus labios. Le guiño un ojo y salió.

—¿Qué quieres?—dije cruzandome de brazos.

—Hablar sobre lo que pasó anoche.

Lo lamento, es solo que...

—¿Qué estás confundida?—la interrumpi—pues ya está, yo también lo estoy pero no te preocupes aquí todo sigue igual, tú con Matías y yo con Da...

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