Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 34

Lunes 19 de noviembre

   Eran las 7 de la tarde de ese lunes que ya parecía ser interminable cuando Danielle, entró en el bar que le indicaba el gps de su celular, "Bodega uno". Sentado a una pequeña mesa para dos junto al ventanal con varios botellines de cerveza vacíos frente a él, se encontraba Nicholas, con la mirada perdida, pensativo.

Y no pudo evitar sentir pánico, si estaba en este lugar tan corriente para tratarse de él, y sus gustos refinados, solo podía significar que la reunión no fue nada de bien, algo importante debió ocurrir para que se encontrara en este estado..., así que nerviosa lo observó por unos minutos prácticamente plantada en la entrada del bar, un hombre se le acercó esperando haber encontrado al ligue de la noche, la saludó un par de veces y le ofreció un trago, pero ella realmente no lo escuchó, su cabeza se mantuvo concentrada en Nicholas, intentando averiguar su estado de ánimo así que técnicamente ignorando al desconocido avanzó entre las mesas y justo antes de llegar con él, se giró para verla llegar..., sus miradas se encontraron y fue un alivio mutuo, esa conexión difícil de explicar pero fácil de entender..., ellos la tenían.

De un salto Nicholas, se puso de pie y mecánicamente se arregló la chaqueta del traje, intentando ordenarse para estar presentable para ella, nervioso, bastante nervioso para tratarse de él.

Danielle, solo le sonrió acabando de acercarse, con cariño se puso de puntillas para estar a su altura y poder besarlo en la mejilla antes de alejarse para tomar asiento en la silla frente a él.

Atontado Nicholas, la observó quitarse la chaqueta, colgarla en el respaldo de la silla y tomar asiento antes de regresar a su puesto. No sabía que decirle

-Hola –le sonrió era nuevo verlo sin palabras

-Hola...

-¿Cómo te fue?

-Un desastre

Dijo finalmente dejando escapar un sonoro suspiro. Aliviado de tenerla allí.

-Voy a necesitar un poco más de palabras para comprender lo que significa "desastre" para ti

-Acabé comprometido con la maldita secretaria –soltó mortificado

-¡¿Qué?!

El chillido que escapó de Danielle, ante la sorpresa de la confesión de Nicholas, hizo que varias personas se giraran para mirarla. Intentó contener las ganas de echarse a reír pero estaban a punto de salir. A Nicholas, no solo le desagrada Frida ¡le da alergia!

-¡No te atrevas a reírte! –la señaló con el índice al ver su expresión

-Es que... -tenía una gigantesca sonrisa y aguantaba las carcajadas que su expresión de tragedia le provocaban

-Esa mujer es terrible ¿en qué mierda me metí?

Agobiado, realmente agobiado apoyó los codos sobre la mesa y se agarró la cabeza con ambas manos deslizando sus dedos por el cabello despeinado como nunca dándole un tirón algo desesperado, realmente esta situación lo tenía mal

-No me gustan los pelones

Susurró con cariño extendiendo su mano para alcanzar una con la que se jalaba el cabello. Lo acarició con ternura para que dejara de hacerlo

-Vamos, no hagas eso con tu cabello –pidió con calma

-¿Y los desesperados te gustan Danielle? –levantó la mirada a la espera de su respuesta

-Oye, ve el lado positivo ahora tendrás el poder absoluto de la compañía y a nadie cuestionando si tus decisiones son buenas o no

-Mi abuelo es un viejo tramposo

-Y por lo que me han contado eres igual a él

-¿Quién te ha dicho eso? –protestó

-¡Pero vaya! ¿Te ha tocado el orgullo que te comparen con el Allen mayor? ¿Tan terrible era?

-Satanás

Una pequeña risita se le escapó a Danielle, al escuchar aquel sobrenombre, ya que el apodo de Nicholas, le quedaba perfecto, como si se tratara de una escala de maldad.

-Bueno "nieto de Satanás" ahora puedes matar dos pájaros de un tiro -dijo muy en serio-. Podrás concretar el proyecto del japonés insufrible y te deshaces de la secretaria

-Lo haces ver tan simple, y con esa sonrisa tuya hasta me lo creo

-El complicado eres tú ¿no querías un matrimonio falso? Es la candidata perfecta

-Supongo... -murmuró pensativo

-Frida, enloquecerá con un poco de dinero fácil

-Esa mujer es odiosa a un nivel no descubierto ¿cómo la soportas?

-Con algo llamado paciencia, pero de seguro no conoces el concepto

-Danielle –le llama la atención con calma

-Es solo una bromita –le sonríe para que no se enfade

-No sé qué voy a hacer...

En silencio Nicholas, la observó, ella no quería por nada del mundo casarse para ayudarlo, ni siquiera ahora que había sentimientos de por medio mencionó algo, y la idea de la secretaria "casándose con el" le producía arcadas. Aunque estaba seguro que algo debió pasarle para que detestara tanto la idea..., y no sacaba de su cabeza que tenía que ver con que su padre estuviese cumpliendo condena por estafador y que su madre la haya abandonado en su adolescencia..., no lograba comprender cómo es que acabó sola, menos sabiendo lo buena persona que es, amable, educada, hermosa...

-¿Voy a seguir teniéndote a ti? -preguntó de pronto temeroso y no se refería al trabajo

-No tengo planeado renunciar –le dedica una media sonrisa, sabía a lo que se refería

-¿Qué? ¡Te mato si renuncias!

Le advirtió tomando la mano que acariciaba la suya sobre la mesa, pasó de tirarse literalmente de las mechas a esa acción tan inocente e íntima que le producía un hormigueo por todo el dorso de la mano, por allí por donde sus delicados dedos pasaban

-Pero no hablo de eso..., me refiero a tú y yo. Danielle y Nicholas

-Oh... -no supo qué responder seguía sin saber qué decir o cómo reaccionar a la confesión de Nicholas

-¿Me vas a dar una oportunidad?

-¿Tú qué crees? –y una media sonrisa tímida se hizo presente

-Quiero escucharte –ya sabía lo que eso significaba y no podía estar más aliviado

-Sí

-Más palabras –y ya la sonrisa no la podía ocultar

-Sí Nicholas, te voy a dar una oportunidad

-Más

-Para que me demuestres que no solo es sexo

-¿Y?

-Y que no eres tan odioso como pareces

Acabó con una risita y ruborizada por la mirada de él, brillaba de emociones y jugaba un partido de tenis entre sus ojos y labios

-En realidad lo soy

-Lo sé

-Quiero que funcione ¿me crees?

-Solo no me presiones -pidió con seriedad-. Nuestra discusión sigue bastante fresca en mi mente y..., quiero olvidarla

-Haré lo que me pidas

-Eso suena lindo

-No tanto como tú –comenta sin hacerse esperar

-¡Vaya! Eso es nuevo, vas por buen camino Allen

Soltando una suave y pequeña carcajada Nicholas, dejó a Danielle, perpleja. Nunca lo había escuchado reír, o al menos no así..., ha sido lo más adorable y tierno que ha escuchado salir de este hombre.

-No te burles

-Jamás

-¿Cambiamos de lugares?

-¿Qué?

-Cambiemos –esta vez no fue una pregunta

Confundida observó a su alrededor buscando algún motivo por el cual quisiera cambiar de asiento. Y lo encontró. Un hombre un par de mesas atrás de Nicholas, la observaba y le guiñaba mientras la repasaba de pies a cabeza de manera sugerente, casi obscena. Alarmada se llevó la mano buena al pecho y notó que un par de botones se habían abierto así que con prisa se los abrochó e iba por el último cuando Nicholas, que en algún momento se había levantado le ayudó con eso de un modo muy protector y delicado

-No quiero que nadie te mire, sin excepciones

Murmuró acariciando su mejilla justo antes de tomarla de su mano (buena) y ayudarla a levantarse. Danielle, no protestó y no dijo nada cuando estuvo de pie pegada a él, a propósito no había dado un solo paso atrás para darle espacio, estaba marcando "territorio"

-Tranquilo vaquero

Guiñándole con coquetería y sin soltarle la mano pasó por delante de él, procurando no tirar nada de la mesa y fue hasta la otra silla. Desde su nuevo lugar observó cómo Nicholas, se quitaba la chaqueta revelando una arrugada camisa algo salida de sus elegantes pantalones italianos hechos a medida.

-Entonces... ¿la reunión fue un fiasco? ¿Solo conseguiste una esposa de mentiras?

Preguntó muy interesada, quería saber exactamente lo que ocurrió en esa junta de directorio, necesitaba información, Nicholas, estaba hecho un desastre, bebiendo solo en un bar que él, en otros momentos catalogaría como de "mala muerte", despreocupado por su ropa, su cabello por el cual siempre se preocupaba que estuviese perfecto un crimen sabiendo lo mucho que le preocupa lo que la gente diga de como luce, eso y la expresión en su rostro

Preocupación

Tal vez incluso sea miedo a perder la dirección de la compañía. Desde que asumió el cargo que no ha hecho más que trabajar, trabajar y trabajar, se ha esforzado mucho para ganarse el respeto de aquellos hombres a los que su abuelo incluso consideró amigos, colegas, pero que en Nicholas, no ven más que un "beneficio" por ser de la familia. Es una de las razones (y su carácter) por las que es tan estricto y duro con los trabajadores.

-¿Quieres algo de beber? Discúlpame, estaba tan concentrado en sentirme miserable que no te he ofrecido nada  -ignoró la pregunta a propósito

-Estoy bien, gracias

-No, no vas a sentarte allí y ver cómo me emborracho

-No quiero nada Nicholas –seguía observándolo preocupada

-¿Una limonada?

-Un vaso de agua –negoció

Negando en desaprobación Nicholas, alzó la mano para llamar al camarero. Llegó de inmediato

-Señor

-Otra cerveza y una limonada

-Enseguida –tomó nota mental

-Y un agua sin gas, es todo

-A la orden

Sonriendo Danielle, lo miró a los ojos, sabía que no iba a permitirle tener solo agua, su naturaleza era siempre tener la última palabra. No estaba siendo para nada incómodo, ha estado nerviosa toda la tarde, desde que lo escuchó decir esas dos palabras..., pero no es el momento para hablar de eso, Nicholas, está agobiado y necesita a alguien que lo acompañe, si quiere emborracharse, bien, que lo haga si eso le ayuda a liberar algo de preocupación o estrés

-¿Es ese el motivo por el cual te encuentras en este bar?

-No mejora, cada vez, cada día aparece un problema nuevo, más obstáculos... -confiesa cansado-. Y recibí un correo de Kobayashi, como si la tarde no pudiese empeorar más –agarró el botellín de cerveza que estaba bebiendo y lo vació de un solo trago.

-¿Tan malo es? –preguntó queriendo hacer algo para ayudarlo

-No lo sé, ahora mismo todo es malo..., excepto tú...

Y esa mirada oscura y brillante, la descolocó, se había ruborizado, de eso estaba segura y es que escucharlo decir cosas lindas o es algo usual en el señor Allen

-Estás siendo demasiado bueno ¿de qué te sirve una asistente con la mano mala? –dijo porque no sabía que otra cosa contestar

-Si es buena, y sé que lo eres, no sería un inconveniente que mi asistente tenga una mano lastimada

-Cuantos halagos en una sola noche

-Lo estoy intentando –le dedica una media sonrisa sincera

Se miraron en silencio hasta que el camarero les sirvió su orden.

-Gracias por hacer que me regresaran la electricidad, pero quiero que me lo descuentes del pago de este mes

-Ni lo sueñes

-Nicholas –protestó, aunque sabía que diría algo así

-Debiste decírmelo, tal vez habría dejado de comportarme como un tarado

-Es algo privado y..., no es fácil decirlo

-No volverá a ocurrir

-Sí, porque pagaste más de la cuenta

-Solo me aseguro que mi estupidez no vuelva a afectarte

-También fue mi culpa

-No, y no lo vuelvas a decir ¿te retrasaste con algo más? ¿La hipoteca?

-Usé mis ahorros para eso, me asusta deberle al banco

-Son unas pirañas

Le sonrió, se sentía bien estar así con él, conversando sin temor a decir o hacer algo que pueda desaprobar o que no tenga que ver con el trabajo directamente.

-¿Cuántas cervezas más necesitas para irte a casa?

-No las he contado, supongo que tengo que volver a comenzar

-Claro que no, te voy a acompañar con la siguiente y luego a casa, tenemos mucho trabajo mañana

-Aguafiestas –protesta, pero de acuerdo con lo que decía

-Tienes que resolver tu situación

-¿Me vas a ayudar a conseguirlo?

-Por supuesto, es mi trabajo..., y también quiero ayudarte a ti

-Me gusta esa respuesta

Compartieron sonrisas cómplices antes que Nicholas, se levantara para ir al baño, pero no sin antes advertirle que no dejara que nadie se le acercara, y que no tardaría nada.

Se tardó más en dejar la mesa que en regresar.

-Le envié un mensaje a Patricia, tu chofer debería estar aquí en cualquier momento –anuncia metiendo el celular en su pequeño bolso

-Gracias

-Bueno ¿qué tal si pides la cuenta y vamos por un poco de aire? –propuso para salir de allí de una vez

-No, ni lo pienses

Su respuesta la confundió por unos instantes ¿quería seguir en el bar?

-¿Qué? ¿Quieres quedarte más tiempo y seguir bebiendo?

-No voy a permitir que te vayas sola, te voy a llevar a tu apartamento –gruñó molesto

-Me puedo ir sola

-No, sobre mi cadáver vas a irte sola

-Nicholas

-No con ese imbécil en la calle, es peligroso ¿en qué viniste?

-Uber

-Y no quiero que andes en autobús

-Ya para, no tienes que preocuparte por mí, voy a estar bien –afirmó agradecida

-No me pidas eso -estaba un pelín molesto-. Solo no quiero que te vuelvan a lastimar

-Eres un encanto cuando te lo propones

-Mejor no respondo a eso

Sin quitarle la mirada de encima y con esa última insinuación Nicholas, se levantó de su silla, ayudó a Danielle, con su chaqueta para luego ponerse la suya y bien agarrada de la mano la llevó hasta la barra en donde pagó la cuenta y finalmente salieron por un poco de aire

Fuera del ruidoso bar atestado de gente Nicholas, tomó una larga respiración antes de atraer a Danielle, hasta su pecho y darle un significativo y posesivo abrazo.

-Mañana voy a recogerte –murmuró con la barbilla apoyada sobre la cabeza de Danielle

-No hace falta, Nicholas –se apartó lo suficiente para no romper el abrazo y poder mirarlo a los ojos

-Voy a recogerte a las 7 de la mañana y ya no discutas

-Sí señor

-No me tientes

Ruborizada enterró su rostro en el pecho de Nicholas, ocultando la tonta sonrisa que le provocaba con su preocupación, lo cierto es que le emocionaba un poco (bastante) que quisiera recogerla para llevarla al trabajo. Al levantar la mirada allí estaba la de él, sabía que quería hablar sobre lo que dijo cuándo hablaron por teléfono, pero estaba tan pasmado como ella y ninguno se atrevía a mencionarlo

-Entonces ¿me enviaste tu ubicación por algún motivo en particular?

  Preguntó para acabar con la quemadita de ojos, su pulso estaba acelerado al tenerlo tan cerca y no quería que lo notara

-Quería saber si llamabas o venías

-Viene

-Sí, lo hiciste –le regaló una radiante sonrisa de comercial

-¿Planeabas emborracharte solo?

-No, llegué aquí y..., solo llegué –suelta aire con pesar al recordar los problemas que lo tienen en este estado lleno de frustración

-Todo va a estar bien Nicholas, eres inteligente

-Tú también lo eres... -dejó de abrazarla solo para sostener su rostro entre sus palmas-. Gracias a ti y ese archivo tan detallado conseguí no quedar como un completo imbécil

-Me alegra que te sirviera

Sin importarle nada Nicholas, se inclinó y la besó en la mejilla antes de soltarla y volver a poner un poco, solo un poco de distancia

-¿Quieres cenar conmigo?

Nervioso aguardó por su respuesta, era primera vez que se sentía así con una mujer, a gusto y nervioso y no quería que esa sensación acabara.

-Voy a tener que aceptar, nunca habías sido tan tierno y bueno, creo que es primera vez que lo preguntas sinceramente

-Soy un mandón, lo sé –asiente de buen humor

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