¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 17

POV SERGIO

Los días pasaban y con Lía estamos cada vez más unidos. No estamos todo el tiempo juntos pero lo necesario para saber que todo entre nosotros está bien. O incluso más que bien.

Me alegra haber influido en ella con lo de la lectura. Los amigos de Lía no han estado presentes por unos días y eso la tiene un poco triste, pero al menos tiene los libros para pasar el rato. Además, he tenido que ir a la universidad a tomar clases de nivelación, unos dos días a la semana en los que odio tener dejar a Lía tanto tiempo sola. Ella me dice que es necesario si quiero ser un Sr Torres, que es su nuevo apodo para mí, ya que es el nombre de su profesor de Biología.

Pero hoy es sábado. Un hermoso y soleado sábado. Un sábado en que no tengo que ir a la universidad. Un sábado al que han llamado el día de los enamorados. Hoy es sábado 14 de febrero.

Se que debería estar emocionado y con urgencia para ir a comprar un regalo, pero en verdad, jamás he festejado este día, ni cuando estaba de novio en mis años de adolescencia. Lía tampoco es de las chicas que festejan este día y ha estado tan tranquila como siempre. Si, somos todos unos románticos.

Me desperté hace solo unos minutos con Lía a mi lado, ella obviamente aun dormía ya que, por alguna extraña razón, ama dormir. Bajo a hacerle el desayuno. Algo simple, unas tostadas con mermelada de durazno y una taza de café con leche. Como siempre subo con una bandeja que contiene toda la comida que prepare y la despierto suavemente.

-Lianna López- le grito arrojándole una almohada en la cabeza. Soy un amor de novio- Es hora de despertar, adolescente perezosa.

Ella parece gruñir por un momento y me regresa la almohada con mucha violencia. Afortunadamente había dejado la bandeja en una de las mesas de noche, o si no, la comida hubiera sufrido un gran impacto.

- ¿Así tratas al lindo de tu novio que te trae desayuno?

-Así trato al ogro que me despierta con tanta urgencia como si la casa se estuviera quemando.

Ambos nos reímos mientras tomo la bandeja y ambos sacamos su contenido para alimentarnos. "Nada une más a las personas que la comida". Eso decía mi madre y jamás le había encontrado significado hasta que conocí a la hambrienta de mi novia.

Como extraño a mi madre.

- ¿Estas bien? - escucho que me pregunta Lía.

Sacudo un poco la cabeza para despejar los pensamientos tristes de mi mente. Le prometí a Lía que jamás estaría triste estando con ella e intento mantener mi promesa... Pero a veces es muy difícil.

-Solo pensaba en mi mamá- le digo a Lía quien me besa en la mejilla. Un sonoro y tierno beso.

-Debes dejar de pensar en tu madre con tristeza, Sergio- Lía agarra mi cabeza con sus manos y planta un beso en mis labios, corto pero preciso- A ella no le gustaría que cada cosa que te recuerde a ella te de pena, tienes que recordarla con felicidad. Aunque no la conozco sé que eso hubiera preferido.

Lía siempre me da sus discursos para hacerme sentir bien. Claramente funciona. Ella es todo mi ser, absolutamente todo.

Dejo la bandeja, ya vacía, en el suelo y me abalanzo sobre ella, dejando a una muy sorprendida Lía debajo de mi cuerpo. Comienzo a besarla suavemente mientras acaricio su cintura, con muchas ganas de sacar aquella playera de Bello Kitty que adorna su cuerpo.

-Por cierto- digo separando mis labios de los suyos- Feliz día se San Valentín.

- ¿Qué? ¿Hoy es 14? Por dios Sergio, lo siento, no te tengo ningún regalo.

-Tranquila Lía, tampoco yo. Este será nuestro regalo.

Lía solo asiente mientras saca la playera que tengo puesta. Una blanca, me encantan las playeras blancas, pero parece que a Lía no ya que suele sacarlas de mi cuerpo. Nos besamos mientras comienzo a desnudarla también y como en muchas otras veces, dejamos que las cosas solo fluyeran.

Este será el mejor día de San Valentín de mi vida.

POV LIA

Este será el mejor día de San Valentín de mi vida.

Eso es lo único que puedo pensar mientras me baño después de un agradable despertar con Sergio. No teníamos ganas de cocinar, aunque, mejor dicho, Sergio no tenía muchas ganas de cocinar. Nuestros padres, de los que no oímos casi nunca, nos depositaron más dinero en la cuenta de Sergio, para así poder sobrevivir. De pro si no gastamos casi nunca el dinero que nos dan, así que decidimos que sería genial ir a comer afuera. A un restaurante.

Es por ello que escojo un vestido corto y veraniego con vuelos al final del vestido. Es verde con detalles azules, lo que me recuerda los ojos de Sergio... Sus extraños y hermosos ojos. Con unos botines de verano convino mi atuendo, dejo mi pelo suelto y salgo del baño para esperar a Sergio, quien siempre se demora más que yo en estas cosas.

Cuando bajo a esperarlo en el living, veo que él ya está allí, vestido con unos jeans ajustados y una sudadera azul oscuro. Se veía realmente muy guapo, sin mencionar que el azul de su sudadera acentuaba de una forma hermosa su ojo azul y el verde de sus vanos hacían que su hijo verde se viera un poco más claro.

Sergio se veía jodidamente sexy.

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