Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 18

-Cero posibilidades

-Pero Dani...

-Lo siento Frida, pero tienes que cumplir tus horas de trabajo

-No llegué tarde a propósito, tengo un hijo mimado

-Entonces comienza a levantarlo más temprano y deja de usarlo como excusa, la recepcionista tiene gemelos y es madre soltera y nunca la he visto llegar tarde

-Ian, es complicado -insistió molesta con la comparación

-Escucha, tengo mucho que hacer aquí -señala su escritorio lleno de documentos-. Y no tengo tiempo ni ganas de oír tus quejas -le advierte tajante-. No te irás temprano y no justificaré tú atraso, ahora por favor regresa a tu escritorio

-¿No me vas a dar permiso? –chilló incrédula

-No Frida, querer retirarte porque tienes sueño no es una excusa, prepárate un café y concéntrate

-Estás odiosa –protesta

-Trabajo -le recordó sin quitar la mirada de la pantalla

-¡Bien!

-Y cambia el tono para contestar las llamadas

-Sí jefa

Danielle, estaba a cargo.

Así lo había ordenado Nicholas, el lunes a primera hora. Se comunicó con Tamara, para que ella misma le informara a Danielle, no quería arriesgarse a disgustarla, menos después de la llamada del sábado por la madrugada..., sabía que había hecho mal, pero no podía dejar de pensar en ella y su mirada de espanto cuando le hizo "la pregunta" además quería darle tiempo para que procesara todo el asunto..., necesitaba que aceptara.

El miércoles ya no lo pudo aguantar y la llamó. Usó como pretexto la gala, necesitaba escuchar su voz, lo desesperaban esos correos tan impersonales llenos de asuntos de trabajo y nada de ella.

-Buenas tardes señor Allen ¿en qué lo puedo ayudar? –saludó conteniendo la respiración ante la expectación de escucharlo

-Danielle..., deja la estupidez de "señor Allen" –protesta soltando el aire con fuerza, era bueno escuchar su voz..., aunque sonara molesta

-Ya le he enviado los reportes finales..., no esperaba que estuviese despierto, es de madrugada en Japón –lo ignora

-Te quiero en mi oficina en 5 minutos, te voy a preparar para la gala –ordena decidido a verla.

-...solo envíe un correo con los detalles –bajó la voz de pronto incómoda, detestaba tener que ir a esa gala...

-No, en 5 minutos te quiero conectada a Skype ¿está claro?

-Sí señor

A regañadientes cortó la llamada, dejó todo esparcido sobre su escritorio, buscó la llave del despacho y se conectó al maldito Skype, lo último que quería Danielle, era tener que verlo y que le recordara lo que necesitaba de ella...

Impaciente aguardó a que se conectara, no quería que volviera a tocar el tema, tenía claro que jamás aceptaría algo como lo que le pidió el viernes por la tarde, bajo ninguna circunstancia se "vendería", prefería conservar su integridad y vivir en una caja de cartón antes que casarse por dinero. Él hombre podía gustarle, atraerle, incluso podía fantasear con el recuerdo de él saliendo del agua en traje de baño siendo majestuosamente perfecto..., con su rostro bronceado sutilmente y ese pantaloncito demasiado abajo...

-¿Danielle? ¿Estás conmigo?

Sacudió la cabeza y entonces centró la mirada en la pantalla, frente a ella se encontraba un Nicholas, sin camisa, sin afeitar, despeinado y cansado... Pero terriblemente sexy, estaba en el sofá, con los antebrazos apoyados en las rodillas inclinado hacia la pantalla, observándola con el ceño fruncido.

-Señor Allen –parpadeó varias veces espantando sus pensamientos.

-Vas a seguir con eso... -murmuró para sí mismo-. Bueno "señorita Ross" el fin de esta "reunión" es prepararla para la gala, como ya le adelanté por teléfono necesito que busque a personas específicas

-De acuerdo...

Algo incómoda con la imagen tan "íntima" de un muy atractivo Nicholas, intentó concentrarse en la información que le estaba transmitiendo, puso de su parte, pero comenzaba a notar el efecto que estaba provocando (o que tenía) en ella. El modo en que Danielle, lo observaba lo alentaba a buscar posiciones sugerentes en el sofá, pero cada vez que intentaba dejar el trabajo de lado y preguntar por ella la cabezona testaruda le recordaba que debían continuar con la reunión.

Fue la hora más extraña que han tenido hasta la fecha, Danielle, se sintió vulnerable y atraída por su descuidado atractivo, fue como si hubiese visto al Nicholas, real y no al preparado para conseguir todo lo que se le antojara..., era segunda vez que lo veía de ese modo, sin su escudo de apariencia perfecta.

-Estás lista –suspira sosteniéndole la mirada recostado contra el respaldo del sofá

-Tendría que nacer de nuevo –niega ella con la cabeza

-Perfecta..., solo no vayas a presentarte con uno de esos trajecitos tuyos que por muy bien que se te vean no son adecuados para este tipo de eventos. Usa vestido

-Bien

Se acomodó en la silla, el controlador pesadito acababa de hacer acto de presencia y ya no se sentía para nada a gusto con su mirada inquisitiva en toda ella

-Sí necesitas conseguir uno puedes usar la tarjeta de... –comenzó a ofrecerle la tarjeta para gastos de la empresa

-Las chicas tenemos nuestros recursos –lo interrumpe de malas

-Bien, no diré nada al respeto –le sonríe

-Más le vale, porque odio la idea de tener que asistir

-Son horas extras bebiendo champagne y degustando comida gourmet, que castigo –se burla divertido usando un poco de sarcasmo

-Lo es si le ponen huevos de pescado a todo –arruga la nariz recordando la "comida gourmet" a la que se refiere

-Que bruta eres –se ríe abiertamente

-Voy a cortar –le advierte molesta por la burla

-Bien, lo siento...

-¿Algo más que deba saber? –preguntó para que dejara de mirarla con esos ojos negros tan..., tan lindos, y arrepentidos de su último comentario

-¿Siempre usas los mismos pendientes?

-¿Qué? –automáticamente se llevó la mano a uno de sus pendientes, eran simples argollas de oro, pequeñas

-No puedes llevar esos a la gala

-Veré que hago al respecto... -bajó el tono de voz, nuevamente se sintió aterrada de esa maldita gala

-Puedo solucionarlo muy fácil

-No, Nicholas –le advierte

-Será una noche divertida, tranquila

-¿Tranquila? Se darán cuenta que soy una extraña, que no encajo, que no soy de ese mundo

-Deja de protestar, te irá de maravilla, eres inteligente, muuuy atractiva..., y le caes bien a la gente, créeme, eres perfecta –afirma con esa seductora voz que le causa escalofríos a Danielle...

-No necesito que me inflen el..., ego, haré mi trabajo y ya

-Te estaré llamando durante la velada, si tienes dudas me escribes y enseguida me comunico, no te dejaré sola, lo prometo

-De acuerdo...

-Hablamos mañana, esta tarde debería estar llegando la invitación para el viernes..., quiero decir el jueves, estoy algo perdido en..., en los días –murmura queriendo decir "en ti"

-Está bien..., buenas noches

Colgó. No necesitaba escucharlo decir más.

Lo que quedaba de jornada se la pasó pensando en Nicholas, y en como la miraba, en cómo se veía el en ese pantalón de pijamas y en lo que sucedería en esa gala que era demasiado lujosa para ella, no conseguía quitarse eso de la cabeza. Tampoco quería parecer un payaso, así que sí, estaba preocupada por encontrar un vestido lo suficientemente elegante. Pero por suerte tenía un par de amigas muy buenas que reunirían muchas opciones.

Fue allí a donde se fue apenas dieron las 5 de la tarde, a casa de Mika, ella y Amanda, tenían todo preparado, así que básicamente se pasaron dos horas viendo como Danielle, se probaba uno tras otro y volvía a iniciar

-O escoges uno tú o lo hago yo Danielle Ross, pero ya decídete –gruñó Amanda

-Es que no quiero llevar escote, se supone que voy a cuidar los intereses de mi jefe no a ofrecer mis pechos –hace pucheros ante sus opciones

-Eres una mujer bonita, hecha a medida y Nicholas, lo sabe, es por eso que te envía a ti, un poco de coqueteo no le hace mal a nadie –le guiña Mika

-Te aseguro que esas ricachonas llevarán escotes hasta la vag...--

-¡Amanda! –la corta Danielle, antes que terminase su frasecita

-¿Qué? Es la verdad, son todas zorras con dinero, mientras menos tela más pagan por esos trapos lujosos

-Bien, ya lo capté, me pondré el vestido con el escote redondo –decide Danielle, tomando la prenda color rojo ciruela y metiéndola a su estuche

-Dile a Jaz, que te arregle el cabello, no te hagas ningún peinado, ese vestido se usa con el pelo suelto, tiene la espalda baja y no puedes usar brasier

-¿Qué? No, ya no lo quiero –se cruzó de brazos soltando el vestido

-Tranquila que no se te escapan las tetas –ríe Mika

-Me siento incómoda saliendo de casa sin mi sujetador –comenta con pesar

-No pasa nada, si estás excitada con algún ricachón sensual no se notarán tus pezones, podemos conseguir parches –suelta Amanda risueña

-Odiosa, no voy a ligar, voy a trabajar –le advierte Danielle

-Puedes hacer ambas cosas, pero un poco de coqueteo hace bien para la autoestima, te hace sentir más mujer, más atractiva y no hace daño

-Eso es cierto Dani –coincide Mika con el consejo de Amanda.

-Bien, ya dame unos zapatos que tengo que ir de compras con la tía Jaz –suspira nerviosa con lo que pueda suceder

-Tengo unos tacones maravillosos que irán perfectos con el vestido –chilla Amanda, con entusiasmo

-¿Puedo recogerlos mañana? Ya se me hace tarde

-Claro, te recojo del trabajo y vamos por medias y los parches

-Sí, gracias Amanda –le sonríe a su amiga

-Quiero una foto tuya, estoy segura que te verás preciosa, Dan-Dan

-Gracias Mika, y por el vestido también, prometo no arruinarlo

-No seas tonta, estoy segura que lo cuidarás muy bien

-Bueno ya, toma tus cosas que te voy a llevar con la tía Jaz, quiero informarla de esta gala de súper lujo..., y tengo que comprar algunas cositas

-Me cambio en un segundo –promete Danielle, desapareciendo

Fue hasta el inmenso vestidor de Mika, y buscó sus pantalones y una camiseta, siempre tenía una muda de ropa en caso de emergencia, así que se quitó el vestido que aun traía y se cambió por unos cómodos jeans negros y una camiseta holgada, se calzó unas converse y tomó su ropa de trabajo esparcida por todo el piso. Ambas se despidieron de Mika, y se marcharon en el auto de Amanda.

En los pasillos del supermercado, Amanda se encargó de darle a Jazmin, las especificaciones para el cabello de su amiga y del maquillaje, Danielle, ya había tenido suficiente de aquello por el día, así que caminaba varios metros lejos de ellas mientras metía todo lo de la lista al carrito de compra... pero estaba que echaba humito, todo el asunto le recordaba a Nicholas, y su "propuesta"...

-Ya basta Amanda, creo que Jaz, ya entendió, no sigas con eso de la gala que me pone aún más nerviosa –soltó de malhumor

-De acuerdo, relájate –sonríe con malicia

-Es que..., detesto tener que ir, seré como un pato negro entre cisnes

-Yo diría que al revés mi vida –le sonrió Jazmin, a su sobrina

-Gracias..., pero lo que necesito ahora es olvidar el tema, aun me quedan 24 horas antes de la dichosa gala

-De acuerdo ¿ya pasamos el pasillo del cereal? –preguntó Amanda, analizando los estantes a su alrededor

-Sí, son dos a la izquier...da... ¡demonios! –chilló Danielle, volteándose en dirección opuesta

-¿Qué, qué pasa? –se preocupó Jazmin

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