Pedido de Amor romance Capítulo 22

Ella se rio.

Al verla, Alberto guardó el teléfono y abrió la puerta del coche para bajarse.

—¡Qué le voy a hacer, es que soy tan encantador que todas esas señoritas se me tiran encima!

—Bah, ¡qué sinvergüenza! —la carita de Selena mostró su desprecio.

En la Ciudad Azul, Alberto era conocido como un “donjuán”, pero debido al poder de la familia Donel, nadie se atrevía a comportarse así delante de Alberto.

Selena era la única que se burlaba de Alberto y le criticaba sin piedad.

—Vamos, vamos, vamos a cenar. Ni siquiera almorcé para aprovechar la cena.

—Anda, ¡quién sabe en qué cama te metiste a la hora de almorzar!

Charlaron los dos mientras se dirigían al puesto.

Selena pensó ingenuamente que Alberto nunca había estado en un puesto de barbacoa y tomó la iniciativa de pedir un montón de comida deliciosa.

Cuando terminó de pedir, se dio cuenta de que la persona a su alrededor los miraba de forma extraña de vez en cuando.

—¡Dios, ese guapo es tan rico! ¡Conduce el último Maserati, que vale más de 3 millones!

—Ay, la chica que se sienta frente a él es realmente fea.

—Es fea, pero conoce a un chico guapo rico, así que supongo que es de una buena familia.

—¡Tienes razón!

***

Al escuchar el murmullo de la multitud, a Selena no le importó, pero miró a Alberto y preguntó:

—¿Qué tal si... nos cambiamos para sentar adentro?

Tenía miedo de que Alberto no pudiera soportar todas las miradas extrañas y los comentarios.

—¿Temes que me avergüence? ¡Qué superficial!

Mientras Alberto decía esto, el dueño trajo dos botellas de cerveza. Alberto arrancó la chapa ágilmente y los vertió en dos vasos desechables, luego dio un sorbo.

—Desde niño, he estado oyendo comentarios peores durante todos los días, pero me da lo mismo y vivo feliz. No hay que prestar demasiada atención a lo que piensan los demás, hay que vivir para uno mismo.

Miró a Selena con una ceja alzada y continuó:

—La única manera de protegerse es ser invencible. ¡Venga, brindamos!

—No puedo beber —Selena sabía que tenía un bebé y tuvo que mentir—. Tengo la regla, voy a tomar zumo.

Conoció a Alberto desde hace tres o cuatro meses.

Era la primera vez que salieron así.

Por su forma de hablar, Selena se dio cuenta de repente de que tal vez Alberto no era el tipo de perdedor que otros pensaban.

***

Mientras tanto, en la familia Lirio.

Cuando Bruno obtuvo la información que le habían enviado el investigador, se apresuró a regresar a casa tan pronto como pudo y les comunicó a Laura y Juliana sus hallazgos.

—Selena está embarazada del bebé de Aaron, desde hace más de dos meses.

—¿Qué? ¡¿Embarazada... embarazada?! Eso no puede ser, ¿cómo pudo Aaron tener sexo con la Selena tan fea?

Tal resultado no era aceptable para Laura de ninguna manera.

En cuanto recogió la información de la investigación que había sobre la mesa, además de las diversas pruebas, por ejemplo fotos de Aaron y Selena en el hospital.

—He oído que la señora Patricia drogó al señor Aaron, pero Selena encontró a Aaron accidentalmente y los dos se acostaron así —explicó Bruno.

Sólo que su rostro de complexión oscura estaba lleno de ira.

—¡Qué suerte tuvo esa maldita chica!

Juliana se sentó en el sofá, mirando atentamente los hallazgos, sin decir nada.

Fue Laura quien se enfadó mucho.

—¡No, no puede ser! ¿Cómo podré casarme con Aaron si el bebé nazca del vientre de Selena?

—¡Laura, cálmate!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Pedido de Amor