PERVERSIÓN romance Capítulo 25

Dejé el móvil de nuevo en el colchón y seguí dándole mimos a mi mujer, mientras ella se recuperaba y mi mente daba vueltas a todo aquello. Sara se recobró enseguida y volvió a buscar el teléfono, poniéndolo en marcha de nuevo y viendo por tercera vez la grabación pero ahora conmigo al lado.

-Veo que te ha gustado -le dije a Sara.

-Qué fuerte, Carlos… no me puedo creer que los grabaras follando…

-no vi reproche en sus palabras, solo constataba el hecho que me hubiera atrevido a hacer algo así.

-Yo tampoco. Fue algo superior a mí… verlos y supe que tenía que inmortalizar ese momento -le dije sinceramente

- ¿Estás enfadada?

-No, qué va. Creo que hubiera hecho lo mismo… bueno, quizás no… me parece que en tu lugar yo tendría las manos ocupadas en algo más… ¿de verdad que no te pajeaste viéndolos? Yo no sé si habría sido capaz de contenerme…

-¿En serio? -no me podía creer que Sara pensara eso de verdad- bastante miedo tenía que me pillaran como para sacármela allí en medio del pasillo… -Ya, lo entiendo. ¿Y ahora qué le digo a Judith? -me preguntó de sopetón.

-¿Decirle qué? -Pues lo de la hora. Ha sido bastante insistente con el tema…

-Pues repítele lo que ya le habías dicho, que me pasé antes de que llegara ella…

-No creo que se lo trague… Se me ocurre una idea -dijo mirándome divertida. Cogió mi móvil, abrió el whatsapp y empezó a escribirle a Judith. Cuando acabó, me enseñó lo escrito y no daba crédito a lo que había hecho.

-Mira, que esto quede entre tú y yo, pero me he pasado por tu casa después de las siete. Le he mentido a Sara para no contarle lo que me he encontrado allí, no quería que se enfadara conmigo. Siento haber entrado así pero pensaba que no había nadie en casa…

-Tú estás loca Sara… ya verás qué cabreo se va a pillar tu amiga… Enseguida sonó el teléfono y Sara se apresuró en mirar la respuesta de su amiga. -Ya me imaginaba algo… y dime ¿te gustó lo que viste? Sara empezó a reírse mientras yo flipaba viendo su respuesta.

-Menudo cabreo tiene jajaja -dijo mientras reía y escribía su respuesta.

-¿Tú qué crees? -enseguida otro pitido y otro mensaje. -Que te encantó y que eso era lo que te daba miedo que Sara descubriera ¿me equivoco?

-Ni un ápice -contestó Sara

- ¿Entonces me guardarás el secreto? -continuó escribiéndola.

-Por supuesto -contestó ella enseguida- pero quiero algo a cambio de mi silencio. Ahora fuimos los dos los que nos quedamos a cuadros, ninguno de los dos nos esperábamos esa respuesta.

-¿Qué quieres? -preguntó Sara.

-Tú me has visto desnuda. Lo justo sería que yo también te viera, así que mándame una foto tuya desnudo y seré una tumba. Yo miré aturdido a Sara, nunca hubiera imaginado que aquello acabara con esa petición y había que parar aquello ya. Pero para mi sorpresa y consternación, mi mujer parecía estar planteándose seriamente su petición.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: PERVERSIÓN