Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 51

Lunes 31 de Diciembre

-Tenemos que hablar, ahora

Sin previo aviso Danielle, entró en el despacho visiblemente molesta alertando a Nicholas, que algo no iba bien

-¿Acerca de qué cariño? –intentó ignorar su seriedad

-Nosotros obviamente, no estoy entendiéndote yo te… -comenzó a decir pero se detuvo frustrada al no encontrar las palabras

-Danielle, soy egoísta y me centro en lo que quiero y como lo quiero. No lo tomes como algo negativo es mi determinación a recuperarte

Explicó con tranquilidad intuyendo que a eso se debía su visita, pero pendiente, Danielle, estaba muy alterada y apenas habían pasado 4 horas desde que llegó a la oficina.

-Sí, pero..--

-Te quiero a ti -la interrumpió levantándose de su silla para acercarse-. Y no voy a quedarme de brazos cruzados viendo cómo te alejas

-Sí, pero te dije que no me ibas a convertir en tu amante y esta mañana llegaste y me besaste en mí puesto de trabajo y… -lo siguió con la mirada hasta tenerlo en frente-. Y, y solo fueron unos segundos pero el hecho es que eres un hombre casado, todos aquí están al tanto y debes controlar tu “determinación” Creo que debí ser más clara con este… -señala a Nicholas y luego a ella misma-. Asunto…

-¿Qué te molestó? -gruñó disgustado con lo que escuchaba-. ¿El beso? ¿Ahora no te puedo besar?

-Has estado toda la mañana saliendo de tu despacho a decirme cosas al puesto que era de tu esposa, la secretaria y allí en tu escritorio hay una línea privada que te comunica directamente conmigo para esas cosas ¡solo levanta el auricular y llámame! Por puedes decirme lo que quieras –acabó sin aire

-Me gusta verte

-Tómame una foto –soltó con una mezcla de sarcasmo y enojo

-Solo si estás desnuda –acaricia su brazo desde el hombro hasta la palma de la mano

-¡Ya basta! No es momento de bromas –lo fulminó con la mirada apartándose de su contacto

-De acuerdo, dime que es lo que te está molestando, ahora

-Cuando fui al baño escuché a un par de chicas hablando sobre cómo me miras y que te comportas raro y…, y solo ha pasado un día y ya es una locura. Odio los chismes, no quiero que me miren como la aventurita del jefe ahora que la secretaria no está –angustiada agachó la cabeza

-También hablan de mí

-Sí, pero yo soy la que se mete en un “matrimonio” además es un mundo machista, al hombre no lo critican, la mujer es la que queda como zorra. Siempre.

-¿Quiénes son las chismosas? Solo dame sus nombres y me deshago de ellas en este instante. Nadie va a hacerte sentir menos

-Es irrelevante -tomó aire-. ¡Concéntrate Nicholas! No es a lo que quiero llegar

-Bien -extendió su mano y la agarró de la cintura-. Dime que hago entonces –preguntó en ese tono íntimo que la hacía sentir especial

-Llevas casado ¿12 días? –apartó la sensación, necesitaba esta conversación

-Sí, y solo he visto a esa mujer 3 veces, le di órdenes y una tarjeta de crédito, con eso se entretiene, le gusta gastar a lo grande –comentó con desprecio

-Vaya, tienen algo en común después de todo –da un paso atrás alejándose de su agarre

-No digas eso –le pidió frustrado y nervioso

-Vive en tu casa -Nicholas, asintió-. ¿Y su hijo, también tiene un cuarto allí?

-No. Le advertí que no quería a un crío corriendo por mi casa y estuvo muy dispuesta a dejarlo con su papá

-Esto es tan retorcido, no me gusta, me provoca nauseas

-Dime lo que te molesta, lo que piensas ¿estás arrepentida? ¿Es eso?

-Sigo enamorada de ti Nicholas, pero creo que deberíamos mantener la distancia

Con dolor pero sobre todo angustia porque sabía lo que pensaría Nicholas, en cuanto oyera esas palabras que debió decir durante el viaje juntos para aclarar toda la situación en la que se encontraban atrapados. Pero en vez de eso se dejó seducir por sus sentimientos y pretendieron que nada ocurría.

-¡NO ESTÁS HABLANDO EN SERIO!

En un paso demasiado largo llegó hasta ella y la tomó de los hombros sujetándola en su lugar, sus ojos ahora eran suplicantes no quería perderla

-Sí, claro que hablo en serio ¿no lo ves? ¿No te das cuenta?

-Bebé, no, no digas eso todo va a mejorar, vamos a estar bien, no voy a permitir que nadie hable mal de ti

-Para Nic, no se puede -con suavidad se quitó las manos de Nicholas, de los hombros

Y eso bastó. Ya estaba alterado. Tenía esa mirada llameante instalada en el rostro, su respiración se había acelerado. Y el paseíto comenzó. De un lado a otro recorrió el despacho intentando decir algo para hacerla recapacitar, para que se diera cuenta que era una pésima idea…, pero no lo conseguía

-A esto me refería con no convertirme en tu amante, a una “doble vida” con esposa y novia...

-¿Qué quieres que haga? ¿Qué deje de sentirme como me siento por ti? ¿Qué deje de extrañarte y necesitarte? ¡Tú estuviste muy de acuerdo y a gusto con esto! ¡NO PUEDES RETRACTARTE!

-Estoy tras esa puerta -señala la entrada al despacho-. A una llamada o unos cuantos pasos Nic, no te estoy abandonando solo creo que es mejor que mantengamos la distancia mientras los rumores se calman o hasta que veamos cómo arreglarlo

-¿Esa es tu solución? –tenía que estar de broma

-Creo que debemos esperar –suelta el aire con resignación

-¿ESPERAR, QUÉ? ¿Juegas conmigo? ¿Es tu “venganza” por casarme con la bruja esa?

-¿Qué? ¡No, por supuesto que no! Nic, yo jamás haría algo para hacerte daño…, al menos no a propósito…, no soy perfecta

-¡Entonces explícame! Porque lo que dices no tiene sentido –la fulminó con la mirada rojo de impotencia, quería gritar y ser un idiota, pero se estaba conteniendo por ella…

-Nic, yo… -le sostuvo la mirada angustiada-. Creo que esta es la consecuencia de nuestras decisiones…, yo decidí no casarme y tú decidiste casarte…

-¿Vas a dejarme? Acabamos de..., ¿lo qué pasó no fue importante para ti como lo fue para mí? Dani, yo..., por favor..., no me hagas esto –pidió prácticamente tirándose de las mechas

Y al ver que Danielle, no respondió de inmediato como le hubiera gustado que lo hiciera sus sentidos se nublaron pensando lo peor. Apartó la vista de esos grandes ojos azules de cachorro abandonado y caminó hasta el sofá dejándose caer con brusquedad se sentía alterado y violento…, necesitaba descargarse. Y lo hizo arremetiendo con su puño contra la mesita de cristal frente al sofá, atravesándola hasta estrellar su mano con el piso destrozándola en pedazos. El grito de Danielle, al ver y escuchar el estruendoso golpe no se hizo esperar, pero no fue sino hasta que vio salir tanta sangre que casi se desmaya de la impresión

-¡¡Nicholas!!

Un segundo después estaba a su lado con náuseas y muy histérica. Corrió al baño por una toalla y agua. Regresó con Nicholas, y no le gustó para nada el modo en que lo vio, seguía en la misma posición pero su mirada estaba ida, sin brillo, sin vida, sin…, nada. Tragándose las ganas de llorar dejó las cosas que había ido a buscar en el sofá y trató de levantarle el puño del piso tirando del brazo hacia arriba, pero aún estaba aplicando fuerza y sus músculos permanecían tensos y rígidos

-Nic, por favor déjame ayudarte

Las lágrimas cayeron por sus ojos descontroladas. Con cuidado se agachó frente a él, buscando su mirada y con ojos suplicantes volvió a pedirle que le permitiera ayudarlo. Nicholas, ni siquiera pestañeó. Desesperada posó sus manos en el pecho de Nic, y lo empujó con cuidado, se lo permitió. Aflojó la fuerza de su brazo y acabó recostado en el respaldo del sofá

-¡Ay Nic! No, es…, es mucha sangre

Temblando intentó quitarle la mayoría de los cristales incrustados que consiguió ver para tratar de parar el sangrado, tenía un corte en el costado de la muñeca profundo y Danielle, comenzaba a perder la poca calma que tenía y a sollozar cada vez que quitaba un nuevo trozo de cristal, no podía creer que no hiciera una sola mueca de dolor, si se tratara de ella ya estaría desmayada. Agarró la botella de agua y la soltó sobre la mano intentando limpiarla para envolverlo con la toalla y hacer presión.

-Nic, por favor dime algo ¿qué tienes? ¿Qué te pasa? –intentó hablarle o su ataque de histeria no se detendría

-Voy a llamar a Jim, no paras de sangrar –esperó su aprobación pero seguía en esta especie de trance sin dejar de mirar la sangre que goteaba al piso

-Por favor..., Nic

-Voy a… ¡maldición! Voy a salir unos segundos, no voy a tardar solo iré por mi celular para llamar a Jim ¿está bien si lo hago?

Nada. No respondió ni reaccionó. Tomando aire con fuerza Danielle, acomodó la toalla y corrió por su celular fuera del despacho. Fue un alivio que todos se fueran temprano a casa porque no se sentía capaz de dar explicaciones a nadie. Tomó su celular del escritorio y corrió de regreso. Con la respiración acelerada se quitó la chaqueta lanzándola al piso. Le cambió la toalla empapada. ¿Cómo era posible que no sintiera dolor? Asustada le marcó a Jim.

Le saltó el buzón. De seguro estará con algún paciente. Pero esto era importante, le escribió que contestara y volvió a llamar dos veces más hasta que respondió.

-Dani, hola ¿qué ocurre?

-Algo le pasa a Nicholas –chilló sin poder controlarse

-Calma, oye, calma Dani, háblame

-Él, él…, golpeó algo y, y no para de sangrar ¡es mucha sangre Jim!

-¡Carajo! Dime lo que hace ¿te dijo algo? ¿Le duele?

-No, es un zombie, solo mira la sangre y ni siquiera hizo una maldita mueca de dolor cuando le saqué unos cristales incrustados en su mano ¡no puedo hacer que pare de sangrar! –asustada no lo perdió de vista

-Dani, mantén la calma, haz presión en la herida yo voy para allá ahora mismo

-Voy a…, sí, yo… ¿Qué tiene Jim? –estaba afligida

-Es complicado, nada malo solo un…, tuvo un “incidente” cuando niño y…, no te hará daño

-¿¡Un qué!? Dime que le pasa…, por favor

-Tengo que cortar, te llamo desde el auto tú sigue hablándole, hazle saber que estás con él

-Estoy asustada, no se encuentra bien

-Lo sé, todo va a estar bien, te llamo en unos minutos

Dejó el celular de lado y con una mano hizo presión en las heridas mientras que con la otra le acarició la mejilla a Nicholas, intentando calmarse…, entonces ese contacto de sus dedos contra la piel áspera por no afeitarse, lo hizo pestañear. Continuó con sus caricias suaves y hablándole sobre lo que sucedió, le dijo que había roto una mesa y que Jim, llegaría para atenderlo.

Pero entonces Nic, extendió su otra mano y la empujó hasta su cuerpo. La abrazó con fuerza escondiendo su rostro en el abdomen de Danielle. Estaba temblando.

-Oh Nic…

Suspiró acogiéndolo. Con suaves caricias intentó calmarlo por largos minutos pero no dejaba de temblar y Danielle, solo deseaba confortarlo y que volviera en sí

-Nic, Nic..., mírame, mírame...

Le rogó intentando apartarse un poco para verlo a los ojos. Nicholas, no quería dejar de abrazarla.

-Nicholas, mírame por favor, necesito verte para saber que estás bien…

Lentamente desenterró su rostro y levantó la mirada hacia Danielle, que con las mejillas empapadas de lágrimas y manchadas con su delineador negro aguardaba por una señal, algo que le dijera que se encuentra bien…, pero no fue capaz de decir una sola palabra, solo la contempló

-Estoy aquí..., no voy a ir a ninguna parte, quiero estar justo aquí..., contigo

-Lo que quise decir es que no puedo fingir que está todo bien, estamos juntos pero necesitamos calmarnos, no nos conocemos y me gustaría que supieras todo de mí, seamos amigos…

Intentó explicarlo para que no sonara a que lo iba a abandonar cuando eso era lo último que deseaba hacer. Solo intentaba protegerse, protegerlos de lo que implicaba estar casado.

Y entonces con voz débil y asustada Nic, reaccionó

-No quiero volver a arruinarlo…

-Nic… -suspiró aliviada

-Quiero esto…, lo quiero de un modo que no consigo explicarme

-Tranquilo..., no me gusta verte angustiado, no si puedo evitarlo ¿puedo? ¿Puedo hacer algo por ti?

-Sí...

-¿Qué es?

-Dime que me amas

Una sonrisa de alivio se dibujó en los labios de Danielle, ante la petición de Nicholas, estaba asustado. Y era adorable

-Te amo Nic

-¿Cuánto?

-Yo…, no sé cómo explicarlo. Alegras mis días aunque no eres fácil…, te adoro con todo y tus complicaciones

-¿Y lo del…, matrimonio?

-Ya te dije que es mi consecuencia, la acepto y eso significa que debemos comportarnos, no podemos pretender que…, aun no podemos estar del todo juntos

-¿Me vas a esperar? ¿Eso es lo que estás diciendo?

-Sí…, no puedo ser tu amante…

-Lo sé, lo sé, lo sé, perdóname –la apretó con su brazo izquierdo

-Hemos estado cometiendo errores desde que nos conocimos

Ambos estuvieron de acuerdo con eso. Se besaron por unos segundos hasta que el celular de Danielle, comenzó a sonar en el sofá junto a Nicholas, y entonces recordó lo que acababa de ocurrir.

Se lanzó al celular le respondió a Jim, y volvió a atender la mano de Nicholas, sin dejar de mirar su rostro en busca de una mueca de dolor, pero nada, sus ojos oscuros la observaban a ella y el modo en que lo cuidaba…

-¿Por qué no te duele? –preguntó sentándose a su lado

-Si me duele…

-Pero…, no entiendo

-Cuando era niño yo viví un incidente que los psicólogos llaman “traumático” y cuando veo tanta sangre… -se detuvo a media frase-. Mi umbral del dolor es bastante alto –intentó explicar sin dar tanto detalle

-¿Por eso no te quejaste nunca de los golpes por la pelea con Cameron?

-Si

Quería preguntar más, el motivo, pero no deseaba llevarlo a ese lugar oscuro del que al parecer lo cambió.

-¿Segura que no te arrepientes de lo nuestro?

-Por supuesto que no… ¿tú lo estas luego de…, esto? –se refiere a su mano lastimada

-No

-Me asustaste, yo…

-Solo quiero solucionar todo para estar contigo

Satisfecha con eso Danielle, le rodeó la cintura acurrucándose contra su hombro con cuidado de no dejar de hacer presión en la herida

-Consigue todo lo que necesitas para el proyecto, soluciona la situación interna de la compañía esos “vejetes” como tú los llamas deben ser tu apoyo no tus enemigos

-Necesito que me ayudes a controlarme porque no los tolero con su discurso de “sabiduría” no aceptan que pueda estar haciéndolo bien…, nunca me han aceptado…

Unos minutos después Jim, llegó al despacho y su reacción al ver la sangre en el piso explicó la desesperación de Danielle, al teléfono

-Jim –saludó Danielle, al verlo allí de pie sin decir nada

-Chicos… ¿están bien? –preguntó acercándose

-Creo que voy a necesitar unas cuantas puntadas

Comentó Nicholas, desanimado, seguía afectado por el recuerdo del que se negaba a hablar con Danielle, no quería que cargara con ese episodio de su infancia que tanto lo perturbó.

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