¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 21

Esto no puede estar pasando, no... ¿Qué es lo que hice mal? ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿CÓMO NO PUDIMOS PREVERLO? No puedo sacarme estas preguntas de mi cabeza, la cual hace unos minutos da vueltas y mi vista está borrosa por el llanto. Hace minutos me enteré de que iba a ser mamá, de que un pequeño ser está creciendo dentro mío... Un bebé de Sergio y mío.

Mierda, estoy embarazada de mi hermanastro. Nada bueno puede salir de esto se los aseguro.

Mi mente da vueltas y realmente no sé dónde estoy. No recuerdo nada después de haberle mostrado los test de embarazado a Sergio. Nada. Cero. Mi mente parece haber sufrido un pequeño colapso porque no recuerdo nada.

Cuando recupero parte de mi conocimiento y miro a mi alrededor no reconozco nada. Es de noche y estoy perdida. Embarazada y perdida, esto no puede ser mejor, nótese mi ironía. Estoy en un bus yendo hacia alguna parte, pero no reconozco nada alrededor, mi paisaje, nada. Estoy sola, Sergio no está a mi lado, esa no puede ser una buena señal ¿verdad? Me digo a mí misma que no tengo que temer, que si estoy en esta situación nada tiene que ver Sergio. Él jamás me abandonaría ¿cierto? No puedo evitar pensar estas cosas, no sé lo que me está pasando, pero siento melancolía al pensar en Sergio.

¿Lo estaré abandonando yo?

Esa pregunta tiene mucho más sentido en mi cabeza. Acabo de arruinar el futuro brillante de un chico que apenas está empezando la universidad. No puede ocuparse de un bebé y menos de una chica de 16 años embarazada con muchas hormonas y un bebé llorón. No. No. No. Tengo que alejar a Sergio de todo esto. Su futuro será mucho mejor si no me tiene a mi o a nuestro bebé a su lado, así podrá concentrarse en sus estudios y vivir feliz siendo el mejor profesor que se puede ser. Esa es su felicidad. Lo sé y no me interpondré en ella.

Un poco más tranquila sabiendo que Sergio tendrá una buena vida me acomodo en el asiento del bus y comienzo a dormitar, estoy muy cansada y los parpados me pesan demasiado. Apenas siento mis ojos cerrarse no puedo volver a abrirlos y me quedo dormida en pocos minutos.

UNAS HORAS DESPUÉS.

Siento el bus detenerse bruscamente lo que me despierta. Ya es de día y puedo ver mejor por la ventana, aunque sigo sin conocer mucho del paisaje. Me doy cuenta, cuando veo a unos pasajeros tomar mochilas y bolsos, que no he traído nada conmigo y me doy una cachetada interna por no haber traído ropa, dinero o algo con lo que lograra comenzar de nuevo... soy la peor madre del mundo, este bebé aun no nace y yo ya lo estoy condenando a una vida de miseria y mierda.

Y sin padre. Si, soy la mejor madre del mundo. Alguien allá arriba no te quiere bebé porque te han dado a la peor madre que pudieron haberte dado.

No sé dónde estoy, muero de hambre y de sed. Comienzo a caminar para ver si reconozco algo de este lugar. No creo haber sido tan insensata e irresponsable como para haber tomado el primer bus que estaba en la estación, aunque por el modo en el que estoy actuando puede que sí y eso me asusta mucho.

Camino por horas hasta que encuentro algo que aparece en mi memoria inmediatamente. Un cementerio, el único cementerio que he visitado en mi vida. El mismo cementerio en el que está enterrada la familia de Sergio.

Estoy en el pueblo natal de mi novio, pero ¿Por qué? ¿Qué ocurría en mi cabeza al tomar un bus hacia acá?

Sin pensarlo dos veces y por el deseo de estar cerca de un paisaje que reconozco, entro y me dirijo hacia donde recuerdo está la tumba de la madre de Sergio y por primera vez, recuerdo porque estoy en este lugar.

-Hola- digo amablemente sentándome delante de la tumba de la madre de Sergio- No sé si me recuerda, soy Lía, la novia de su hijo o exnovia, ya no sé, en las últimas horas pareciera que no sé nada. Creo que inconscientemente vine para pedirle perdón. Necesito disculparme con alguien por haberle complicado de esta manera la vida de Sergio. Ahora que estoy siendo un poco más sensata que antes no puedo decir que lamento arruinar su vida, porque no veo a este bebé como un instrumento destructor. No, él o ella no tiene nada de culpa en este asunto. Sergio es un joven con mucho futuro y no quiero que deje todo de lado para estar conmigo y su hijo, pero a su vez, siento que no puedo alejarme de él, siento que lo necesito y sé que el bebé también lo va a necesitar mucho a él. Nadie que habite mi cuerpo ahora mismo está conforme con la idea de dejarlo ir. No quiero ser egoísta, pero si lo alejo de mi por su bien lo estoy siendo y el único afectado será mi bebé y si lo mantengo a mi lado y se hace responsable, él será el afectado. Sinceramente, creo que esperaba que usted pudiera ayudarme a tomar una decisión, Sergio siempre dijo que usted era sabia y ahora necesito un consejo más que nadie en este mundo.

Cuando termino de hablar todo está en silencio. Ni un ave ni un insecto de escucha a mi alrededor, al menos hasta que una hoja hace el sonido de quebrarse a mi espalda, haciendo que instantáneamente me dé la vuelta y lo que encuentro es a la abuela de Sergio mirándome con una pequeña sonrisa.

Mierda.

-Hola Lianna- me dice acercándose a mí

-Hola- digo con un hilo de voz porque nuevamente estoy aguantando las lágrimas- Perdón por estar aquí, me iré en seguida, no se preocupe.

Comienzo a levantarme, pero la mano de la abuela de Sergio me lo impide, haciendo que nuevamente quede sentada y ella se siente a mi lado, frente a la tumba de su hija.

-Escuche lo que le dijiste- dice lanzando la bomba sin rodeos- Lamento haberlo hecho, siempre vengo en las mañanas a visitar a mi hija, dejarle un poco de flores e irme. Vamos no llores así- dice abrazándome al ver que acabo de romper en un llanto incontrolable- Lianna, tranquila por favor, no estés así, le puede hacer daño a mi bisnieto.

Sus palabras me sorprenden y me hacen parar de llorar. Ella me mira con lágrimas en sus ojos y una sonrisa se forma en su cara. Con mucho cuidado, pone una de sus manos en mi estómago, allí donde en unos meses habrá una enorme panza.

-No soy tan sabia como lo era mi hija- dice casi en un susurro- pero puedo decirte que un bebé es un milagro para la vida, no importa si es esperado o no. Mi nieto ha sufrido mucho el último año, Lianna, muchísimo. Ha perdido mucha gente a la que él quería con toda su alma. Por favor, no le hagas pasar por esto de nuevo con su propio hijo, no sé si él podría soportarlo.

Sus palabras hacen que las lágrimas broten de nuevo en mis ojos y un horrible y sonoro sollozo se escurra por mi garganta y salga por mis labios, mientras digo o más bien grito:

- ¡No quiero ser un impedimento para que él realice su vida! No quiero que se quede conmigo solo por el bebé. No quiero que tenga que interrumpir su futuro y todo lo que él siempre ha querido por tener que trabajar y mantenernos.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Por qué eres mi hermanastro?