Nuestro secreto romance Capítulo 14

Luego de que mis padres salieran de la habitación mostraban rostros preocupados y ni mi madre ni mi padre se atrevían a acercarse para decirme que pasaba. ¿Debía esperar más tiempo? ¿Por qué nadie me decía que pasaba?

¿A caso a nadie le importaban mis sentimientos?. Me levanté y con pasos firmes camine hacia donde mis padres estaban.

—¿Qué pasa? ¿Cómo está Rouse? ¿Puedo entrar ya a verla?—Un inmenso dolor cubría todo mi pecho.

Mi padre tocó su mentón y soltó el aire contenido en su pecho, me tomo por los hombros.

—Hija lo siento mucho pero creo que lo mejor es que esperes un poco.—lo mire con confusión.

—¿Por qué? ¿Qué pasa?

—Rouse no se encuentra en las mejores condiciones, ella está muy confundida y los Doctores creen que lo mejor es que no reciba visitas hasta el día que le den el alta.....

—¿Tan mal está?.

Mi padre miro a mi madre y está asintió, yo estaba impaciente y no quería esperar tanto tiempo para poder ver a Rouse.

—Cariño, tu prima recibió más de dos golpes en la cabeza demasiado fuertes y eso de alguna forma le provocó pérdida de memoria.—mis ojos se cristalizaron de inmediato y podía sentir como de apoco mi corazón se quebraba—tiene dos fracturas en las costillas y también una fractura en su brazo izquierdo. Ella está muy confundida y cuando tu madre y yo entramos a su habitación ella se alteró, dijo no saber quiénes éramos ni por qué estaba aquí. El Doctor dijo que lo mejor era suspender las visitas.

Me quedé en completo silencio con la mente en blanco, las lágrimas resbalaban de mis mejillas sin control y después sentí como mi padre me envolvía con un abrazo y besaba mi cabeza. ¿Como podía decírmelo de una forma tan fría?. Aún recordaba todo con detalles, como Catherine la golpeaba hasta dejarla inconsciente y la sonrisa en su rostro.

¿Y esto era todo supongo? Ella ya no iba a recordarme más en un muy buen tiempo y eso me molestaba y me llenaba de dolor, todo estaba tan bien ahora.

Y es que para mí estaba siendo muy duro todo esto, recuerdo que la odie el primer día que la mire en el aeropuerto tan linda y extravagante y ahora la amaba como una idiota pero por cosas del destino todo se ponía de nuevo en mi contra.

Ella había cumplido su palabra de protegerme a toda costa y eso la tenía ahora en la cama de un hospital,

me sentía tan culpable.

Dos semanas después....

El día de hoy Rouse saldría del hospital, y a mis padres no se les pudo ocurrir mejor idea que dejar que yo la recogiera. "Justo como el primer día pensé" no quería hacerlo y menos ahora que las cosas estaban así.

—¿Por qué tengo que ir yo mamá?—le pregunté de nuevo a mi madre.

—Por que tú no la has visto y estuviste muy triste estas semanas que ella estuvo en el hospital....

—Hugo tampoco la ha visto.... Que vaya el.

—Vanessa por favor, solo ve por ella al hospital, aún si ella no sabe quién eres con el tiempo lo hará estoy segura.....

Asentí y bese la mejilla de mi madre mientras tomaba las llaves del auto, no era que no me hiciera ilusión el ir por ella al hospital ¿Pero que se suponía que iba a decirle? ¡Hola mi amor yo soy tu novia y también tu prima tu nombre es Rouse y es lo único que debes saber! Claro que no podía decirle algo como eso.

Los malditos nervios me consumían y entre más me acercaba al bendito hospital más se aceleraba mi corazón.

Este era el último semáforo y no quería que cambiará al verde, no estaba preparada para ver de nuevo a Rouse. El maldito semáforo cambio a verde y tuve que pisar nuevamente el acelerador, tenía que relajarme eso era. Me estacione y bajé para entrar a la recepción para preguntarle a la enfermera por Rouse, ella me dijo que estaba por bajar de la habitación y que tomara asiento mientras esperaba. Obedecí y tome asiento mientras mi rodilla brincaba sin control alguno, escuché el sonido del maldito elevador y efectivamente ahí venía Rouse acompañada por el Doctor, tragué saliva en cuanto la ví y ella me miro sin ninguna expresión de emoción en su rostro.

El Doctor dijo algo pero no pude poner atención a lo que decía por qué está se mantenía de lleno en Rouse.

—Y eso es todo señorita......

Asentí y mire al Dr perderse entre los pasillos. Estaba esperando para saber que decir exactamente pero nada salía de mi boca.

—¿Piensas quedarte ahí parada? Estoy muy cansada y quiero descansar....

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