PECADO DEL DESEO romance Capítulo 30

Los sigo por detrás. Desde mi ángulo puedo ver cómo se divierten conversando y entran uno tras otro en el salón de banquetes. Todos los que se cruzan con ellos les dedican felicitaciones.

La ceremonia comienza oficialmente y el presentador hace que el ambiente se anime al punto perfecto.

Estoy sentada en la audiencia mirando a Clyde sonreír en el escenario y a Sheila a su lado como una chica dulce.

Viendo cómo sus dedos se entrelazan, cómo intercambian anillos y cómo se besan, escucho un fuerte estallido procedente desde mi corazón.

—Selena, ¿estás bien? —Vuelvo a mis sentidos con el suave sacudo de Kenneth. Y veo que está poniendo comida en mi plato.

—Sí.

Como bajo la cabeza y las luces del salón de banquetes son bastante apagadas por el efecto de la ceremonia, Kenneth no se da cuenta de mi frustración.

Tengo suerte de que llevo un vestido conservador que me tapa muchas zonas. Por lo que no puede ver las marcas de beso que me ha dejado Clyde.

Aunque no se ven las marcas, están allí…Después de todo lo he traicionado…

La tristeza me invade así que me apresuro a servirle vino. Pero Kenneth ve mi muñeca vacía.

—Recuerdo que llevabas un lirio… ¿no?

Me asusto y un escalofrío sale de mi espalda. Sin más remedio, me invento algo para que deje pasar el tema, pero Kenneth me mira con recelo y pregunta:

—¿A dónde fuiste antes? Has tardado mucho.

Siento que tarde o temprano me obligará a decir la verdad.

Gracias a Dios, Clyde y Sheila justo vienen a brindar.

No sé lo que le pasa a Kenneth, pero es raro que insista tanto en beber con Clyde. Sheila solo sonríe mientras sirve el vino:

—¡Clyde y yo queremos brindar por vosotros!

—Clyde me ha dicho que estáis muy enamorados, ¡qué envidia os tengo! —Sheila sonríe—. En realidad, también espero que después de casarme con Clyde, ¡podamos llevarnos tan bien como vosotros!

Mira a Clyde con timidez.

Me río y tintineo la copa con ella.

—¡Seguro que sí!

—¡Gracias, Selena! —Se acaba la copa con mucha alegría—. Me han dicho que… ¿vais a tener un bebé?

Clyde cambia de expresión.

—¡Qué tonterías estás diciendo!

Sheila obviamente está asustada por su repentino enfado. Mis palpitaciones también se aceleran. La miro a ella y a Clyde, luego me agacho la cabeza sin decir nada.

—Clyde, ¡lo que ha dicho Sheila es verdad! —Kenneth se ríe—. Selena y yo tenemos planes de tener un bebé, pero solo podemos hacerlo por FIV.

—Ah, vale… —Sheila se deshace de la vergüenza de antes—. ¡Pues me han dicho que los niños nacidos por FIV son muy inteligentes y lindos!

—Sí. —Kenneth toma otra copa de vino frustrado—. Pero… va a ser un poco doloroso para Selena. Pues lo de FIV es algo muy complicado. Es necesario hacer muchas inyecciones y muchos exámenes… ¡A mí me asusta con solo pensarlo! Todo es culpa mía, si fuera un marido normal, Selena no tendría que pasar por eso…

—¡Kenneth! —Lo interrumpo y le arrebato la copa—. Estás borracho.

Me aparta, tambaleándose e inestable.

—No, no estoy borracho…

—Estoy feliz. —Él sonríe—. Mi hermano se ha comprometido con una chica simpática. Además, tengo a una esposa que me trata tan bien, ¡estoy feliz!

—Kenneth…

De repente me abraza y entierra su rostro en mi cabello.

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