Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 30

Alterada y pálida como el papel Danielle, salió del edificio y caminó a la parada del bus con prisa, necesitaba desesperadamente estar sola, bueno en realidad necesitaba a sus amigas, contarles lo que le pasaba siempre ha funcionado como "terapia" pero ahora ambas están en esta ley del hielo de la cual desconoce los motivos.

En la parada solo había tres personas, nada fuera de lo común, pero aun así Danielle, no pudo evitar sentir un escalofrío acompañado por una extraña sensación, esas que tienes cuando un mal presentimiento no te deja tranquila..., y no era primera vez que esto le ocurría, ya le pasó cuando salió tarde del trabajo gracias a Nicholas.

Nicholas

Suspiró con tristeza, extrañaba esa sonrisa que le regalaba cuando estaba juguetón, o que se preocupara por ella...

-Te ves terrible, muñequita

Alguien le estaba hablando, pero Danielle, no escuchó, estaba demasiado absorta en sus pensamientos. Pero el desconocido le agarró la mano que tenía lastimada y se la apretó con malicia, en un instante lo tuvo invadiendo su espacio personal, llevaba una capucha que ocultaba su identidad

-¿Qué quieres?

Congelada y asustada por su proximidad intentó mantener la calma mientras el desconocido no soltaba su agarre

-Sigo esperando que hagas algo con el tarado de tu jefe, estoy perdiendo la paciencia

-Cameron...

Susurró sin aliento y se atrevió a mirarlo a la cara, la sorpresa de verlo tan mal le revolvió el estómago, y con mal no se refería a su cara amoratada o a su ojo prácticamente con un derrame..., su mirada era oscura, y eso que sus ojos son verdes, ahora parecía estar bajo una constante nube negra con esa mirada malintencionada, su voz exigente y su agarre furioso

-Te dije que o hacías algo para revertir lo que el putito ese me hizo o te ibas a arrepentir

-Deja de amenazarme, no haces más que empeorarlo todo –soltó agotada

-Baja la voz, no eres más que una calienta sopas, coqueteas, revoloteas pero no dejas que te toquen ¿segura que no eres virgen? –acabo en tono burlón

-Cameron, basta, me duele, suéltame –pidió tirando de su mano lejos de sus garras

-Haz que el puto ese mueva sus influencias, nadie quiere contratarme, llevo UN MES sin trabajo por tu culpa

-Tú culpa..., me golpeaste ¿recuerdas abusivo?

-Lo merecías por tonta

-Asume las consecuencias de tus actos, cambia de actitud y tal vez se solucione todo –murmuró hirviendo en ira por su contestación

Y sin previo aviso Cameron, se echó a reír a carcajadas, fingidas por supuesto. Danielle, estaba asustada, su aspecto era algo tenebroso y por la sensación que le provocó incluso antes de verlo imaginó que tal vez la estuvo siguiendo, en especial esa noche en que se quedó hasta tarde en la oficina.

-Pobre pequeña Danielle ¿qué tienes en la manito? ¿Un esguince tal vez? –le levantó la mano sin dejar de apretársela como advertencia

-No, no por favor...

Pidió mirando a todos lados en busca de ayuda, un bus estaba detenido, las otras dos personas que estaban en la parada subieron sin notar lo que sucedía.

-Con un esguince tu mano se encuentra más sensible y propensa al dolor...

Comenzó a decir mientras la miraba disfrutando del miedo que le producía.

-Tan frágil...

Le estrujó los dedos con su puño y justo cuando iba a gritar de dolor le agarró el rostro con la otra mano y le apretó las mejillas acercando el rostro de Danielle, al suyo.

-Mi paciencia se acabó, habla con el tarado o ya verás

Con su retorcida sonrisa la besó en los labios fruncidos debido a la fuerza con que le apretaba las mejillas...

Y la soltó, asustada..., no. ATERRADA, caminó lejos de ese hombre, le desesperaba llegar a la siguiente parada para poder escapar, pero en un instante Cameron, la alcanzó tomándola del hombro

-¡No me toques! –gritó asustada

-Danielle..., soy yo

Su voz..., se giró con un movimiento brusco y comprobó que se trataba de Nicholas. Con los ojos bien abiertos y pálida lo observó, luego miró hacia donde se encontraba Cameron, y se quedó sin aliento al verlo tirado en el suelo retorciéndose de dolor a unos pocos metros del auto de Nicholas, mal estacionad, con el motor andando y la puerta abierta

Había literalmente corrido hacia ella...

-Yo...

Danielle, intentó decirle algo ¿pero qué? ¿Mi ex me está amenazando y aparentemente siguiendo? Eso lo empeoraría todo

-¿Estás bien? –estaba realmente preocupado, había visto como la trataba mientras conducía a toda prisa.

Danielle, asintió en respuesta, si hablaba se echaría a llorar y nadie podría pararla.

-Ven conmigo –pidió antes de tocarle la espalda para guiarla hasta el auto

-¡No! –soltó asustada dando un paso lejos del contacto de su mano en su espalda

-No voy a hacerte daño, por favor salgamos de aquí

Insistió con suavidad, era consiente que su negativa solo era reacción a lo que acababa de sucederle, quería consolarla, abrazarla y no dejarla ir, pero no podía tocarla, odiaba ver el miedo reflejado en esos ojos azules que tanto adora que lo miren, odiaba haberse comportado como un cretino, odiaba haberse comportado como Cameron...

Entonces solo se miraron a los ojos

Las bocinas de autos que no podían pasar a causa del deportivo mal estacionado los sacaron de so conversación sin palabras, Nicholas, le señaló el camino al auto con un movimiento de cabeza y ella solo suspiró..., quería ir con él.

Danielle, caminó hacia el auto con Nicholas, a su lado para evitar que viera a Cameron, que seguía en el piso maldiciendo como un lunático. Le abrió la puerta y aguardó a que estuvo segura en el interior del auto para correr al lado del conductor y sacarla de allí.

El silencio reinaba en el interior de vehículo, él, estaba nervioso, ella estaba nerviosa, él, quería decir algo, ella no quería decir nada..., era una situación bastante incómoda, pero Nicholas no dejaba de pensar en que si hubiese ido tras ella en cuanto dio por acabada la discusión en el baño tal vez no habría enfrentado a Cameron, sola. Pero en cuanto reaccionó y decidió moverse se encontró con que Tamara, lo esperaba..., y por la mirada que traía en el rostro no era nada bueno.

Y sí, supuso cosas que Nicholas, no le confirmó, aunque a Tamara, solo le importaba que se comportara. La ignoró y bajó al estacionamiento subterráneo a toda prisa para buscar su auto y alcanzar a Danielle..., deseaba dejar de meter la pata y arreglar las cosas cuanto antes, pero cuando vio como Cameron, se le acercaba y la besaba antes de ser empujado lejos, aceleró y se detuvo justo donde estaba el infeliz, no lo pensó, solo reaccionó, ignoró los insultos y lo pateó literalmente en las bolas.

"Se lo merecía por atreverse a tocarla". Pensó Nicholas, respirando con fuerza, le estaba costando mantener la calma, pero la impaciencia que estaba experimentando le impedía pensar con claridad, reaccionó, solo fueron los "reflejos" al ver como otra vez se atrevía a ponerle un dedo encima. Se lo advirtió, y todos sabían que era un hombre al que no le gustaba repetir las cosas, siempre hablaba en serio.

Pero como no quería cagarla lo dejó tirado en el pavimento, y corrió hacia ella, necesitaba asegurarse que no le había hecho daño. Necesitaba asegurarse que estaba a salvo.

Ahora lo único que tenía claro es que necesitaba que un doctor la revisara, quería escuchar su voz, asegurarse que no le dolía nada más que su mano, le preocupaban las muecas de dolor que discretamente Danielle, dejaba salir cuando tomaba una curva con brusquedad, disimuladamente se protegía la mano lastimada con la otra usándola como escudo

La llevó hasta su casa, detuvo el auto frente a la entrada principal y antes de hacer o decir algo sacó su celular y escribió y rápido mensaje de texto y luego se guardó el teléfono en el bolsillo del pantalón con la intención de hablarle, pero Danielle, salió del auto antes que tuviera oportunidad de decir nada. Abrió la puerta del deportivo y se quedó de pie allí mismo, a la espera de saber lo que sucedería.

Tomando una larga respiración esperando no meter la pata, Nicholas, salió del auto y caminó directo a ella, la observó unos instantes, ella no lo miraba a los ojos, lo evitaba

-Quiero que entres y hagas lo que te pida ¿puedes hacerlo..., por favor...?

Asintió antes de susurrar un débil "sí", ya estaba allí, ahora solo necesitaba averiguar la razón. Lo siguió procurando mantener la distancia todo lo que fuese posible, al entrar a la casa Nicholas, le pidió que lo esperara unos minutos y se fue a hablar con Patricia, la empleada a cargo de mantener todo perfecto. Fueron solo 5 minutos y estaba de regreso, lo siguió nuevamente, esta vez la llevó a la sofisticada sala de estar

-Ponte cómoda donde gustes

Ofreció intentando sonar relajado, pero estaba lejos de estarlo, seguía tenso. La observó hasta que escogió un sofá lo más apartado de él, bueno al menos estaba claro el mensaje.

-¿Quieres algo de beber?

-No, gracias... -titubeó, ya no sabía cómo llamarlo

-Puedes llamarme Nicholas..., siempre

Su aterciopelada voz, la puso incómoda, nunca había estado en su casa al mismo tiempo que él, al menos no en una situación parecida, siempre fue por trabajo y solo eso...

Tomó asiento frente a ella, quería que lo mirara, necesitaba saber cómo se encontraba y sus ojos siempre le han mostrado exactamente eso, pero no lo hizo, seguía tan callada como nunca, extrañaba esa chispa, a la Danielle, alegre y con opinión que le encantaba hacerlo enojar

Pasaron 10 minutos y nada sucedió, por suerte el celular de Nicholas, sonó con una notificación, leyó el mensaje y se puso de pie

-Regreso enseguida, no te muevas..., por favor –agregó antes de salir de la sala

Incómodo como nunca con su silencio se acercó a la entrada, Jim, estaba bajando de su auto, llegó muy rápido, le había escrito hace apenas 15 minutos. Como sea, es su amigo hace más de 10 años y confía en él.

-¿Cuál es la emergencia Nico? –preguntó Jim, acercándose con su maletín para saludarlo

-Me alegra saber que aun puedo contar contigo para que llegues a tiempo

-Allen, cierra la boca y mejor dime lo que sucede –se plantó ante la puerta, no pensaba entrar hasta que le explicara

-Necesito que veas a alguien, tiene un esguince en la mano derecha y hoy ha tenido un mal momento y le duele

-¿Han tratado esa mano?

-Sí, lleva dos semanas una muñequera

-De acuerdo ¿algo más que deba saber antes de conocer a esta persona?

-No

-¿Hombre o mujer? –arqueó una ceja expectante, conteniendo una sonrisa, esperaba escuchar "mujer"

-Mujer...

-¿Estás saliendo? Porque sería una sorpresa para don "el trabajo es mi vida el resto es una pérdida de tiempo" –se burló Jim, algo sorprendido

-Ya entra de una vez

Serio como de costumbre hizo que Jim, lo siguiera hasta la sala donde se encontraba Danielle, en el mismo lugar donde la había dejado minutos atrás

-Danielle, él es Jim Greg, un en ocasiones buen amigo..., y además es doctor

-Mucho gusto señor Greg –lo saludó con educación

-Por favor, llámame Jim, sin formalidades Danielle –le sonrió curioso por saber quién era esta chica para su amigo

Nicholas, sabía que Jim, ya estaba armando su propias teorías así que para recordarle el por qué estaba allí se acercó a Danielle, y sin tocarla se inclinó frente a ella para explicarle lo que necesitaba

-Quiero que Jim, revise tu mano, me preocupa que te hayas hecho daño

-De acuerdo... -accedió de buena gana, le punzaba mucho como para negarse

Era una situación bastante "poco usual" que tu jefe te lleve a su maravillosa casa y llame a su atractivo amigo doctor para que te vea la mano que tu ex se encargó de retorcer luego de cumplir con su amenaza es..., extraño e incómodo.

Preparándose para ser observada por Nicholas, se puso de pie, se quitó el bolso que llevaba cruzado y con cuidado se desabotonó el abrigo bajo su atenta mirada, hasta que no pudo evitarlo y la ayudó procurando tener cuidado con su mano.

Enseguida Jim, se acercó y le pidió con la mirada a Nicholas, que diera un paso atrás, le indicó a Danielle, que tomara asiento y con cuidado le quitó la muñequera, la examinó y le hizo preguntas de rutina intentando averiguar lo que había ocurrido...

-Muy bien, para acabar y dejar de hurgar en tu manito solo tengo que pincharte, es para el dolor, te producirá un poco de sueño, pero un buen descanso te hará increíble –le comentó Jim a Danielle

-¿En el brazo? –preguntó nerviosa, le aterran las agujas

-Sí, no dolerá nada, lo prometo

Pero eso no era lo que le preocupaba a Danielle, llevaba blusa de manga larga y para que pudiese pincharla debía quitársela frente a ellos. No podía ser todo tan fácil..., así que armándose de valor y algo resignada llevó su mano buena al primer botón de su blusa, pero antes que consiguiera desabotonarlo Nicholas, intervino con cara de espanto

-¡Danielle! Ven conmigo un momento mientras Jim, se prepara –le lanzó una mirada asesina a su amigo

En silencio Danielle, se levantó del sofá y siguió a Nicholas por la escalera. La llevó a su habitación, donde nunca antes había estado. Se quedó parada en la puerta mientras lo observaba entrar en lo que parecía ser su vestidor, pocos segundos después apareció con una camiseta en la mano. Arrugó el ceño al verla de pie en el umbral, no había puesto un solo pie en el interior de su habitación y eso era un mensaje directo "la cagaste idiota, recuérdalo"

-Quiero que te cambies, con esto será mucho más fácil que Jim, te pinche el brazo –sugirió porque no soportaba la idea que Jim, la viera quitándose la ropa

Danielle, solo lo observó, no quería entrar, estaba nerviosa estando en su habitación, en el lugar más privado para una persona

-Entra, puedes usar el baño –señala la puerta junto al vestidor

Insegura entró y caminó hacia él, tomó la camiseta, lo miró a los ojos por tres segundos antes de meterse al baño y cambiarse su blusa por la costosa camiseta negra de Nicholas

Al salir la mirada de Nicholas, brilló la prenda le quedaba un poco larga, le cubría todo el trasero y no pudo evitar el comentario que se le escapó a continuación

-Te queda mejor que a mí... –y la observó de pies a cabeza imaginándola después de una apasionada noche juntos llevando solo su camiseta

Pero Danielle, ignoró aquello, o lo intentó tuvo exactamente el mismo pensamiento que él, y ahora todo lo que quería era oler la prenda de vestir, le encantaba la fragancia que desprendía Nicholas, al pasar, era como su personalidad, fuerte y envolvente. Componiéndose caminó hacia la salida y regresó a la sala con Jim, que continuó atendiéndola, le volvió a envolver la mano en la muñequera y le dio un par de recomendaciones para su pronta recuperación.

-Si vas a boxear, para la próxima ponte los guantes y empuña las manos

-Gracias..., Jim

-Te dejo mi tarjeta, me gustaría hacerte una radiografía para estar seguros que no es nada serio

Buscó una tarjeta en su maletín pero antes que pudiera ofrecérsela Nicholas, se acercó y se la arrebató de la mano con brusquedad

-Yo me aseguraré que vaya, no necesita tu tarjeta, sé dónde está tu consulta

-Hecho, bueno Danielle, espero que te recuperes muy pronto

-Muchas gracias -le dedicó una media sonrisa agradecida

-Y si veo a este con un ojo morado prometo no delatarte -le susurró al oído provocándole una pequeña risita

-¡Ya! -espetó Nicholas, furioso por lo cerca que estaba de Danielle

-Fue un placer

-Igualmente... -consiguió decir Danielle, ya que Nicholas, ya lo estaba despachando

Jim, lo hacía a propósito, desde que conoció a Nicholas, que su razón de ser es hacerlo enfadar, pero sabía cuándo parar así que en cuanto recibió la mirada asesina tomó sus cosas y caminó a la salida.

-¡No quiero que le des tu número a mi novia! ¿Me escuchaste? Y no coquetees con ella ¡JAMÁS!

Soltó en cuanto salieron de la casa, estaba a punto de lanzar fuego por la boca, alterado de la nada, pero Jim, no se sintió intimidado ni nada de eso, lo conocía, así que continuó con su actitud relajada de siempre

-¡Vaya! Así que estás más que saliendo ¿Vanessa, lo sabe? Le romperás el corazoncito -sonrió divertido mientras lo observaba cerrar la puerta a sus espaldas

-No me preocupa, ella sabe que yo siempre voy a ser solo su amigo

-Es linda..., pero se ve algo deprimida, no la cagues con tu altanería de mierda, amigo

-Sí, sí, regresa a tu trabajo de una vez -gruñó enfadado

-Espera, espera ¿al menos sabe que andas diciendo que es tu novia? Porque pese a que hacía lo que le pedías allí dentro ella no te miraba –ahora Jim, hablaba totalmente en serio

-¿Quién crees que soy? ¿Un pendejo adolescente? –gruñó algo ofendido

-Bien, me voy -anuncia alzando las manos como rendición, no iba a sacarle nada de información-. Decía en serio lo de la radiografía, aunque no creo que esté fracturada

-Bien, ya puedes irte, regresa a tu trabajo de una maldita vez –espetó impaciente por volver a la casa

-De nada Jim, gracias por venir tan pronto y ayudar a mi hermosa Danielle, te debo una

Se burló Jim, de camino a su auto, sabía que Nicholas, nunca le agradecería, era así de serio, pero no le importaba, era un buen amigo y lo ha ayudado mucho a conseguir su propia consulta.

Inquieto observó cómo Jim, se tomaba su tiempo para subía a su auto y marcharse, necesitaba regresar a la sala y ver a Danielle, a solas, tenía un plan y quería llevarlo a cabo cuanto antes. Así que en cuanto entró se dirigió a la cocina unos segundos a hablar con Patricia, y luego regresó a la sala donde ella seguía sentada en el mismo lugar, uff, suspiró observándola y anunció:

-El almuerzo estará listo en cualquier momento

Esperando tener otra oportunidad para hablar con ella ya que la anterior no fue muy buena planeó que se quedara.

-Entonces será mejor que me vaya

Danielle, sabía que eso aunque no sonara para nada parecido a una invitación, lo era, al modo de Nicholas, pero las cosas entre ambos estaban demasiado... "torcidas" y no quería tener que sentarse a la mesa y sentirse incómoda invadiendo su espacio privado, después de todo es su casa, así que se levantó del sofá inmediatamente.

-No, vas a comer conmigo y vamos a hablar, tienes que contarme lo que ese desquiciado quiere de ti -acortó la poca distancia que los separaba y le bloqueó el camino

-No voy a comer con us..ted -dudó en cómo debía referirse a él-. Y lo de Cameron, es mi problema

-Te dije una vez que si te hace daño eso lo convierte en mi problema -le recuerda ofendido y algo celoso

-Eso fue antes -le recuerda con voz débil

-No, eso es justo ahora, no me voy a apartar y mirar como ese hijo de puta te hace daño

-No puedes hacer lo que se te dé la gana, ya basta -intentó esquivarlo pero se movió con ella

-Déjame demostrarte que estoy arrepentido y pasa la noche aquí, conmigo

-No

Contestó sorprendida ¿de verdad pensaba que se solucionaría con sexo?

-Sí, Patricia, se encargará de lavar tu ropa para que puedas usarla mañana –le informó otra vez con ese tono autoritario que los llevó a donde están

-No me quiero quedar en su casa señor Allen, es inapropiado, soy solo su asistente, no tengo motivos para estar aquí

-Basta con eso -pidió dándose cuenta de lo que estaba consiguiendo

-No puedo, ha dejado más que claro cuál es mi lugar y no es con usted, no estoy a su nivel

-Danielle, quiero saber lo que le ocurrió a tu mano, dime..., quédate

-Eso es parte de mi vida privada –le devolvió sus palabras

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