¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 25

Me despierto repentinamente gracias a un rayo de luz solar que se escurre por la cortina de la habitación que comparto con Sergio. Gruño sonoramente por haber sido despertada de aquella forma, es incómodo que un rayo te despierte y a la vez te ciegue. Con mi mano comienzo a tantear la cama en busca de Sergio quien debería estar durmiendo a mi lado como siempre lo hace, pero sorprendentemente hoy no está. ¿Dónde se habrá metido? Veo la hora en el celular de Sergio y veo que son las una y media de la tarde. Ahora comprendo porque Sergio no está conmigo. ¡He dormido más de 12 horas! Nunca me había pasado esto, no soy realmente buena para dormir. Decido que lo mejor es despertarme bien de una vez y buscar a Sergio. Pero antes, me doy una buena ducha fría para combatir el calor del verano que, aunque éste se esté acabando, las temperaturas y el aire sofocante siguen de la misma manera que al principio. Me visto rápidamente con un vestido floreado azul y mis zapatillas negras. Me siento muy cómoda vestida así.

Me dirijo a la cocina cuando allí veo a un par de ojos extraños y muy masculinos leyendo un diario sentado en el comedor de la casa. Sigilosamente me pongo detrás de él y salto diciendo ¡Bu! muy fuerte. Sergio estaba tan concentrado leyendo que se asustó llegando a saltar de la silla.

- ¡Lía! Me has dado un buen susto bella durmiente- dice dramáticamente poniendo una mano en su corazón.

Yo solo me río y me siento en su regazo mientras que él pasa sus manos por mi cintura posando éstas en mi estómago. Es un gesto que ya había hecho antes desde que estamos juntos, pero ahora tiene mucho más sentido y significado ya que sus manos están justo en el lugar donde un pequeño ser está creciendo. Un pequeño de ambos... Saca una de las manos de mi estómago para correr todo mi cabello, que hoy está un poco ondulado debido a haberme quedado dormida con una trenza amarrándolo, a un lado y posa su cabeza en el hueco formado por mi hombro y mi cuello que ahora está libre de cabello. Luego vuelve su mano a mi estómago y nos quedamos un buen rato así, simplemente disfrutando del momento de intimidad que podemos tener justo ahora, disfrutando de uno de los pocos momentos que nos está quedando antes de que nuestros padres vuelvan y no podamos estar solos. Decido que no quiero pensar en eso, no quiero arruinar los pocos momentos completamente felices que tengo con Sergio pensando en estas cosas y poniéndome de mal humor, así que rompo el silencio buscando algo más en que pensar.

-Ayer me di cuenta de algo curioso cuando estábamos en el cementerio- le comento- Me di cuenta en la tumba de Erick que tenemos el mismo apellido.

Sergio se queda pensando un momento en aquello y luego solo hace un gesto con los hombros quitándole importancia

-Bueno, nunca había hecho esa relación. A Erick no le gustaba llevar el apellido López. No tenía una buena relación con su padre así que siempre decía el apellido de su madre. Es solo una coincidencia, supongo. Tu apellido es muy común.

Asiento dándole la razón y quedándome callada. La verdad es que, desde ayer, cuando vi aquel apellido en aquella tumba, sentí una extraña sensación de familiaridad que no había sentido antes. No podía comprender porque me sentía de esa manera y cuando conocí a su hija, Zoe, con ella también tuve esa sensación inexplicable de familiaridad. Incluso cuando la tuve en mis brazos se me puso la piel de gallina, sintiendo una extraña conexión con esa pequeña.

Bueno, probablemente solo hayan sido cosas mías. Siempre me han interesado las personas que tienen mí mismo apellido y la conexión con Zoe se puede explicar fácilmente con que me vi en un futuro muy cercano tomando en mis brazos a mi hijo o hija del modo en que lo estaba haciendo con Zoe en ese momento.

-Había olvidado decirte- dice Sergio interrumpiendo mis pensamientos- Mi abuela tuvo un viaje de emergencia donde una antigua amiga suya un poco lejos de aquí. No estará por el resto de la semana y había pensado que como ella no iba a estar aquí, no había razón para nosotros quedarnos. Además, siento que ya he estado mucho aquí. Los recuerdos me están inundando y necesito respirar un poco.

-Claro- digo sin pensarlo dos veces- Vamos a casa no tengo ningún problema.

Y es verdad. No tengo algún problema con ello. Además, se a lo que se refiere, he visto el modo en que cuando vamos caminando por la calle se queda mirando algún lugar en especial y cuando le pregunto qué le pasa solo me responde diciendo "Aquí mi madre me enseñó a andar en bicicleta" o "Aquí fue donde con Gabriel espiamos a Erick dando su primer beso" Puedo ver como la nostalgia lo está atacando y cuando lo hace veo esa mirada que tenía los primeros días que lo conocí... y no quiero volver a ver esa mirada nunca más.

-Vamos de día de campo- dice sacándome nuevamente de mis pensamientos- Sólo hoy, mañana en la mañana nos vamos, pero hoy disfrutemos el día y yo sé exactamente dónde puede ser.

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