Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 30

Alterada y pálida como el papel Danielle, salió del edificio y caminó a la parada del bus con prisa, necesitaba desesperadamente estar sola, bueno en realidad necesitaba a sus amigas, contarles lo que le pasaba siempre ha funcionado como "terapia" pero ahora ambas están en esta ley del hielo de la cual desconoce los motivos.

En la parada solo había tres personas, nada fuera de lo común, pero aun así Danielle, no pudo evitar sentir un escalofrío acompañado por una extraña sensación, esas que tienes cuando un mal presentimiento no te deja tranquila..., y no era primera vez que esto le ocurría, ya le pasó cuando salió tarde del trabajo gracias a Nicholas.

Nicholas

Suspiró con tristeza, extrañaba esa sonrisa que le regalaba cuando estaba juguetón, o que se preocupara por ella...

-Te ves terrible, muñequita

Alguien le estaba hablando, pero Danielle, no escuchó, estaba demasiado absorta en sus pensamientos. Pero el desconocido le agarró la mano que tenía lastimada y se la apretó con malicia, en un instante lo tuvo invadiendo su espacio personal, llevaba una capucha que ocultaba su identidad

-¿Qué quieres?

Congelada y asustada por su proximidad intentó mantener la calma mientras el desconocido no soltaba su agarre

-Sigo esperando que hagas algo con el tarado de tu jefe, estoy perdiendo la paciencia

-Cameron...

Susurró sin aliento y se atrevió a mirarlo a la cara, la sorpresa de verlo tan mal le revolvió el estómago, y con mal no se refería a su cara amoratada o a su ojo prácticamente con un derrame..., su mirada era oscura, y eso que sus ojos son verdes, ahora parecía estar bajo una constante nube negra con esa mirada malintencionada, su voz exigente y su agarre furioso

-Te dije que o hacías algo para revertir lo que el putito ese me hizo o te ibas a arrepentir

-Deja de amenazarme, no haces más que empeorarlo todo –soltó agotada

-Baja la voz, no eres más que una calienta sopas, coqueteas, revoloteas pero no dejas que te toquen ¿segura que no eres virgen? –acabo en tono burlón

-Cameron, basta, me duele, suéltame –pidió tirando de su mano lejos de sus garras

-Haz que el puto ese mueva sus influencias, nadie quiere contratarme, llevo UN MES sin trabajo por tu culpa

-Tú culpa..., me golpeaste ¿recuerdas abusivo?

-Lo merecías por tonta

-Asume las consecuencias de tus actos, cambia de actitud y tal vez se solucione todo –murmuró hirviendo en ira por su contestación

Y sin previo aviso Cameron, se echó a reír a carcajadas, fingidas por supuesto. Danielle, estaba asustada, su aspecto era algo tenebroso y por la sensación que le provocó incluso antes de verlo imaginó que tal vez la estuvo siguiendo, en especial esa noche en que se quedó hasta tarde en la oficina.

-Pobre pequeña Danielle ¿qué tienes en la manito? ¿Un esguince tal vez? –le levantó la mano sin dejar de apretársela como advertencia

-No, no por favor...

Pidió mirando a todos lados en busca de ayuda, un bus estaba detenido, las otras dos personas que estaban en la parada subieron sin notar lo que sucedía.

-Con un esguince tu mano se encuentra más sensible y propensa al dolor...

Comenzó a decir mientras la miraba disfrutando del miedo que le producía.

-Tan frágil...

Le estrujó los dedos con su puño y justo cuando iba a gritar de dolor le agarró el rostro con la otra mano y le apretó las mejillas acercando el rostro de Danielle, al suyo.

-Mi paciencia se acabó, habla con el tarado o ya verás

Con su retorcida sonrisa la besó en los labios fruncidos debido a la fuerza con que le apretaba las mejillas...

Y la soltó, asustada..., no. ATERRADA, caminó lejos de ese hombre, le desesperaba llegar a la siguiente parada para poder escapar, pero en un instante Cameron, la alcanzó tomándola del hombro

-¡No me toques! –gritó asustada

-Danielle..., soy yo

Su voz..., se giró con un movimiento brusco y comprobó que se trataba de Nicholas. Con los ojos bien abiertos y pálida lo observó, luego miró hacia donde se encontraba Cameron, y se quedó sin aliento al verlo tirado en el suelo retorciéndose de dolor a unos pocos metros del auto de Nicholas, mal estacionad, con el motor andando y la puerta abierta

Había literalmente corrido hacia ella...

-Yo...

Danielle, intentó decirle algo ¿pero qué? ¿Mi ex me está amenazando y aparentemente siguiendo? Eso lo empeoraría todo

-¿Estás bien? –estaba realmente preocupado, había visto como la trataba mientras conducía a toda prisa.

Danielle, asintió en respuesta, si hablaba se echaría a llorar y nadie podría pararla.

-Ven conmigo –pidió antes de tocarle la espalda para guiarla hasta el auto

-¡No! –soltó asustada dando un paso lejos del contacto de su mano en su espalda

-No voy a hacerte daño, por favor salgamos de aquí

Insistió con suavidad, era consiente que su negativa solo era reacción a lo que acababa de sucederle, quería consolarla, abrazarla y no dejarla ir, pero no podía tocarla, odiaba ver el miedo reflejado en esos ojos azules que tanto adora que lo miren, odiaba haberse comportado como un cretino, odiaba haberse comportado como Cameron...

Entonces solo se miraron a los ojos

Las bocinas de autos que no podían pasar a causa del deportivo mal estacionado los sacaron de so conversación sin palabras, Nicholas, le señaló el camino al auto con un movimiento de cabeza y ella solo suspiró..., quería ir con él.

Danielle, caminó hacia el auto con Nicholas, a su lado para evitar que viera a Cameron, que seguía en el piso maldiciendo como un lunático. Le abrió la puerta y aguardó a que estuvo segura en el interior del auto para correr al lado del conductor y sacarla de allí.

El silencio reinaba en el interior de vehículo, él, estaba nervioso, ella estaba nerviosa, él, quería decir algo, ella no quería decir nada..., era una situación bastante incómoda, pero Nicholas no dejaba de pensar en que si hubiese ido tras ella en cuanto dio por acabada la discusión en el baño tal vez no habría enfrentado a Cameron, sola. Pero en cuanto reaccionó y decidió moverse se encontró con que Tamara, lo esperaba..., y por la mirada que traía en el rostro no era nada bueno.

Y sí, supuso cosas que Nicholas, no le confirmó, aunque a Tamara, solo le importaba que se comportara. La ignoró y bajó al estacionamiento subterráneo a toda prisa para buscar su auto y alcanzar a Danielle..., deseaba dejar de meter la pata y arreglar las cosas cuanto antes, pero cuando vio como Cameron, se le acercaba y la besaba antes de ser empujado lejos, aceleró y se detuvo justo donde estaba el infeliz, no lo pensó, solo reaccionó, ignoró los insultos y lo pateó literalmente en las bolas.

"Se lo merecía por atreverse a tocarla". Pensó Nicholas, respirando con fuerza, le estaba costando mantener la calma, pero la impaciencia que estaba experimentando le impedía pensar con claridad, reaccionó, solo fueron los "reflejos" al ver como otra vez se atrevía a ponerle un dedo encima. Se lo advirtió, y todos sabían que era un hombre al que no le gustaba repetir las cosas, siempre hablaba en serio.

Pero como no quería cagarla lo dejó tirado en el pavimento, y corrió hacia ella, necesitaba asegurarse que no le había hecho daño. Necesitaba asegurarse que estaba a salvo.

Ahora lo único que tenía claro es que necesitaba que un doctor la revisara, quería escuchar su voz, asegurarse que no le dolía nada más que su mano, le preocupaban las muecas de dolor que discretamente Danielle, dejaba salir cuando tomaba una curva con brusquedad, disimuladamente se protegía la mano lastimada con la otra usándola como escudo

La llevó hasta su casa, detuvo el auto frente a la entrada principal y antes de hacer o decir algo sacó su celular y escribió y rápido mensaje de texto y luego se guardó el teléfono en el bolsillo del pantalón con la intención de hablarle, pero Danielle, salió del auto antes que tuviera oportunidad de decir nada. Abrió la puerta del deportivo y se quedó de pie allí mismo, a la espera de saber lo que sucedería.

Tomando una larga respiración esperando no meter la pata, Nicholas, salió del auto y caminó directo a ella, la observó unos instantes, ella no lo miraba a los ojos, lo evitaba

-Quiero que entres y hagas lo que te pida ¿puedes hacerlo..., por favor...?

Asintió antes de susurrar un débil "sí", ya estaba allí, ahora solo necesitaba averiguar la razón. Lo siguió procurando mantener la distancia todo lo que fuese posible, al entrar a la casa Nicholas, le pidió que lo esperara unos minutos y se fue a hablar con Patricia, la empleada a cargo de mantener todo perfecto. Fueron solo 5 minutos y estaba de regreso, lo siguió nuevamente, esta vez la llevó a la sofisticada sala de estar

-Ponte cómoda donde gustes

Ofreció intentando sonar relajado, pero estaba lejos de estarlo, seguía tenso. La observó hasta que escogió un sofá lo más apartado de él, bueno al menos estaba claro el mensaje.

-¿Quieres algo de beber?

-No, gracias... -titubeó, ya no sabía cómo llamarlo

-Puedes llamarme Nicholas..., siempre

Su aterciopelada voz, la puso incómoda, nunca había estado en su casa al mismo tiempo que él, al menos no en una situación parecida, siempre fue por trabajo y solo eso...

Tomó asiento frente a ella, quería que lo mirara, necesitaba saber cómo se encontraba y sus ojos siempre le han mostrado exactamente eso, pero no lo hizo, seguía tan callada como nunca, extrañaba esa chispa, a la Danielle, alegre y con opinión que le encantaba hacerlo enojar

Pasaron 10 minutos y nada sucedió, por suerte el celular de Nicholas, sonó con una notificación, leyó el mensaje y se puso de pie

-Regreso enseguida, no te muevas..., por favor –agregó antes de salir de la sala

Incómodo como nunca con su silencio se acercó a la entrada, Jim, estaba bajando de su auto, llegó muy rápido, le había escrito hace apenas 15 minutos. Como sea, es su amigo hace más de 10 años y confía en él.

-¿Cuál es la emergencia Nico? –preguntó Jim, acercándose con su maletín para saludarlo

-Me alegra saber que aun puedo contar contigo para que llegues a tiempo

-Allen, cierra la boca y mejor dime lo que sucede –se plantó ante la puerta, no pensaba entrar hasta que le explicara

-Necesito que veas a alguien, tiene un esguince en la mano derecha y hoy ha tenido un mal momento y le duele

-¿Han tratado esa mano?

-Sí, lleva dos semanas una muñequera

-De acuerdo ¿algo más que deba saber antes de conocer a esta persona?

-No

-¿Hombre o mujer? –arqueó una ceja expectante, conteniendo una sonrisa, esperaba escuchar "mujer"

-Mujer...

-¿Estás saliendo? Porque sería una sorpresa para don "el trabajo es mi vida el resto es una pérdida de tiempo" –se burló Jim, algo sorprendido

-Ya entra de una vez

Serio como de costumbre hizo que Jim, lo siguiera hasta la sala donde se encontraba Danielle, en el mismo lugar donde la había dejado minutos atrás

-Danielle, él es Jim Greg, un en ocasiones buen amigo..., y además es doctor

-Mucho gusto señor Greg –lo saludó con educación

-Por favor, llámame Jim, sin formalidades Danielle –le sonrió curioso por saber quién era esta chica para su amigo

Nicholas, sabía que Jim, ya estaba armando su propias teorías así que para recordarle el por qué estaba allí se acercó a Danielle, y sin tocarla se inclinó frente a ella para explicarle lo que necesitaba

-Quiero que Jim, revise tu mano, me preocupa que te hayas hecho daño

-De acuerdo... -accedió de buena gana, le punzaba mucho como para negarse

Era una situación bastante "poco usual" que tu jefe te lleve a su maravillosa casa y llame a su atractivo amigo doctor para que te vea la mano que tu ex se encargó de retorcer luego de cumplir con su amenaza es..., extraño e incómodo.

Preparándose para ser observada por Nicholas, se puso de pie, se quitó el bolso que llevaba cruzado y con cuidado se desabotonó el abrigo bajo su atenta mirada, hasta que no pudo evitarlo y la ayudó procurando tener cuidado con su mano.

Enseguida Jim, se acercó y le pidió con la mirada a Nicholas, que diera un paso atrás, le indicó a Danielle, que tomara asiento y con cuidado le quitó la muñequera, la examinó y le hizo preguntas de rutina intentando averiguar lo que había ocurrido...

-Muy bien, para acabar y dejar de hurgar en tu manito solo tengo que pincharte, es para el dolor, te producirá un poco de sueño, pero un buen descanso te hará increíble –le comentó Jim a Danielle

-¿En el brazo? –preguntó nerviosa, le aterran las agujas

-Sí, no dolerá nada, lo prometo

Pero eso no era lo que le preocupaba a Danielle, llevaba blusa de manga larga y para que pudiese pincharla debía quitársela frente a ellos. No podía ser todo tan fácil..., así que armándose de valor y algo resignada llevó su mano buena al primer botón de su blusa, pero antes que consiguiera desabotonarlo Nicholas, intervino con cara de espanto

-¡Danielle! Ven conmigo un momento mientras Jim, se prepara –le lanzó una mirada asesina a su amigo

En silencio Danielle, se levantó del sofá y siguió a Nicholas por la escalera. La llevó a su habitación, donde nunca antes había estado. Se quedó parada en la puerta mientras lo observaba entrar en lo que parecía ser su vestidor, pocos segundos después apareció con una camiseta en la mano. Arrugó el ceño al verla de pie en el umbral, no había puesto un solo pie en el interior de su habitación y eso era un mensaje directo "la cagaste idiota, recuérdalo"

-Quiero que te cambies, con esto será mucho más fácil que Jim, te pinche el brazo –sugirió porque no soportaba la idea que Jim, la viera quitándose la ropa

Danielle, solo lo observó, no quería entrar, estaba nerviosa estando en su habitación, en el lugar más privado para una persona

-Entra, puedes usar el baño –señala la puerta junto al vestidor

Insegura entró y caminó hacia él, tomó la camiseta, lo miró a los ojos por tres segundos antes de meterse al baño y cambiarse su blusa por la costosa camiseta negra de Nicholas

Al salir la mirada de Nicholas, brilló la prenda le quedaba un poco larga, le cubría todo el trasero y no pudo evitar el comentario que se le escapó a continuación

-Te queda mejor que a mí... –y la observó de pies a cabeza imaginándola después de una apasionada noche juntos llevando solo su camiseta

Pero Danielle, ignoró aquello, o lo intentó tuvo exactamente el mismo pensamiento que él, y ahora todo lo que quería era oler la prenda de vestir, le encantaba la fragancia que desprendía Nicholas, al pasar, era como su personalidad, fuerte y envolvente. Componiéndose caminó hacia la salida y regresó a la sala con Jim, que continuó atendiéndola, le volvió a envolver la mano en la muñequera y le dio un par de recomendaciones para su pronta recuperación.

-Si vas a boxear, para la próxima ponte los guantes y empuña las manos

-Gracias..., Jim

-Te dejo mi tarjeta, me gustaría hacerte una radiografía para estar seguros que no es nada serio

Buscó una tarjeta en su maletín pero antes que pudiera ofrecérsela Nicholas, se acercó y se la arrebató de la mano con brusquedad

-Yo me aseguraré que vaya, no necesita tu tarjeta, sé dónde está tu consulta

-Hecho, bueno Danielle, espero que te recuperes muy pronto

-Muchas gracias -le dedicó una media sonrisa agradecida

-Y si veo a este con un ojo morado prometo no delatarte -le susurró al oído provocándole una pequeña risita

-¡Ya! -espetó Nicholas, furioso por lo cerca que estaba de Danielle

-Fue un placer

-Igualmente... -consiguió decir Danielle, ya que Nicholas, ya lo estaba despachando

Jim, lo hacía a propósito, desde que conoció a Nicholas, que su razón de ser es hacerlo enfadar, pero sabía cuándo parar así que en cuanto recibió la mirada asesina tomó sus cosas y caminó a la salida.

-¡No quiero que le des tu número a mi novia! ¿Me escuchaste? Y no coquetees con ella ¡JAMÁS!

Soltó en cuanto salieron de la casa, estaba a punto de lanzar fuego por la boca, alterado de la nada, pero Jim, no se sintió intimidado ni nada de eso, lo conocía, así que continuó con su actitud relajada de siempre

-¡Vaya! Así que estás más que saliendo ¿Vanessa, lo sabe? Le romperás el corazoncito -sonrió divertido mientras lo observaba cerrar la puerta a sus espaldas

-No me preocupa, ella sabe que yo siempre voy a ser solo su amigo

-Es linda..., pero se ve algo deprimida, no la cagues con tu altanería de mierda, amigo

-Sí, sí, regresa a tu trabajo de una vez -gruñó enfadado

-Espera, espera ¿al menos sabe que andas diciendo que es tu novia? Porque pese a que hacía lo que le pedías allí dentro ella no te miraba –ahora Jim, hablaba totalmente en serio

-¿Quién crees que soy? ¿Un pendejo adolescente? –gruñó algo ofendido

-Bien, me voy -anuncia alzando las manos como rendición, no iba a sacarle nada de información-. Decía en serio lo de la radiografía, aunque no creo que esté fracturada

-Bien, ya puedes irte, regresa a tu trabajo de una maldita vez –espetó impaciente por volver a la casa

-De nada Jim, gracias por venir tan pronto y ayudar a mi hermosa Danielle, te debo una

Se burló Jim, de camino a su auto, sabía que Nicholas, nunca le agradecería, era así de serio, pero no le importaba, era un buen amigo y lo ha ayudado mucho a conseguir su propia consulta.

Inquieto observó cómo Jim, se tomaba su tiempo para subía a su auto y marcharse, necesitaba regresar a la sala y ver a Danielle, a solas, tenía un plan y quería llevarlo a cabo cuanto antes. Así que en cuanto entró se dirigió a la cocina unos segundos a hablar con Patricia, y luego regresó a la sala donde ella seguía sentada en el mismo lugar, uff, suspiró observándola y anunció:

-El almuerzo estará listo en cualquier momento

Esperando tener otra oportunidad para hablar con ella ya que la anterior no fue muy buena planeó que se quedara.

-Entonces será mejor que me vaya

Danielle, sabía que eso aunque no sonara para nada parecido a una invitación, lo era, al modo de Nicholas, pero las cosas entre ambos estaban demasiado... "torcidas" y no quería tener que sentarse a la mesa y sentirse incómoda invadiendo su espacio privado, después de todo es su casa, así que se levantó del sofá inmediatamente.

-No, vas a comer conmigo y vamos a hablar, tienes que contarme lo que ese desquiciado quiere de ti -acortó la poca distancia que los separaba y le bloqueó el camino

-No voy a comer con us..ted -dudó en cómo debía referirse a él-. Y lo de Cameron, es mi problema

-Te dije una vez que si te hace daño eso lo convierte en mi problema -le recuerda ofendido y algo celoso

-Eso fue antes -le recuerda con voz débil

-No, eso es justo ahora, no me voy a apartar y mirar como ese hijo de puta te hace daño

-No puedes hacer lo que se te dé la gana, ya basta -intentó esquivarlo pero se movió con ella

-Déjame demostrarte que estoy arrepentido y pasa la noche aquí, conmigo

-No

Contestó sorprendida ¿de verdad pensaba que se solucionaría con sexo?

-Sí, Patricia, se encargará de lavar tu ropa para que puedas usarla mañana –le informó otra vez con ese tono autoritario que los llevó a donde están

-No me quiero quedar en su casa señor Allen, es inapropiado, soy solo su asistente, no tengo motivos para estar aquí

-Basta con eso -pidió dándose cuenta de lo que estaba consiguiendo

-No puedo, ha dejado más que claro cuál es mi lugar y no es con usted, no estoy a su nivel

-Danielle, quiero saber lo que le ocurrió a tu mano, dime..., quédate

-Eso es parte de mi vida privada –le devolvió sus palabras

Lo pilló. Entendió el mensaje, y no se sentía lindo en lo absoluto.

-¿Fue Cameron? –preguntó de pronto iracundo ante la idea que la haya golpeado otra vez

-No, yo me lo hice sola... -se detuvo, no pensaba explicarle, pero su mirada confundida la forzó a aclararle-..., contra su cara

-¿Lo golpeaste? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué, que te hizo? –intentó tocarla pero dio un paso atrás dejando su mano en el aire

-Eso no importa..., él, es mí problema, no suyo...

-Todo lo que te suceda me importa, quédate –insistió

-No, ya hice lo que me pidió. No voy a comer con usted, ni mucho menos quedarme así que por favor dígame donde me puedo cambiar para poder irme a mi apartamento

-Danielle..., sé que reaccione mal pero no sabía nada

-No me escuchaste –le reprocha intentando contener la tristeza que le producía recordar cómo la rechazó cuando le pidió hablar

-Perdóname –suplicó afligido

-Ya lo hice, por favor volvamos a la normalidad en el trabajo, me respetas y yo te respeto –solicitó deseando que al menos el trabajo volviera a la normalidad

-Quiero más...

Tragando saliva con fuerza intentó ignorar lo que aquellas palabras significaban para ella y de algún modo intentó auto convencerse que solo estaba diciendo lo necesario para arreglar la situación.

-¿Dónde me puedo cambiar? -preguntó intentando ignorar lo intensas que esas palabras le supieron

-En mi habitación

-Debe tener un baño aquí en esta planta

Frustrado y herido, pero no por lo que ella le decía sino que por lo que había hecho, el que Danielle, lo rechazara es su culpa..., pero la atracción que sentía por ella y la desesperación por perder lo que nunca llegó a experimentar lo llevó a seguir un impulso (cosa que nunca hace) y tomándole el rostro la besó con fuerza, con ansias...

Y Danielle, no pudo rechazarlo, pero tampoco le respondió dejó que luchara por hacerla reaccionar hasta que entendiera el mensaje.

Dejó de besarla, ella no le correspondió, pero se negó a soltar su rostro

-Soy un hombre complicado, uno que siempre lo ha tenido todo fácil, no gratis, hay cosas que me las he ganado siendo como soy...

Bajó la guardia y le habló con honestidad, de verdad sentía que si la dejaba irse de su casa ya no volvería a tener otra oportunidad para hacerla entender por qué actuó como lo hizo

-Sé que mi carácter no ayuda. ahuyenta a la gente, tengo pocos amigos y sí, todos son de familias con dinero..., no es que yo lo quiera así..., yo solo..., no quiero perderte -confiesa soltando el aire que estaba conteniendo inconscientemente-. No sé tener una relación, siempre hiero a la gente con mis comentarios de mierda o mi prepotencia, no lo controlo solo sale y luego me porto como un cretino..., no quise ser así contigo..., pero yo soy así...

Nunca lo había visto tan abierto a mostrarle quien era realmente, quería abrazarlo y decirle que estaba bien, que solo era su escudo, su armadura ser frío es parte de él..., pero no lo hizo, no le gustaba que se creyera el rey de todo y despotricara veneno como deporte

-¿Siempre tratas a las mujeres como a objetos? –preguntó Danielle, intentando obtener información sobre sus comportamientos

-Sí..., ellas hacen lo que yo quiero y les gusta complacerme...

-Yo no soy así, no dependo de lo que los hombres quieran de mí para existir

-Lo sé, me gusta lo centrada que eres y honesta, me dices lo que piensas sin ser maleducada o hiriente

Lo observó en silencio, no sabía qué decir, este brote de sinceridad la incomodaba, se sentía extraño, como si ese Nicholas, se encerrara para no ser visto y dejaba al altanero y serio dirigir su vida

-Nicholas, por favor, me quiero ir a mi apartamento

Suspiró agotada, las confesiones son realmente duras y e intensas.

Con una mirada de decepción Nicholas, dejó de sostenerle el rostro y se inclinó para tomar su abrigo del sofá, lo extendió para ayudarla a ponérselo

-Puedes quedarte con la camiseta -murmuró desganado mientras la miraba acomodarse su bolso

-Gracias yo..., será mejor que me vaya

-No, yo te voy a llevar, no quiero que el desquiciado te ataque en la calle otra vez –le informó, decidido a cuidar de ella aunque se negara

-Voy a estar bien –intentó persuadirlo, aunque sabía que no conseguiría nada

-Sí, y yo me voy a asegurar de eso

Y no dijo más la llevó hasta su auto y ambos subieron en silencio, no hablaron más que de la dirección de Danielle. Al aparcar frente al destartalado edificio ninguno se movió, no sabían qué decir

-Te agradezco lo que hiciste por mí, y por traerme, sé que no te gusta perder días de trabajo y hoy hice que desperdiciaras un..., viernes

-Si tú eres la razón entonces me da igual perderme uno o varios –se encogió de hombros, le daba igual no haber atendido sus asuntos en la oficina

-Que tengas buena tarde

Se bajó y caminó al portal, metió la llave para abrir la reja que daba al primer piso, donde en ocasiones se encontraba el guardia/mantenimiento y el ascensor. Nicholas, empujó la reja que chilló por el esfuerzo de abrirse y no dijo nada, la siguió hacia el interior ignorando el horror del mal estado de la entrada

-¿Qué haces? –preguntó al verlo avanzar hacia el interior con ella

-Me aseguró que llegues bien –soltó la mar de serio

-Ya estoy bien –le aseguró deseando que se fuera a casa

-No, camina –señaló en dirección hacia el ascensor

Y el ascensor estaba malo. Otra vez. Subieron los 6 pisos por la escalera. En la puerta de su apartamento Danielle, se plantó de brazos cruzados, no iba a dejarlo entrar solo porque haya dicho algo sobre el que ya todos supieran

-Quiero entrar

-No, ya tienes que irte –pidió enfadada, seguía pensando que haría lo que le ordenara

-No seas testaruda

-Lo soy, así que mejor me dejas sola

-No quiero dejarte –y no hablaba de dejarlo pasar

-A veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan

Bufó exasperado en un gesto nada propio de él, pero la mirada cansada en los ojos de Danielle, lo hizo desistir, era cierto necesitaba un descanso, pero se caracterizaba por ser egoísta, la quería para él, ahora. Así que decidió prolongar su tiempo juntos recordando la radiografía que Jim, sugirió que se hiciera.

-El lunes iremos a la consulta de Jim

-Puedo ir sola –suspiró agotada

-Por ningún motivo –arrugó su ceño al pensar en Jim y ella a solos

-Esto es agotador ¿puedes por favor darme mi espacio? Acabo de tener el peor día de todos y tú sigues presionándome Nicholas...

-El lunes hablamos

Y sin esperar su aprobación la besó en los labios y se giró para caminar a las escaleras procurando echarle un vistazo antes de desaparecer.

Sí, al fin estaba sola lejos de ese hombre tan..., intenso. Pero no hizo más que entrar en su habitación para que golpearan la puerta, se terminó de quitar el abrigo y abrió pensando que sería Nicholas, pero no, eran Amanda y Mika

-Hola...

Soltó desanimada, solo quería descansar, estar tranquila después de la mañana que había tenido, lo necesitaba.

-¿Por qué traes esa cara? ¿Y qué le pasó a tu mano?

Exigió saber Mika, olvidando su enfado y sacando a relucir ese instinto maternal que siempre ha tenido, un poco mandón pero es el modo que tiene de preocuparse.

-Yo me...--

-¿Es la camiseta de tu jefecito? –interrumpió Amanda, con una sonrisa insinuante y nada agradable

-No vengas con insinuaciones, si vas a decir algo hazlo a la cara

Le advirtió Danielle, antes de alejarse de la puerta y sentarse en el sofá, tenía sueño, el medicamento que le dio Jim, surgía efecto

-Amanda -le advierte Mika-. Creo que es tiempo de hablar, por eso estamos aquí Danielle

-Eso explica el motivo por el cuál andan por este barrio tan alejado de sus hogares -gruñó Danielle, aun molesta con la actitud de Amanda

-Habla, tú fuiste la que me dejó plantada –le recriminó con rabia

-Amanda, primero que todo yo no planté a nadie, y segundo tú y Mika, fueron las que me dejaron de lado, las que me han estado ignorando haciéndome esta ridícula ley del hielo, al menos me hubieran avisado..., porque puede que de ti esperara un berrinche, pero de Mika..., no

Poniendo los ojos en blanco Amanda, cerró la puerta y se dirigió a la cocina como siempre hacía, agarró el hervidor y fue hasta el lavaplatos para llenarlo de agua, pero cuando no encendió pareció que su mala leche definitivamente se descompuso

-Esta porquería se dañó, ya compa uno nuevo –soltó con fastidio

-Está bueno -murmuró Danielle, indignada con su "amiga" ¿qué pasó en esa cena que la hace comportarse como una..., perra?

-Entonces por qué no enciende genio –se giró para fulminarla con la mirada

-Porque no tengo luz... -confesó avergonzada

Amanda, le lanzó una mirada a Mika, sabía que se ablandaría con ello, así que le lanzo una silenciosa advertencia

-¿Por qué no tienes luz? –preguntó Mika, con cautela, no podía no preguntarle

-Tengo que pagar la factura -explicó rápidamente-..., ya olvídenlo y díganme ¿a que vinieron?

Danielle, intentó cambiar de tema, pero Mika, seguía mirándola a la espera del motivo, y no pensaba hablar de nada hasta que le contestara

-Respóndeme ¿por qué no tienes luz? –exigió acercándose a ella

-Porque mi vida no gira en torno a ustedes, tengo mis propios problemas –soltó Danielle, sin moverse del sofá harta de la tensión entre las tres

No dijeron nada.

-¿Porque no fuiste a la cena de Amanda?

-Me avisó una hora antes, ya estaba comprometida con Aaron, le dije que no podía asistir, incluso le dije que me diera el motivo por el cual era tan importante, pero no me dijo nada, solo intentó manipularme para que dejara lo que hacía y corriera porque ella así lo deseaba

-¡Cierra la boca! Yo no te manipulé –gritó Amanda, amenazante

-Porque no pudiste ¿Qué no estás escuchando? –soltó Danielle, de malhumor

-Danielle, basta, si realmente te consideras una buena amiga entonces debiste haber accedido sin rechista, Amanda, te necesitaba en esa cena y no fuiste, eso es de malas amigas y estamos furiosas contigo, dejaste pasar dos semanas

-Yo no...-- -intentó defenderse

-No me interrumpas -le advirtió Mika, tomando el control de la discusión-. Pudiste haber ido con Amanda, y haberte disculpado, pasaron CATORCE DÍAS

-Trece en realidad... -murmuró Danielle, triste por cómo Mika, defendía a Amanda

-¡Que mierda importa un día más o uno menos! CONCENTRATE, estás arruinando nuestra amistad por un tipo al que no conoces ¿qué más te tiene que pasar? ¿Qué esta vez además de robarte te golpeen y te dejen inconsciente en la calle? ¿Qué te violen y te maten? MADURA DANIELLE, tienes que separar la calentura de tus prioridades, de tu familia, nosotras somos tu familia

Con la boca abierta (literalmente) Danielle, las observó con incredulidad, Amanda, asentía a todo lo que Mika, le decía y Mika, no hacía más que señalarla con el dedo..., pero eso no era lo peor, de pronto unas incontrolables ganas de llorar le llenaron los ojos de lágrimas... ¿esta era Mika? ¿Su mejor amiga de toda la vida? ¿Su vecina desde los 6 años? ¿La persona que mejor la conocía?

Cayeron, sus lágrimas cayeron pero su mirada no, sus ojos estaban fijos en ellas y no con culpa ni nada de eso, su mirada era de una profunda decepción, jamás esperó esta reacción de ninguna, es una infracción inmensa a su amistad...

-Las llamé..., a ambas -murmuró Danielle, controlando su tono alterado por la angustia y su llanto silencioso-. Te escribí Mika..., pero ya estaban decididas a hacerme la ley del hielo como dos niñitas de 12 años, no como mujeres adultas y "maduras"...

-Tenía derecho a no responderte –se excusa Amanda

-Tienes derecho a hacer lo que quieras, pero no conmigo, no si realmente me considerabas una de tus "mejores amigas"..., pero aparentemente solo me quieres para hacer lo que tú digas

-¡Pero qué dramática eres!

Soltó Amanda, acortando la distancia deteniéndose frente a Danielle, y fulminándola con la mirada en plan matona continuó con su enojo

-¡Faltaste a mi cena de compromiso pendeja! Y por un tipejo al que apenas conocías

-¿Compromiso?

¿Había escuchado bien? ¿Cena de COMPROMISO? Estupefacta, Danielle, se levantó del sofá quedando a escasos centímetros de Amanda, que a cada instante se volvía más y más roja de ira.

-Sí, ahora además de tonta estás sorda –la fulminó con la mirada

-No te confundas, estar enfadada, enojada, furiosa, colérica conmigo por motivos que realmente desconozco es muy distinto a creerte con el derecho a insultarme, estas en mi apartamento y no te lo voy a permitir

-¿Ahora me regañas? ¡Tú te pasas de tarada! –soltó una risa tan falsa como la cartera "Louis vuitton" que traía

-¿Yo, tarada? TE COMPROMETISTE CON UN HOMBRE QUE CONOCÍAS HACE PRACTICAMENTE UN MES ¿Y YO SOY LA TARADA?

-Estamos enamorados, pero que saco con explicártelo si tú eres incapaz de amar a un hombre, por eso estás sola

-Amanda, basta –intervino Mika.

-No Mika, esta tonta nos saca en cara que estamos siendo malas amigas cuando es ella la que nos ignora, se cree muy importante ahora que GRACIAS A NOSOTRAS tiene este puto trabajo con ese atractivo hombre

-No sabía que ustedes habían ido a la entrevista por mí o que aguantaron 6 meses de gritos y criticas hasta finalmente ser valoradas por su dedicación y paciencia..., y por supuesto buen desempeño en sus labores diarias –protestó Danielle, contando un nuevo insulto por parte de Amanda

-Ya paremos este concurso de "yo te odio más" Amanda, es suficiente, vámonos

-Eres una gallina Mika –espetó Amanda, mirándola de reojo, no pensaba perder de vista a Danielle, estaba furiosa y quería que lo supiera

-Amanda, no puedes casarte con ese hombre, no se conocen

Danielle, intentó hacerla razonar, ya se había dado por vencida, después de cómo la estaba tratando dudaba que quisiera volver a querer tenerla como parte de su grupo de amigas, pero no podía permitir que se casara con un perfecto desconocido, era el piloto, el de la fiesta donde conoció a Aaron, el tipo ni siquiera le dio bola en toda la noche, solo la saludo y por la madrugada se la llevó al cuarto de aseo para un polvo rápido ¿qué tenía en la cabeza?

-¡Ja! No me hagas reír con tu fingida preocupación, tu eres la menos indicada para decir eso de "no te puedes casar con él, no lo conoces" -repitió de modo burlón, intentando imitarla-. Te ibas a casar con tu jefe por dinero –la acusó escupiendo fuego

-¿Qué? -en shock, giró la cabeza hacia donde se encontraba Mika-. No lo puedo creer... -susurró sin aliento-. Mika, eso te lo conté porque necesitaba hablarlo con alguien no para que lo comentaras por ahí..., creí que podía confiar en ti...

Dolida se alejó de ambas y se metió en su pequeña cocina separada de la sala por una pequeña encimera que funcionaba de mesa. Tomó un vaso del estante y lo llenó de agua, lo bebió completo antes de girarse para mirarlas

-No te hagas la mosca muerta Danielle –le advierte Amanda, poniendo los ojos en blanco

-No me hago nada..., yo me negué a casarme con mi jefe desde el momento en que se le ocurrió esta absurda idea..., no soy interesada, lo saben..., no sé qué les pasa...

-Danielle, no todo gira en torno a ti, yo estoy feliz por Amanda y Ferdinand, la apoyo y celebro su compromiso, en cambio tú estás allí parada criticando y criticando cuando lo tuyo es peor

Sin decir nada se dio media vuelta y volvió a servirse un poco de agua, esta vez fue solo un sorbo y lo dejó caer en el interior del lavaplatos, estaba temblando, sus latidos iban tan rápido que podía sentirlos en su pecho...

-Eres una mala amiga Amanda... -se giró para mirarla a los ojos, ya estaba harta-. Querías que hiciera lo que tú mandabas sin importar lo que yo hacía, sin importarte si podía o no

-Era importante –insistió apretando los dientes

-Si lo hubieses expuesto de otro modo habría encontrado el nodo de estar presente. Pero no fue así

-No, y ya es muy tarde –espeta Amanda.

-¡Ya para con el melodrama Danielle, solo discúlpate con Amanda y ya! Cerremos el maldito tema –intervino Mika, con cara de fastidio

-¿Sabías que tú eres la pero Mika?

-Retíralo Danielle, si lo dices ya no te podrás retractar –le advirtió señalándola como si de una niña pequeña se tratara

-No, no se supone que tú tomes un bando. Lo que haría una buena amiga sería convertirse en intermediaria para tratar de calmar a Amanda, y explicarme el motivo por el cual me ha hecho la ley del hielo por semanas, porque yo no sabía de su compromiso, y sinceramente creo que lo omitió porque sabía que me opondría, es un hombre mayor que quiere casarse con ella luego de un mes saliendo..., pero no hiciste nada de eso y además le contaste lo de mi jefe, confié en ti, estaba ahogada necesitaba contarlo para sacarlo..., después de todo para eso son las amigas..., pero no, se lo dijiste a Amanda y por algún motivo ella piensa que me caso por dinero

-Yo no...-- Mika, intentó decir algo al respecto, pero nada salió de su boca

-Y si eso fuera poco, sabías que me asaltaron, lo supiste siempre y aun así no me escribiste, no viniste, no respondiste cuando llamé..., yo habría olvidado mi enfado si algo te hubiese pasado...

-Ahí vas de nuevo haciéndote la víctima –soltó Amanda, cegada en su razón

-Lo lamento pero de verdad ya no tengo cabeza para esto, las consideraba mi "familia" como mencionaste Amanda, pero después de escucharlas..., da igual, por favor quiero estar sola

-¿Nos estás corriendo? –protesta Amanda, ofendida

-Les pido que se retiren, necesito descansar –su voz era cada vez más débil

-Después no te quejes que te dejamos de lado –le advierte Amanda, no tomando en serio lo grave de la situación

-Eso ya lo hicieron hace dos semanas

-Dani, tienes que entender que...

-Acabé de escucharlas –interrumpe a Mika

-¡Bien! No te necesitamos, quédate sola en tu apartamento sin luz

Ofendida Amanda, agarró la mano de Mika, y la jaló fuera del apartamento procurando dar un dramático portazo al salir.

Y Danielle, cayó nuevamente en un agujero negro, ahora a causa de sus amigas, podía soportar que Amanda, reaccionara de este modo, solía hacerlo cuando algo no salía como ella quería, insultaba y maldecía, pero pasado un tiempo fingía que nada sucedió y "volvía a la normalidad"

Pero Mika..., ella era la única persona que estuvo a su lado cuando su mamá la abandonó, o cuando su primer novio la botó, cuando su papá fue arrestado, cuando la echaron de la universidad..., su única amiga, la que no había huido luego que lo perdiera todo...

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