Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 50

Domingo 23 de Diciembre

Cerca de las 12 del día el celular de Nicholas, comenzó a sonar en la mesita de noche de Danielle, y ella por costumbre lo tomó medio dormida, pero cuando vio el nombre de Frida, brillando en la pantalla de IPhone, se sentó en la cama de un salto recordando la noche anterior

-¿Qué, que pasa? ¿Estás bien?

Asustado por el brusco movimiento Nicholas, también se despertó y se sentó junto a Danielle, a la espera que le dijera algo

-Lo siento, el teléfono me despertó…, es tu esposa

Le extendió el celular con una amarga sensación en la boca al decir aquella palabra. Nic, tomó el teléfono y rechazó la llamada.

-Ignórala

-¿Qué tipo de relación tienen?

-Absolutamente ninguna, yo doy las órdenes y ella obedece a cambio de dinero, mucho dinero, nada más lo prometo

Le acarició la espalda baja rodeándola con uno de sus brazos para abrazarla, Danielle, se dejó caer con cuidado en el pecho de Nicholas, mientras la acariciaba con delicadeza

-Se siente horrible decirlo en voz alta…

-Olvídate de ella, nosotros tenemos algo que hacer y no puedo esperar a irnos

-¿Seguro que puedes tomarte unos días en el trabajo? Se supone que regrese mañana a mi puesto

-Podemos tomarnos cuanto tiempo deseemos tú no te preocupes por nada

-Pero Nic, no quiero descuidar mi trabajo

-El trabajo es tuyo, nadie te lo va a quitar y ya te he dicho que si yo no estoy entonces tampoco es necesario que lo estés tú

-De acuerdo, mejor háblame de lo que quieres hacer porque no creo que tengas nada planeado

-Solos tú y yo ese es todo el plan –cuchichea besándole la oreja con ternura

-¿Tu familia no se va a molestar porque desaparezcas en navidad?

-No son los más cariñosos ni “tradicionales” cariño, así que no te preocupes por eso

-De acuerdo

-¿A qué hora te gustaría partir?

-Por la tarde Jim, me dijo que hablaría con una amiga para que me examinara los dientes y fue muy convincente cuando dijo que no aceptaba un no

-Sí, probablemente debas asistir a esa cita mientras yo preparo todo

-Puedo ayudar ¿Qué quieres que haga?

-Solo la maleta para unos días

A las 3 de la tarde Nicholas, la recogió en el apartamento y estaba particularmente ansioso por alejarse de la ciudad. Frida, lo había estado llamando durante todo el día, pero estaba decidido a ignorarla, nadie arruinaría su escapada junto a Danielle.

-¿Estás segura de esto? Porque podemos escoger cualquier otro día

-Estoy segura -le dedica una resplandeciente sonrisa cargada de complicidad y emoción

-Dime qué tan segura

-Quiero estar contigo ahora ya, lo necesito, lo necesitamos además yo solía pasar las navidades con Mika, Leo y Amanda y no quiero incomodarlos porque puede que las cosas con Mika, estén bien pero Amanda, es cuento aparte

-¿Y tu tía? Ella se va a preocupar

-Pasará la navidad con su esposo y sus amigos, a mí no me gusta meterme allí, no me agradan esos hombres

-De acuerdo, entonces es hora de irnos y mantenerte todo el tiempo pegada a mí porque no sé qué haría si te extravías por 4 días

-¿A no?

-No -le rodea la cintura para mantenerla cerca-. Estoy loco por ti, necesito saber dónde estás siempre, aunque no estemos juntos. Me tranquiliza saber dónde te encuentras

-Eso es lo más lindo que me has dicho, no hay nada antipático ni mezquino ¡estoy orgullosa!

-Pequeña revoltosa y provocadora.

-Ya dime donde será ¿la casa de la playa o esa cabañita a la que me llevaste engañada?

-Tendrás que aguantarte –depositó un suave beso en sus labios fruncidos en un puchero al no obtener la respuesta que deseaba

-Entonces tú también –refunfuñó cruzándose de brazos

-¿Qué tengo que aguantarme? –peguntó divertido con el juego

-No más toqueteo hasta no saber dónde me estás llevando

-¿Qué? –intentó no reír porque estaba seguro que eso no sucedería

-¿Me abres la puerta? –señaló la puerta de la camioneta sacándole la lengua en un gesto infantil

-Si me vuelves a sacar esa lengüita tan dulce tentándome ya que no me permitirás tocarte durante todo el maldito camino te juro que te haré pagar en la cama, conozco tus puntos débiles dulzura y te haré sufrir largo y tendido

-No me pongas ansiosa

-Que ganas de darte unos azotes –se muerde el labio mientras desvía la mirada al trasero de Danielle.

-La puerta Allen –finge seriedad cuando lo único que deseaba era sonreír

Entre bromas, muchas risas, demasiada conversación y música Dani y Nic, hicieron el viaje de 4 horas lejos de todo. Y eso era en una reserva en medio del bosque, un hotel en donde las suites eran cabañas individuales muy privadas y todas ubicadas alrededor de un majestuoso lago todo bastante independiente. Un mini paraíso así lo nombró Danielle. Ella estaba tan fascinada al descubrir que existía un lugar así. Embobada y de la mano de Nicholas, todo el tiempo hizo el check-in y cuando el recepcionista ofreció un tour por el hotel no lo dudó y respondió antes que Nic, lo hiciera

-¡Por supuesto! ¿Puede ser ahora?

-¿Ahora mismo?

Preguntó el recepcionista dirigiendo su mirada de Danielle, a Nicholas, algo bloqueado con su entusiasmo

-Sí, ahora -demandó ocultando una sonrisa-. Y para cuando acabemos queremos bocadillos en la suite dulces y salados algunas opciones para beber y la chimenea encendida

-Claro señor, señora

El hombre asintió y enseguida llamó a un empleado para que les diera un tour mientras otro llevaba sus bolsos a la suite.

Tomados de la mano y pegados uno al otro como una cariñosa y normal pareja hicieron el recorrido por el maravilloso hotel. Nicholas, no dejaba de sonreír ante el asombro de Danielle, por algunas zonas de la propiedad, claro el ya conocía todo pero no iba a dejarla sola con un desconocido y privarse de tiempo con ella, además lo estaban pasando de maravilla, había sido como empezar de cero, la conversación en el auto, las bromas, las risas sentía que nunca había reído así tan despreocupadamente y saber que ella es la responsable y que ríe con él, a su lado lo hace sentir como nunca y aliviado de haber superado sus problemas, solo tiene que dejar de dar órdenes. O al menos intentarlo.

Cuando luego de 45 minutos conocieron la suite, el jadeo que soltó Danielle, fue tal que Nicholas, soltó una alegre carcajada mientras la jalaba al centro de la habitación dónde la cama extra grande estaba ubicada frente a toda una pared de cristal con vista y salida directa al lago

-¡Esto parece una luna de miel!

Chilla mientras Nicholas, la rodea con sus brazos posando su mentón en la cabeza de Danielle, encajaban perfecto.

-Podemos pretender que es una y hacer cosas sucias -le susurra al oído provocándole escalofríos

-Mm..., entonces ahora pondrás música y la primera canción dirá lo que sientes y la segunda lo que quieres

-Mierda, tengo que escoger muy bien entonces -le muerde el cuello juguetón-. Aunque sinceramente no creo que exista canción que describa lo que te quiero hacer

-Tan pervertido mi señor Allen -suspiró recostada en el pecho de Nicholas, sintiéndose aliviada, a gusto. Bien

-Me gusta cómo suena eso

-Y a mí me gustas tú Nicholas

Declara emocionada ¿cómo era posible que ha hiciera sentir tan bien con tan poco? Solo había cambiado de actitud, habló de todo cuanto le preguntó sin quejarse no tratarla de metiche, rieron, bromearon, hasta cantaron un par de canciones y bromearon sobre ir a un karaoke y hacer un dúo. Vaya 4 horas de viaje en carretera. Terapéuticas.

-Dame un minuto

-No, quédate aquí -le sujeta las manos que aferraba a su cintura

-Voy a poner esa canción que dices

-¿Ya se te ocurrió una?

-Un par, ve al comedor a probar algo de lo que trajeron

-Bueno

La giró entre sus brazos y se besaron lenta y románticamente antes de separarse. Nicholas, conectó su celular al Bluetooth del equipo de sonido y seleccionó dos canciones para que se reprodujeran en el orden específico en que Danielle, había dicho.

Una tranquila y romántica melodía comenzó a sonar por toda la suite y entonces una peculiar voz comenzó a cantar:

Alguna vez te he dicho

Qué bien se siente abrazarte

No es fácil de explicar

La cabeza de Danielle, dejó de recorrer el maravilloso mini buffet lleno de delicias y se centró en la letra, era bastante clara y..., bueno una declaración. Nicholas, volvió a rodearla con los brazos para que se recostara contra su pecho y en silencio y sintiéndose satisfecho escuchó la canción y sintió como se le aceleraba el pulso a Danielle, a medida que iba comprendiendo la letra

Y aunque realmente estoy intentando

Creo que puedo comenzar a llorar

Mi corazón no puede esperar otro día

Cuando me besas solo tengo que

Bésame, solo tengo que

Bésame, solo tengo que decir

Bebé, te amo, vamos bebé

Bebé te amo

Bebé, te amo, te amo solo a ti

No puedo vivir sin ti

Amo todo de ti

No puedo evitarlo si me siento así

Oh, estoy tan contento de haberte encontrado

Quiero mis brazos a tu alrededor

Me encanta escucharte llamar mi nombre

Oh dime que sientes

Dime que sientes

Dime que sientes lo mismo

Bebé, te amo, vamos bebé

Bebé te amo

Bebé, te amo, te amo solo a ti

-Yo...

-No, no aún queda otra canción, me pediste dos así que no digas nada hasta que acabe

Y la segunda canción ya no era romántica, al contrario era sexy y directa, también le causó algo de gracia la frase del coro, y de hecho le gustó

“Porque el sexo es mucho mejor cuando estás enojada conmigo”

-¿Es una reconciliación?

Cuchicheó divertida con lo que estaba sucediendo y no pudo evitar presionarse contra ese cuerpo tan tonificado que poseía Nicholas, como gatita en celo

-Me parece haberte escuchado decir que es una “luna de miel”

-¿De verdad quieres esto? Ser despreocupado, espontáneo, no celoso y todo eso que no eres -estaba preocupada de obligarlo a hacer cosas que no quiere

-Tú mandas

-Uy, cuidado que me puedo aprovechar de eso

-Entonces aprovéchate de mí

Se giró y deslizó lentamente sus manos desde el abdomen de Nicholas, hasta su cuello entrelazando los dedos para aprisionarlo y poder besarlo

-Primero comamos –susurró sobre sus labios al sentir su excitación

-Claro “bebé” -hizo referencia a la letra de la canción

Rió sobre los labios de Nicholas, lo besó una vez más y se apartó para verlo a los ojos, lo necesitaba para saber que lo que sucedía era real.

-Jim, te envió algo para el dolor, iré por el frasco

-¿Ahora? -protestó

-Sí, debes cuidarte..., tienes unas marcas horribles -bajó el tono de voz algo apenada

-Oye no te sientas responsable, lo haría mil veces más si es necesario para que estés a salvo

-Oh Nic... -gimió conmovida haciendo un puchero

-Vamos mujer, dame mi medicina -bromea para sacarla de su repentino sentimiento de culpa

-Es que...

-Es que nada cariño, soy dueño de todas mis decisiones y no me importa haber pasado unas horas en una celda, ya nos deshicimos de Cameron, definitivamente

-Mi héroe

-Y todo tuyo, ahora ve para que podamos comer

Tomando una profunda respiración dejó de lado ese sentimiento de culpa y se centró en lo que estaba sucediendo en ese momento y corrió a su bolso, tomó las pastillas, se quitó el abrigo y antes de regresar con Nic, le envió un mensaje a su tía avisándole que ya habían llegado.

-¿Tienes calor? -preguntó al encontrarlo descalzo y sin camisa

-La chimenea -señala el fuego-. Y la compañía -la señala a ella

Muchos besos, caricias y algo de comida después, se recostaron en la cama y Nicholas, no pudo evitar clavar la mirada en la boca de Danielle, y el modo en que devoraba un par de bombones de chocolate ¡era erótico!

-Aclárame quiénes saben que Frida y tú..., ya sabes, nada -pidió con un escalofrío recorriendo su espalda

-Lo único que esa mujer provoca en mí son dolores de cabeza

-Eso espero…

-Jim y tú, sólo ustedes

-¿Tú familia? ¿Vanessa? -insistió celosa

-Piensan que es un matrimonio real

-Es real

-En teoría, ya estoy planeando mi divorcio

-Tienes que fingir que estás enamorado de ella frente al resto

-No tengo nada que demostrar a nadie, es mi palabra, deben creerlo

-Y Frida...

-Me ha salido bastante cara como para que no obedezca

-¿Ya no trabajará en la oficina?

-No, no quiero que pases malos ratos por su culpa, además se estaba aprovechando de su papel y fastidiaba a todo el mundo

Resoplando al reconocer a esa holgazana Danielle, se acomodó para mirarlo mejor y se sentó frente a Nicholas, estaba apoyado en el respaldo de la cama mientras que ella, boca abajo sosteniéndose con los codos. Quería saber cosas y aclarar otras pero tenerlo semi desnudo con esos perfectos abdominales era jugar sucio

-No mientas, no lo hiciste por mí

-¿Ah no?

-No, es solo tu ego, no vas a tolerar que tu esposa trabaje, la gente puede hablar

-Mi imagen es importante -ahí estaba don petulante

-Lo sé, eres un vanidoso tremendo

-Tenemos que tener mucho cuidado, mi reputación...

-Entiendo Nicholas, pero tienes que saber que no voy a andar ocultándome, no vas a convertirme en tu amante -le advirtió algo ofendida

-No cariño -se inclinó hacia adelante para estar más cerca de su cara-. Tú estás por sobre todo, solo debemos tener cuidado y escoger muy bien los lugares en donde seremos nosotros, no quiero hacerte daño nunca más -tomó su rostro acunándolo con una de sus manos enterrando sus dedos en sus risos rebeldes-. Dime que me crees

-Creo en tus intenciones…, pero hay que ver qué sucede

-Por supuesto

Asintió de acuerdo aunque no pudo evitar observar su rostro en busca de dudas. No encontró nada, solo esa intensa y hermosa mirada azulada que lo enloquecía. Estampó sus labios con fuerza besándola apasionadamente, estaba hambriento y su lengua ansiosa, tanto que ni cuenta se dio de cómo llegó a estar recostado sobre ella besándola como un poseso, si darle respiro. Metió una de sus piernas entre medio de los muslos de Danielle, y se frotó y frotó excitado, quería desnudarla ¡ya!

Y lo hizo.

La desvistió gustoso controló sus ansias y fue con calma, no quería desgarrar su ropa por la urgencia. Hicieron el amor. Ya no fue solo sexo y ambos se dieron cuenta, pasaron a otro nivel

-¿Qué hora es? -pregunta Danielle, en un suspiro abrazada al pecho de Nicholas

-Qué importa -le sonrió besándole la frente

-Tengo hambre

-Yo también después de todo el ejercicio que hicimos –sonríe apretando su abrazo

-Exagerado, además tú estás acostumbrado a ejercitarte de seguro tu resistencia es mejor que la mía, muuuucho mejor detesto correr -levantó la cabeza para encontrar su sonrisa burlona

-Que bien, tienes que mantener este culito redondo que tanto me gusta

Ríe dándole un cariñoso agarrón enterrando sus dedos con suavidad en la carne pálida de una de las nalgas de Danielle

-¿Y la hora?

-La una de la madrugada -responde echando un vistazo a su celular abandonado en la mesita de noche

-Veré si los pasteles siguen vivos, esa chimenea está muy caliente –anunció con la intención de levantarse

-No Dani, vamos a ordenar algo no comas sobras –hablaba en serio

-Convénceme -lo desafió apartándose para sentarse en la cama

-Hay una pizzería increíble dentro del hotel, y trabaja hasta las 4am

-Extra queso y aceitunas

-¿Pepperoni?

-Es pizza ¡claro que pepperoni!

Otra carcajada divertido, se lanzó sobre su chica y la besó a gusto mientras le jalaba la sábana que lo privaba de sus perfectos pechos.

-Pide la pizza -gimió-. Podemos hacer cositas mientras esperamos

-Me gusta hacerte “cositas” –sonríe entre besos

-Entonces pizza

Y antes que se moviera Nicholas, la penetró hasta el fondo haciéndola gemir tan fuerte que casi se corre.

-¡Tramposo!

-Ahora voy a llamar

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