¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 13

POV SERGIO

No saben lo bien que se siente estar durmiendo de esta forma con Lianna. Juntos, abrazados y felices, sin ninguna preocupación extra ni mucho menos las antiguas porque todos esos miedos y preocupaciones quedaron atrás el día de ayer. Amo estar con Lía, es algo que de verdad me relaja y me hace ser quien de verdad soy. Planeo disfrutar todo el tiempo que pueda con ella. Planeo hacerla olvidar todos sus problemas. Planeo hacerla muy muy feliz o por lo menos, lo más feliz que se pueda.

Anoche nos quedamos jugando hasta tarde Call of duty. Comienzo a creer que Lía es cada vez peor en el juego, pero al menos nos divertimos y eso es lo que de verdad me importa... Que podamos ser de esas parejas que juegan y se divierten y no pasan todo el día diciéndose cursilerías me gusta. En verdad ni siquiera recuerdo que nos hayamos besado. Solo jugamos toda la noche y nos quedamos dormidos a las 6 de la mañana hablando. Ella sobre mi pecho y yo boca arriba, tal y como estábamos cuando conversamos de nuestros sentimientos antes. Ahora son las 12 de la mañana y Lía sigue durmiendo, pero la dejaré dormir tranquilamente.

Intento levantarme de la cama sin despertar a Lianna. Dura misión porque ella es de esas chicas que tienen el sueño muy muy liviano, pero completo la misión cuando le pongo una almohada para que abrace en vez de a mí. La veo dormir por unos segundos y una sonrisa se forma en mis labios.... Se ve tan hermosa y joven cuando duerme. Casi me siento un pedófilo al verla de esa manera. Cuando duerme, representa 13 cuando en verdad tiene 16 años y eso es lo que tengo que repetirme muy seguido para no sentirme mal conmigo mismo. Lianna ya no es una niña, ella sabe lo que hace y si ella decide que quiere estar conmigo, aunque soy tres años mayor que ella, es su decisión la cual me alegro de que tenga tomada.

Voy a la cocina y le preparo un súper desayuno. Tostadas con mermelada de frutilla y jugo de naranja recién exprimido, para ambos. Lo pongo en una bandeja y se la llevo a la cama de nuestros padres, que es donde estamos durmiendo. Sé que puede ser un poco insolente aquello, pero su cama es muy grande y ellos no están aquí para aprovecharla.

Camino muy despacio para no derramar ni una gota de jugo y para cuando entró en la habitación y dejó la bandeja en uno de los veladores, doy por mi cumplida una de mis segundas misiones del día.

-Lianna- le digo en un susurro en su oreja.

Ella parece escuchar mi voz al instante ya que abre los ojos casi sin dificultad. Les dije... Sueño liviano.

-Hola ojos raros- me dice mientras ve fijamente aquellos.

Yo solo río un poco y le doy un beso en la frente y uno pequeño en los labios. Dios daría lo que fuera para que todas mis mañanas fueran así.

Me siento junto a ella en la cama y pongo la bandeja con la comida sobre nuestros regazos. Lianna parece estar muerta de hambre ya que solo me agradece con la mirada y se pone a comer. Es algo tierno y dulce a la vez. Cuando terminamos la comida, dejo la bandeja a un lado de la cama y Lianna me abraza fuertemente.

-Tengo una idea- le digo en su oído- ¿Por qué no vamos a comer afuera hoy? Es un lindo día y no salimos de casa juntos desde aquellos dos días....

- ¡Claro! - me interrumpe ella llena de emoción- Vamos al centro comercial a comer y vamos pronto porque estoy muerta de hambre.

Ambos nos reímos y asentimos.

-Vamos a cambiarnos de ropa niña hambrienta de África- estoy de muy buen humor hoy y creo que Lianna lo nota y le parece un poco extraño, pero solo asiente me besa fugazmente los labios y corre al segundo piso a cambiarse de ropa.

Yo también lo hago y subo detrás de ella. Me baño lo más rápido que puedo, porque sé que Lianna no es de las chicas que se demoran un montón en bañarse y arreglarse. Ella es una chica común. Me visto con unos jeans ajustados negros, Vans del mismo color y una camisa de cuadros negras y blancas.

-Vamos Sergio te estas demorando demasiado. ¡Pareces una mujer de tanto que te demoras!

Luego de escuchar el grito acusatorio de Lianna- el cual me causó mucha risa y diversión- tomo las llaves de mi auto y mi billetera, para luego bajar y encontrarme a una Lía con su pelo liso y desarreglado- como siempre y eso no le quita lo lindo- vestida con un short de jeans muy corto y ajustados con un top negro ajustado también y arriba de éste, una camisa a cuadros muy parecida a la que tengo puesto yo ahora.

-Te ves preciosa- le digo a lo cual ella se sonroja.

Es impresionante lo que ella puede hacer para vestirse en tan solo unos minutos.

En silencio nos subimos al auto y conduzco por unos 15 minutos- en completo silencio, pero no incomodo- hasta llegar al centro comercial que me indicaba Lianna. Me estaciono en el subterráneo y vamos directamente al patio de comida.

-Puedo escuchar tu estomago rugir por hambre desde aquí, hambrienta- le digo bromeando y lo que recibo de ella es un gran puñetazo en mi brazo izquierdo, pero parece que le dolió más a ella que a mí, porque veo su mueca de dolor que se posa sobre su cara

- ¿Nunca has escuchado del principio de acción y reacción de Newton? - le digo entre risas

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