Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 52

Miércoles 10 de Febrero

Un mes después

-Necesito ver a Nicholas ¿está en el despacho?

La voz del extraño que pedía ver a Nicholas, interrumpió la lectura de Danielle. Revisaba y tomaba notas de unos documentos antes de llevárselos a su jefe

-Buenas tardes señor –saludó levantando la vista

-Discúlpame, olvidé mis modales. Hola encanto ¿puedo pasar? –señaló la puerta del despacho

-El señor Allen, no está recibiendo a nadie hoy está muy ocupado con un proyecto

-Es importante, por favor

Y como si lo supiera Nicholas, llamó a la línea privada justo en ese momento

-Un segundo por favor

Intimidada con la mirada del recién llegado que no dejaba de observar todos sus movimientos Danielle, tomó el auricular y antes de poder decir algo Nicholas, se le adelantó

-Danielle -suspiró-. Ven ahora mismo, necesito follarte –demandó Nicholas

-Señor Allen, sé que se encuentra ocupado pero tengo aquí al señor...

-Vincent Radenm

-Al señor Vincent Radenm, y necesita verlo

-Que se vaya a la mierda, ven ahora

Silenciando la línea con la mano Danielle, se dirigió al hombre que buscaba a Nicholas

-Lo lamento pero el señor Allen, no puede recibirlo. Si gusta puedo incluirlo en la agenda de mañana

-Dani, soy amigo de ese idiota, insístele

-¿Dani? ¿Cómo sabe mi nombre?

Extrañada miró fijamente al extraño y no, no lo conocía ni mucho menos lo había visto antes, tenía memoria fotográfica y su rostro no le sonaba para nada

-Eres de lo único ​que habla Nico, lo traes loco –apunta el auricular con la mirada

-Yo…, no sé de qué habla –sorprendida por lo que escuchaba decidió fingir que no estaba enterada.

-Recuerdo que te vi en un club con tus amigas y a Nico, se le cayó literalmente la mandíbula cuando te vio

-Oh... -ruborizada no supo que responder, recordaba perfectamente ese día

-Corazón, sé que el monstruo ese ya te dijo que probablemente me mandes a la mierda pero es importante que lo vea ¿puedes entrar en ese despacho y convencerlo que me deje hablar con él?

Suspiró con fuerza, había evitado entrar toda la mañana pero el desconocido parecía sincero.

-De acuerdo –colgó el auricular y suspiró

-Gracias Dani, de verdad que es importante, de lo contrario habría llamado.

-Haré lo que pueda.

Levantándose de su escritorio se dirigió al despacho de Nicholas, pero nada más entrar y cerrar la puerta se lo encontró muy cerca, la agarró con tanto ímpetu que soltó un pequeño gritito de la impresión.

-¿A qué juegas? Me dejaste pegado al teléfono –reclamó con la boca pegada al oído de Danielle, provocándole escalofríos

-Lo..lo siento señor Allen –tartamudeó asustada por que alguien afuera hubiese escuchado su grito

-Vamos, no perdamos más el tiempo, quítate la falda y las medias, no quiero dañarlas, se te ven dolorosamente bien –exigió aflojado su agarre pero sin llegar a soltarla. Sus manos acariciaban con descaro su redondo trasero.

-No voy a hacer tal cosa Nic… –declaró alejándose de sus brazos.

-No me vas a dejar así, vamos estoy desesperado porque me dejes tocarte

-No

-Ha pasado un mes, me torturas con tu ternura, en cambio yo lanzo fuego

-Solo he venido porque hay una persona allá afuera que dice tener algo importante que hablar contigo

Y con una perversa mirada Nicholas, volvió a invadir su espacio personal y descaradamente metió una de sus manos bajo la falda de Danielle, mientras que con la otra la agarraba bien firme del trasero para poder llegar justo a donde quería llegar, ejerciendo presión justo entre sus muslos, tentando a su clítoris

-Ya basta ¡quítala! -roja como un tomate intentó apartarlo, con alguien esperando afuera se sentía expuesta

-No quiero ¿Cuánto más me vas a hacer esperar? Sabes que podría doblarte sobre mi escritorio y volverte loca de placer y TODO el edificio se enteraría

-¿Serías capaz de obligarme? –lo fulminó con la mirada

-No, no te obligaría, también me deseas solo tienes demasiada fuerza de voluntad –gruñe mientras la acaricia con extrema lentitud y suavidad

-Quita la mano Nic

-Dame una buena razón para detenerme

-Ya lo sabes..., no quiero ser tu amante… -se detiene aguantando la respiración para reprimir un gemido-. Si me acuesto contigo eso es lo que seré

-Pero no es verdad, sabes que mi matrimonio no es real, es solo un documento

-Sí, lo sé…, un documento cien por ciento real

-Dani –gimoteó

-La respuesta es no

Presionándose contra su cintura le hizo saber cuánto la necesitaba. Tenía una dura y crecida erección.

-Te comportas como un adolescente caliente las 24 horas del día y los 7 días de la semana -protestó a punto de ceder, tampoco era de hielo

-Me vuelves loco –gimió frotándose en busca de consuelo

-Te estás pasando de la raya, afuera está este amigo tuyo que dice que le hablas de mí, no quiero darle motivos para que piense COSAS QUE NO SON

-Pero si son -ríe divertido

-No te burles -hizo un puchero-. Además no tendría que saber nada de nosotros

-Ese maldito puchero me descoloca, juegas sucio

-Lo dice el adolescente de 33 años con la mano debajo de mi falda

Derrotado quitó su mano de entre los muslos de Danielle, pero en vez de dejarla en paz le tomó el rostro y la besó apasionadamente, arrasando y manchando el rostro de ambos con ese labial rojo diva que tan endemoniadamente bien le quedaba.

-¡Ouch! –soltó empujándolo lejos de ella.

-No me pude resistir –sonrió victorioso

-Me mordiste –se queja tocando su labio inferior con una mueca de dolor.

-Estoy hambriento

-Qué insoportable te pones cuando algo se te mete en la cabeza

-Dulzura, yo soy quien te quiere meter la cabeza entre las piernas

-Oh no ¡Tú no dijiste eso! –chillo ruborizada y con los azules bien abiertos.

-Vamos a un hotel esta noche, al mejor. Quiero estar contigo

-No, niño rico

-No soy un niño, sé lo que quiero y como lo quiero

-Bien por ti. Voy a usar tu baño –anuncia dirigiéndose al fondo del despacho, necesita arreglar su maquillaje antes de salir y acomodar su ropa interior.

-No discutamos, siempre terminas ganando –gimotea en tono infantil siguiéndola al baño

-No me gusta este jueguito -se gira para mirarlo-. Para con las insinuaciones, tienes que aprender a aceptar un no Nicholas, ni siquiera lo intentas yo estoy esperando pacientemente a que tu abogado ese te dé una fecha, tampoco es fácil para mí..., sobre todo si te la pasas diciéndome lo que te gustaría hacerme

-De acuerdo, tienes razón

-Consecuencias

-Sí, y cuando todo esto acabe te voy a volver loca de tantas consecuencias acumuladas

-¡Nicholas!

Riendo a carcajadas la abrazó con cariño, le encantaba cuando se ruborizaba al escuchar algún sucio deseo

-Voy a comportarme, aunque muera por tenerte

-Gracias

Suspirando dramáticamente Nicholas, se apartó y fue hasta su escritorio y de un cajón tomó un labial exactamente igual al que llevaba Danielle, regresó al baño y como si fuera lo más normal la agarró de las caderas, la giró y prácticamente sin ningún esfuerzo la alzó sentándola junto al lavabo, buscó unas toallitas húmedas en uno de los cajones y colándose entre sus piernas comenzó a quitarle el labial corrido

-Deja que yo lo haga –le susurró al ver que estaba a punto de protestar

-Pero…--

-Tú me has atendido maravillosamente bien las heridas de la mano, yo quiero hacer lo mismo

Derretida con lo tierno que se veía limpiándole meticulosamente el rostro lo dejó, su delicado tacto le causó deliciosos escalofríos. Esta nueva faceta del endemoniado tan atento y delicado la tenía sorprendida. Fue detallista, no dejó una sola mancha y también le quitó lo que le quedaba en los labios.

-Ahora estas limpia

-Espero que tu amigo no piense mal cuando me vea salir sin labial

-No va a pensar nada.

Agarrándola por las caderas la besó acomodándose, se apretó pegado a ella

-¿Qué haces? –preguntó con la intención de bajarse

-No te muevas –le pidió mientras sacaba un labial nuevo de su bolsillo, con todo y su cajita

-¿Por qué tienes un labial? –gruñó pensando que tal vez sería de Vanessa

-Lo compré pensando en este momento mal pensada

-¿Qué? ¿Tú compraste un labial? –chilló conteniendo la risa al imaginarlo.

-Sí, para que veas que llevo fantaseando bastante contigo

-Vaya, quien lo diría…, el señor Allen, tiene tiempo para fantasear –sonríe burlona

-No te muevas si no quiere acabar como el guasón

-¿Vas a maquillarme?

-Sí… -contesto con la mirada fija en sus labios…

-¿Por qué?

-Llevo mucho queriendo hacerlo y ya no hables, necesito concentrarme

-Sí señor -y hablaba en serio

-Y no me llames señor.

Con una sonrisota en el rostro Danielle, corrió la mano con que Nicholas, sostenía el labial y depositó un suave beso en sus labios enrojecidos por su ataque anterior, antes de seguir sus órdenes y permanecer quieta y en silencio mientras él le pintaba los labios.

-Creo que quedó bastante bien

-¿Orgulloso?

-Si

La besó con cuidado de no arruinar su obra de arte y luego la ayudó a bajar, observó cómo se arreglaba la ropa y decidió salir del baño antes que se descontrolara

-Haré pasar a tu amigo –le informó caminando detrás de él

-Si no queda de otra

-Pero antes hay que limpiarte ese labial

Riendo regresa al baño por una toallita húmeda y ahora ella lo limpió, lo empujó hasta su lujosa silla de escritorio y con suavidad le quitó las manchas rojas

-Cómo nuevo

-Hablaba en serio cuando te pedí que vayamos a un hotel

-Nicholas..., si me respetas no vuelvas a invitarme a un hotel para tener sexo porque por muchas estrellas que tenga el fin es el mismo

Tenía razón, captó el mensaje y decidió no decir nada a las amantes se las llevaba a hoteles para tener sexo

-Haré entrar a tu amigo

-Gracias...

Pensativo se puso de pie y la observó salir, un minuto después Vincent, apareció con una gran sonrisa en el rostro mientras señalaba hacia atrás con el pulgar sobre su hombro

-Nico, esa chica sí es tu tipo

-Cierra la boca Vincent, no estoy de humor

-Abuelo, tú naciste sin sentido del humor..., aunque tienes buen gusto para las mujeres

-No la mires así depravado o tu novia se podría enterar de tus aventuritas

-Amargado, no soy infiel, solo disfruto del deleite que una chica atractiva puede proporcionarme, además solo soy un caballero

-Como te dijo Danielle, estoy muy ocupado así que dime de una vez a lo que has venido –le advirtió volviendo a su silla

-La rubia es un cubo de hielo, jamás creí que hubiera otro como tú

-Ya largare payaso

-¿Sigues sin hablar con tu mamá y Kris?

-Si

-Me envió Jim –comentó cambiando su tono

-No comiences a divagar y dime a qué has venido, estoy muy ocupado

-Tú papá tuvo un accidente está internado en cuidados intensivos

-¿¡QUÉ!? –tenía que ser una mala broma

-Anoche hubo un derrumbe o accidente en una obra o algo así le dijo Vanessa a Jim, y él, me pidió que viniera por ti

-Eres un imbécil ¡debiste decirlo apenas cruzaste la puerta!

Con la respiración acelerada tomó su chaqueta y se la acomodó de camino a la puerta, no le importaba si Vincent, lo seguía o no Elías, era uno de los arquitectos que trabajaban sin descanso en el proyecto de Kobayashi

Con urgencia cruzó el pasillo pasando de largo por el escritorio de la secretaria hasta que recordó que Danielle, estaba instalada allí. Retrocedió unos pasos y se asomó, le tocó la mano y le habló

-Tengo que irme, no estaré disponible el resto del día

-De acuerdo...

Confundida los observó marcharse a toda prisa. Vincent, intentaba explicarle algo a Nicholas, pero este no reaccionaba, tenía su inexpresiva actitud instalada en el rostro con la que dejaba claro que no escucharía a nadie.

Nicholas, no regresó al día siguiente. Su celular estaba apagado y eso no era bueno. Takeshi Kobayashi, se había presentó en la oficina junto a su asistente y exigía ver a Nicholas. Estaba alterado y demandaba cosas en japonés que su asistente intentaba traducir y explicar, pero Danielle, supo cómo calmarlo y le ofreció organizar una reunión lo antes posible y una visita a la obra, le comentó algunos detalles como lo duro que están trabajando los 3 arquitectos a cargo del proyecto y eso le encantó al Japonés gritón. Se dio por satisfecho y su asistente le brindó toda la información necesaria a Danielle, para poder concertar la reunión.

Danielle, no pudo evitar preocuparse Nicholas, no era de las personas que simplemente apagaba su celular para desconectarse, así que le escribió un mail informándole de la situación, esperó un rato a que llegara una respuesta, pero nada. Dejó el edificio y pasó por a comprar algo para cenar mientras intentaba nuevamente contactar a Nicholas, pero seguía saltando al buzón de voz. Su celular seguía a pagado y ya comenzaba a desesperar. Le dejó un mensaje esperando que en cuanto lo escuchara la llamara de vuelta

Hola Nic, soy yo otra vez -suspira-. No sé qué es lo que está pasando y tiene que ser grave para que hayas desaparecido y…, por favor dime su me necesitas, llama a la hora que sea pero da señales de vida -pidió angustiada-. He conocido al señor Kobayashi, se presentó en la oficina y lo convencí que pronto te reunirías con él para hablar del proyecto…, por favor llámame.

Esperó el resto de la tarde por la llamada pero no ocurrió. Preocupada se fue a la cama e intentó dormirse pero solo se daba vueltas intentando conciliar el sueño, quería llamar a su casa pero no era correcto, menos con Frida, metida allí. Pasadas las 11 de la noche su celular sonó sobre la mesita de noche y como un resorte Danielle, se sentó en la cama y contestó, ni siquiera se molestó en ver de quien se trataba sabía quién era, o al menos esperaba que fuera él

-¿Nicholas?

-Dani –soltó tremendamente afectado.

Su voz, era más ronca de lo normal y sonaba afectada. Danielle, inmediatamente se puso alerta al sentir su dolor. Saltó de la cama y corrió a encender la luz de la habitación.

-Nic, hola ¿qué pasa? ¿Te encuentras bien? Dime lo que puedo hacer y lo hago

-Te necesito…, ven por favor –pidió con un nudo en la garganta

-¿Qué tienes? ¿Te ocurrió algo?

-Ven

-¿Dónde estás? –caminó hacia el armario para buscar algo qué ponerse

-En un hotel, no quiero ver a nadie yo… -hizo una pausa para tomar aire-. No pienses mal yo solo…, no quiero ir a casa y…

-Cariño, solo dime el hotel y yo te encuentro

-Marriott…, está cerca de la clínica –su voz era apenas un murmullo apagada y débil

-¿Puedes enviarme tu ubicación? Voy a usar el lindo celular que me diste

-¿Vas a venir? –la sorpresa y fragilidad de su voz hizo que a Danielle, se le erizara la piel

-Por supuesto, pero tengo que cortar

-De acuerdo…

Histérica lanzó su pijama por los aires y se calzó un jeans azul y una camiseta de “Bon Jovi”, un par de zapatillas y el abrigo. Con manos temblorosas buscó el tecnológico IPhone que Nicholas, le había regresado y tomando su bolso corrió fuera de la casa, bajando de dos en dos los escalones llegó a la calle y se subió al primer taxi que se le cruzó fastidió al chofer durante todo el trayecto para que se diera prisa, se sentía sofocada de preocupación, nunca lo había escuchado tan vulnerable y lo único que ansiaba era llegar con él, para consolarlo, para intentar reconfortarlo

Al llegar a la elegante recepción no perdió el tiempo y pidió el número de habitación de Nicholas, por supuesto que no le dieron ese tipo de información, era el protocolo, pero cuando se negaron a comunicarla con él, la desesperación incrementó, eso y el hecho que no le permitieran acercarse al lobby, la miraban de pies a cabeza reprobando su atuendo. Así que no le quedó más remedio que llamar a Nicholas. Le respondió al primer tono

-Dani –suspiró

-Nic, ya estoy aquí, pero no me dejan subir

-Voy por ti yo…, voy

-Gracias

Tres minutos después Nicholas, apareció por los ascensores, completamente derrotado, la camisa arrugada y desordenada, sin la chaqueta del traje y los zapatos sin anudar…, era la misma ropa con que dejó el despacho el miércoles. Desesperada Danielle, corrió hacia él, rodeándole la cintura en un fuerte abrazo y solo eso bastó para saber que estaba sufriendo su cuerpo temblaba y nunca lo había sentido tan vulnerable y eso la hizo querer llorar. Pero se contuvo, le tocaba ser fuerte, la necesitaba. Así que lentamente se apartó y rodeándole la cintura con un brazo lo guio hasta el ascensor, el silencio reinaba pero la respiración de Nic, se escuchaba muy claro. Una vez en la lúgubre suite Danielle, intentó apartarse para encender la luz pero en un rápido movimiento Nicholas la apretó contra su pecho y enterrando el rostro en el hueco de su cuello se echó a llorar tan desconsoladamente que no era capaz de formar ni una sola palabra. Conmovida con el niño pequeño que sufría Danielle, repartió suaves caricias prometiéndole que todo estaría bien, que le ayudaría con lo que sea

Pasaron 10 minutos en silencio en los que Danielle, se mentalizó para no sonar débil y le aseguró con toda la convicción de la que era capaz

-Estoy aquí Nic, calma puedes pedirme lo que quieras…, lo que necesites no pienso moverme de tu lado, me toca cuidar de ti y estoy más que gustosa de hacerlo mi niño rico adorado

Nic, solo reaccionó con un jadeo tan triste que Danielle, lo abrazó con más fuerza intentando protegerlo de su dolor

Una hora más tarde se encontraban sentados al borde de la cama Nicholas, estaba aferrado a ella con tanta fuerza que Danielle, tuvo que arrodillarse a su lado para estar a su altura y para que pudiese apoyar la cabeza en su pecho mientras le acariciaba la nuca con suaves y lentos movimientos, necesitaba controlar su angustia y recolectar valor para hablar con ella

-No puedo dejar de llorar, simplemente las lágrimas caen por mis ojos…, lamento que me tengas que ver así Dani… -se disculpó con la voz quebrada

-No seas bobo, no te disculpes, no es necesario

-Es que... -intentó explicarse pero un nudo en la garganta se lo impidió

-Tranquilo, no voy a dejarte solo puedes llorar todo lo que quieras y no te atrevas a sentirte avergonzado

Lo abrazó con cariño por el cuello, subió sus manos por la espalda y se pegó aún más a él. Nicholas, nunca se había sentido tan impotente y triste tanto que no dejaba de sollozar

-Mi papá tuvo un accidente…

-¿QUÉ? ¿Cómo pasó? -aflojó un poco su abrazo para poder mirarlo a la cara

-Un maldito derrumbe en la obra

-Oh no... Nic ¿cómo está?

-Mal Dani..., mal, él..., él...

Los hombros le temblaban, no se sentía capaz de decirlo en voz alta, el accidente había sido muy grave y varios trabajadores pararon en el hospital pero Elías, es el más crítico

-Tranquilo Nic, tu padre es fuerte

-Está con riesgo vital, está en coma Dani, y…, mi mamá y mi hermana me culpan no me quieren cerca…, Kris, ella me empujo fuera y dijo cosas que me dolieron

-Oh Nic…

-No sé qué mierda me pasa, estoy hecho una magdalena, un marica, no paro de llorar ¡no puedo!

-Nic... -le tomó el rostro con cariño entre las manos-. Está bien tener miedo, es tu papá, no te escondas..., estoy aquí para ti

Con brusquedad Nicholas, agarró a Danielle, y la sentó en sus piernas la besó en el cuello ocultándose allí por otro largo rato antes de besarla en los labios con fuerza y desesperación…, hasta que se detuvo de golpe y la miró a los ojos

-Él lo sabe…, sabe que te amo

-Oh… -contuvo el aliento, seguía provocándole mariposas escucharlo decir esa palabra

-Sabe de la mierda que hice para conseguir este maldito proyecto, se encontraba corrigiendo unas fallas cuando, cuando…

-No es necesario tanto detalle, continúa, dime todo lo que necesitas decir

-Sabe que te quiero a ti y que Frida, es solo una pantalla para obtener el poder de la mesa directiva

-Pero… ¿cómo se enteró?

-Bueno nos descubrió besándonos una vez y le pareció extraño que no toque a mi esposa…, siempre he sido frío, no ando con mujeres colgando de mi brazo, soy discreto… -continuó sin darse cuenta de lo que realmente significaba esa pregunta

-Es tu papá, te conoce –le acarició la mejilla con cariño

-Lo sé..., dijo que…, da igual –sacude la cabeza espantando el recuerdo-. Estamos peleados, le saqué en cara no haber peleado por la empresa, era su derecho, el abuelo debió dejársela a su hijo no a su nieto. Y fui un puto imbécil, le prohibí opinar de mi vida privada y..., ya sabes como soy cuando algo no me gusta

-Insoportable

-Exacto, pero él, a pesar de mi enfado y del suyo por..., todo, continuó ayudándome con el proyecto, tomó una parte y se unió, me ayuda para que Hoggard, no me fastidie sacándome en cara que no soy arquitecto...

-¿Hace cuánto estas peleado con tu familia? –pregunta preocupada

-El término que usó mi mamá fue “ofendidos” porque no los invité al momento más importante de mi vida

-Pero…, yo creí que…, les presentaste a Frida y tú hermana fue a la oficina buscarla...

-Fingí que era una relación real, no es muy difícil, no soy expresivo o muy efusivo pero tampoco pretendía armar una gran boda para mantener a todos contentos

-No es bueno pelear con tu familia ¿hace cuánto que ocurrió?

-Hace dos meses, creo..., mi mamá odia la idea que me relacione con “la secretaria”, le repele que no sea alguien de mi círculo social..., o Vanessa

-¿Qué tan grave es su enojo? –ignoró la mención de esa mujer

-No me permitieron estar en la clínica..., mi mamá me ignoró completamente y Kris..., dice que soy responsable y que si papá muere... -un sollozo lo puso a temblar-. Yo..., me olvidara de ellas

-No, eso no puede ser verdad, lo dicen porque están sufriendo y necesitan culpar a alguien pero tú no eres responsable de nada, de nada Nic, tu papá es arquitecto, conoce los riesgos de entrar a una obra

-No me dejes solo –se aferró a ella claramente asustado de perder no solo a su papá, sino a toda su familia

-Claro que no y mañana mismo voy a llamar al jefe de obra y exigir un análisis de riesgo ¡se pasaron por el culo la seguridad!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Porque Yo lo digo (COMPLETO)