Nuestro secreto romance Capítulo 17

Tocaba mi frente constantemente mientras intentaba concentrarme en otra cosa que no fuera Rouse, pero era prácticamente imposible.

Parecía una maldita acosadora 24/7 y tal vez no era nada malo pero a Rouse parecía incomodarle un poco y no quería que me odiara más de lo que me odiaba pero de verdad, no podía evitarlo. No había instante en que no me perdiera en su fascinante mirada, y que no deseara abrazarla entre mis brazos y besarla.

El día de hoy ella y yo estábamos solas de nuevo en casa, papá y mamá salieron a cenar con los jefes de mi padre y Hugo también los acompaño.

Yo y Rouse nos quedamos en casa por que ella tenía demasiados deberes en la escuela, y yo quería acompañarla para que no estuviera sola en casa.

—Rouse ¿Puedo pasar?—dije tocando la puerta de su habitación y sonando mi cabeza para que me viera, me dió un vistazo rápido y asintió.

Ella estaba tumbada en el suelo escuchando un poco de música, fruncí mi ceño ante tal echo ya que según yo tenía entendido que ella tenía demasiados deberes del instituto y por eso no había querido salir de casa.

—¿Hay algo estorbando en mi cara?—sali de mi trance sintiendo un poco rojas mis mejillas —¿Por qué me estás mirando así?.

—L-lo s-ien-to..... Ah... Yo, creí que tenías muchos deberes por hacer del instituto y veo que solo estás tumbada en el suelo escuchando canciones al azar.....

—Eres muy tonta Vanessa, no tengo muchos deberes simplemente no quería ir.

—¡Vaya! Parece que querías estar sola—dije apenada rascando mi nuca—debí haber ido con mis padres para que tuvieras tu espacio....

Dije sonando decepcionada, era evidente que a ella no le agradaba mi compañía en lo absoluto.

—No.—dijo sorprendiendome completamente—de echo deje aquello por qué sabía que si tú tenías en cuenta que tenía muchos deberes te quedarías para ayudarme.

Entre abrí los labios sin saber que responder al respecto por qué lo cierto era que lo que había dicho había echo que Miles de mariposas revolotearan en mi estómago.

—Entra y cierra la puerta por favor.—dijo con aquella voz demandante que tanto la caracterizaba.

Hice lo que me pidió y me adentre en su habitación.—Lamento si arruiné tus planes—dijo de pronto.

—¿Mis planes?—pregunte no muy segura de lo que había soltado.

Entre abrí la boca cuando la mire, mientras sentía el perfume de su cuerpo impregnar dentro de mi nariz, ese perfume embriagante me hacía perder la razón desde el primer instante que ella puso un pie en mi casa.  Todo era muy hermoso desde que ella llegó a mi vida, ella es hermosa.

—Si tus planes con tu novia.

Parpadee un instante pensando a quien se refería. Hasta que caí en cuenta de que se trataba de Daniela a quién ella se refería.

—¡Oh!—exclamé desviando mi mirada para evitar encontrarme con la de Rouse.—ah... no teníamos planes para hoy así que....

Espere atentamente unos segundos para examinar su rostro para ver si quizás había un poco de celos que fuera notorio pero no había señal alguna de que ella estuviera celosa un poco aún que sea. Por lo contrario ella me saco de mi órbita completamente después de lo que dijo.

—Creo que son la pareja ideal.—ella me miró y me dió una sonrisa sincera—creo que esa chica es buena para ti, capaz de cuidarte y protegerte con su propia vida. Se nota a kilómetros el respeto que te tiene y que en verdad te quiere.

Sonreí tristemente mientras agachaba la mirada. Era triste por que hace no mucho ella hacía lo mismo que Daniela y no puedo decírselo, eso quería decir que tomaría mucho para que ella recordara todo, y que incluso si ella recordara lo que paso entre nosotras antes de que fuera golpeada, era probable que sus sentimientos podrían ser distintos ahora.

—¿Dije algo malo?—pregunto haciendo que regresara a la realidad.

—No. Es que de lo que dijiste hay algo que me causo un poco de gracia.

—¿El que?— preguntó curiosa.

—Todo, por qué hace nada creías todo lo contrario con respecto a nosotras.

Creías que Daniela no era buena para mí. Antes de que tuvieras ese accidente.

Ella frunció su ceño desviando la mirada, regreso su mirada hacia mí luciendo confundida.

—¿Por qué yo creería eso?.

—No lo sé, pero como soy una buena prima y te quiero, voy a decirte algo.

Daniela, ella no es mi novia, o al menos ya no más.

Ella frunció el ceño aún más confundida y no era para menos.

Su rostro era digno de una fotografía para tenerla siempre como recuerdo.

—No entiendo....

—Ella y yo terminamos nuestra relación hace mucho. Seguimos siendo buenas amigas, pero yo amo a otra persona.

Ella enarco ambas cejas y yo solo atiné a asentir. Negó un par de veces y espero a que continuará.

—¿Quien es esa persona?.

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