¿Por qué eres mi hermanastro? romance Capítulo 48

POV SERGIO

Ya han pasado 5 meses desde que recibimos aquella amenaza por parte de mi padre. Roberto. Ya no me agrada decirle padre, ya que creo que uno no trataría de matar a las personas que hacen más feliz a su hijo y mucho menos si aquel pequeño ser que quiere matar es también su nieto.

No se puede llamar padre a eso.

Al menos pareciera que ya no está tratando de buscarnos ni nada de eso, aunque nunca se sabe... Con Lía aun tomamos medidas de precaución por si se le ocurre aparecer. Ella nunca está sola y cuando yo no estoy, la dejo en casa de nuestros amigos o simplemente donde mi abuela. Ella ama a León así que no le molesta que mi novia y mi hijo estén en su casa.

León. Ya tiene casi 6 meses de edad y es un bebé hermoso. Por fin los colores de su cabello y de sus ojos se han definido, o al menos eso creemos.

Su cabello es como el de Lía, quizá un poco más claro, pero se parece muchísimo al cabello de Lía. Igual de lacio y del mismo color. Sus ojos... Dios sus ojos son mi parte de la herencia hacia este chico- sin contar muchas facciones de su cara también-pero el color de sus ojos. Bueno, los colores de sus ojos son lo que lo convierte irremediablemente- lo quiera o no- en parte de mi familia. La familia de mi madre, porque de mi padre espero que no haya sacado ningún atributo maligno, pero creo que si lo cuidamos y criamos correctamente no debería salir nada mal... Bueno como decía, sus ojos. Uno, el de la derecha es verde, como uno de mis ojos, pero el otro es marrón del mismo color que los ojos de Lía. Es la perfecta combinación entre nosotros dos.

León sacó lo mejor de nosotros dos físicamente y espero que psicológicamente también lo haga.

Seguimos de vacaciones y permanecerá así por un mes más. Es por eso que hoy, día lunes ya por la tarde, estoy en casa con Lía y León. La recogí de casa de mi abuela que es a donde va ella cuando voy a trabajar por las mañanas. Las cosas nos van bien monetariamente. Aún nos queda un poco de lo que recibió por la muerte de su madre. El seguro de vida de ella estaba a nombre de Lía- un detalle que debió olvidar Roberto- y recibió una gran cantidad de dinero. Ahorramos la mayoría, para la universidad de León y esas cosas, pero aun así nos quedó una buena cantidad. Eso más mi trabajo, en el que no pagan nada de mal, sobrellevamos muy bien las cosas del mes.

Sólo espero que las cosas sigan igual de bien por mucho tiempo.

Me quedo mirando el álbum de fotos de la familia. Hemos hecho muchas entradas ya que nos gusta sacarle fotos a León, aunque a él no le gusta en absoluto.

Veo el crecimiento que ha tenido a lo largo de las fotos y no puedo creer que esté tan grande.

-Dios, no quiero que siga creciendo- dice Lía a mi lado sobresaltándome.

No sabía que ella estaba aquí. Me tomo por sorpresa. Lía se ríe porque llevo una mano a mi corazón teatralmente y finjo que sufro de un infarto. Ambos nos matamos de la risa.

- ¿Dónde está León? - pregunto viendo que no lo tiene entre sus brazos.

Lía me indica con la mano hacia el salón principal pequeño que tenemos. León se encuentra allí sentado en su pequeño aparato para bebés y jugando con los móviles de animales que siempre ha amado. A pesar de que los meses van pasando, a él no le deja de gustar ese juego y sigue divirtiéndose tratando de agarrar a los animales.

Será un niño muy inquieto, puedo preverlo. Puede que sea como Tommy, pero él era incluso más inquieto por lo que me ha contado Mila así que descarto esa idea de inmediato. Sinceramente, no sé qué haría con un niño tan inquieto como Tommy las 24 horas al día.

-Creo que deberíamos ponerlo en su andador- digo mirando a León que ha dejado de jugar y pareciera querer gatear.

Si, porque él también le encanta gatear. Por toda la casa. A todas horas. Especialmente por la cocina así que pueden pensar cómo se pone Lía ante la idea de ponerlo además en un andador.

Ella arruga la cara y después pone un gesto de preocupación.

-No creo que sea una buena idea, ya tenemos bastante con un bebé de 6 meses que se mueve por todos lados gateando ¿Te lo imaginas en un andador? Tendrías que buscarme unos pulmones de hierro para correr detrás de él durante todo el día

-En algún momento tendrá que aprender a caminar, pequeña. Tranquila, probemos como es.

Lía asiente haciendo un mohín. Me encanta cuando hace eso y la tomo en brazos como una princesa y la dejo al lado de León a quien saco de su aparato y comienza- como lo ha hecho los últimos meses- a gatear por la casa.

Voy a la habitación de León donde en una esquina está el andador de bebé que compré hace un mes y lo arme hace unas semanas. Sólo porque Lía no quería poner a León ahí es que no lo habíamos usado, pero la convencí ahora, más fácil de lo que pensé que iba a ser.

Lo bajo hacia donde está Lía persiguiendo a León quien gatea alrededor de la mesa del comedor. Mi pequeña nuevamente comienza a hacer un mohín en mi dirección cuando nota que León se ha sentado debajo de la mesa.

No quiero ni imaginarme como será cuando aprenda a caminar

Le doy un pequeño beso en los labios a Lía y me agacho para alcanzar a León. Como él ve que voy tras él comienza a gatear hacia el otro lado del que me encuentro yo.

-Ve hacia el otro extremo de la mesa, Lía- le digo entre risas.

Siento que ella se mueve y veo que atrapa a León en brazos. Éste solo ríe y aplaude como un buen bebé que es. No llora mucho, sólo cuando tiene hambre, frío o algo en el pañal.

Lía me entrega a León y yo lo pongo en el andador.

Al principio parece incomodo y no sabe qué hacer en verdad. Descubre que el andador tiene unos botones en la parte delantera y los aprieta. Como todo lo que le compramos, es de animales y cuando se aprieta el botón del animal, éste suena. León comienza a apretar los botones y ríe cuando escucha a un sapo o un elefante y más cuando es un león, como si supiera que lleva el nombre de aquel animal.

-Parece que se entretendrá allí un rato- me dice Lía y me toma de la mano para sentarnos en el sillón.

Ella pone su cabeza en mi regazo y comienzo a acariciarle el cabello. Sé que la relaja que haga eso y por aquella razón es por la que lo hago.

- ¿Has hablado con mi hermano últimamente? - me pregunta Lía con los ojos cerrados.

-No- le respondo- Desde que Ethan y Lena se juraron amor eterno solo parecen tener ojos y oídos para ellos y Zoe.

-Me encanta que estén juntos, así que, por mí, pueden desaparecer todo lo que quieran mientras sean felices.

Río ante aquello. Lía siempre parece querer hacer de cupido. Lo mismo pasa con Lucas y Kathy, los cuales siguen sin estar juntos a pesar de que tienen un hijo- Liam- de 9 meses y viven juntos. Según ellos no ha pasado nada entre ellos y lo dudo, pero bueno, si no quieren estar juntos hay que respetar su decisión, aunque creamos que es una mala.

Y todos lo creemos.

El celular de Lía comienza a sonar con la canción "In the end" de Linkin Park. Contesta rápidamente y una sonrisa se forma en su cara.

-Justo estábamos hablando de ti hermanito y cómo has desaparecido en la fase de Luna de Miel en la que tú y Lena están...

La cara de Lía se transforma y abre la boca en forma de "o". Sus ojos también se abren mucho y separa de donde estaba acostada, es decir, de mi regazo.

- ¿Ahora ya? - pregunta- Okay, tranquilo Ethan sólo llévala al hospital. Te vemos ahí- se queda en silencio unos segundos y después rueda los ojos- ¡Por dios Ethan mantén la calma estás peor que Sergio cuando León nació!

-Hey- digo frunciendo el ceño- Estaba muy bien cuando León nació.

Mentira. Estaba más nervioso de lo que se puedan imaginar.

Lía corta la llamada y me toma la mano.

-El bebé de Helena ya viene en camino.

...

Dejamos León en casa de mi abuela rápidamente y nos dirigimos al hospital con la misma rapidez. Cuando entramos a maternidad, vemos a Mila allí sola.

-Mila- dice Lía y la abraza, hace bastante que no la vemos- ¿Sabes algo?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿Por qué eres mi hermanastro?