Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 53

TRES DÍAS

Solo 3 días tuvo Danielle, para organizar la más refinada y ostentosa fiesta en la hermosa casa de Nicholas. Luego que le encomendara esta tarea y depositara toda su confianza en ella, colapsó por unos minutos, lo llamó loco, también le dijo que no estaba capacitada para la tarea y finalmente lo aceptó. Nicholas , disfrutó del espectáculo y esperó pacientemente a que se centrara. Cambió su histeria por eficiencia en un abrir y cerrar de ojos y comenzó con un extenso interrogatorio. ¿Cena, coctel, buffete? ¿Ballet, empleados extra, chef o compañía de catering, gala, semi formal, informal, temática…? y las preguntas continuaron.

Pero Nicholas, no dejó de sonreír en ningún minuto, respondió a todo con suma calma y al acabar el cuestionario le sugirió que hablara con Patricia, ella podía hablarle de algunas de las fiestas que ha realizado en la casa, la besó y le extendió su IPad para que tomara notas y comenzara a planear

-¿Qué vas a hacer tú?

-Voy a visitar al japonés..., a explicarle mi ausencia

-Lo sabe, envió flores sin tarjeta -susurró no muy segura de haber hecho lo correcto al contarle

-Gracias -suspiró aliviado, era un tema delicado y no quería mostrar debilidad frente a un cliente tan complicado como Kobayashi

-¿Necesitas algo más antes que vaya con Patricia?

-Otro beso

-Solo uno, recuerda que vamos a esperar, en eso quedamos

-Lo sé cariño y ya me estoy muriendo de ganas de no soltarte será una tortura

-¿El abogado no te ha dicho nada?

Con una mirada cautelosa se acercó y con total naturalidad posó sus manos una a cada lado de la cintura de Danielle, y las deslizó hasta su trasero y allí se agarró pegándola a su cuerpo

-Solo me ha transmitido sus conocimientos del tema, según lo que sabe pueden ser mínimo 6 meses o un año, al menos la cláusula del testamento dice regalo de bodas..., cuando lo reciba podré ver la letra chica o requisitos

-Suena a mucho tiempo

-No te rindas, por favor Dani, no puedo hacer esto sin ti

-Si puedes, eres un hombre tenaz y decidido, una chica no va a decirte qué hacer o como hacer tu trabajo

-Tal vez antes era así

-No te entiendo ¿qué quieres decir con antes?

-He cambiado, mi vida gira en torno a dos cosas y tú eres una de ellas, la otra es acabar de una puta vez con el proyecto de mierda

Dejando escapar un pequeño suspiro cargado de ilusión Danielle, lo miró con ojos brillantes y en forma de corazón, emocionada por lo que acababa de admitir. Con una media sonrisa lo besó por unos instantes y luego se marchó, le urgía comenzar de una buena vez a planificar algo tan importante como la fiesta para Kobayashi.

Contrató a una planeadora de eventos, la más cara y solicitada, ya que no había límites en el presupuesto y tan poco tiempo, decidió que alguien con un equipo y todo a la mano era la mejor opción, pero claro que quería estar al tanto de cada decisión que tomara, quería todo perfecto.

El primer día se despertó a las 5 de la madrugada tras soñar con el listado de cosas por hacer, se duchó y envuelta en una bata y con una toalla en su cabeza agarro el IPad, de Nicholas, que accidental se había llevado y comenzó a tomar notas. Bebió una taza de té antes de comenzar a prepararse para ir a la oficina, debía enviar las invitaciones lo antes posible

La oficina desierta resulta ser bastaba agradable, pudo avanzar mucho en sus tareas, envió todas las invitaciones y creó una planilla con todo lo que necesitaba para la fiesta. Como aun no llegaba nadie Danielle, aprovechó su tiempo al máximo antes que la agencia se pusiera en contacto y comenzara a planificar todo. Fue a revisar el escritorio de la secretaria donde llegaban todos los documentos y trabajo para Nicholas.

-Vaya hasta que la princesita se digna a aparecer ¿recordaste que de vez en cuando es bueno trabajar y ganarse el dinero?

-Disculpe señor Hoggard, pero no es a usted a quien le rindo cuentas ni para quien trabajo –lo enfrentó sin tiempo para perderlo con él

-No te pongas atrevida conmigo, yo no tolero las faltas de respeto –advirtió amenazante

-La señorita García, está al tanto de mis actividades y también el jefe de personal

-Quiero una taza de café

-La sala de descanso está habilitada

-Prepáramela

-Pídaselo a su asistente, si es que aún tiene -se mordió la lengua para no insultarlo a él, y su sucia mirada sobre ella

-Mueve tu culo para algo más que para seducir al imbécil de Allen, el resto aquí trabajamos

Eso fue todo. Danielle, cerró los ojos tomando una larga respiración, dejó las carpetas sobre la mesa y lo miró directo a los ojos

-Ya estoy harta de los hombres como tú, solo tienes dinero porque tu papá te lo da, no eres más que un cuarentón pervertido que sigue viviendo a costa de sus padres, acosador, sucio y holgazán

-¡No me hables así!

-Ya cierra la boca, tú no vuelvas a mirarme depravado o esta vez sí pondré la denuncia por acoso y estoy segura que más de una de tus antiguas asistentes estará dispuesta a apoyarme

Rojo de ira extendió la mano y la agarró del antebrazo dándole un brusco tirón haciendo que se pegara al mueble que los separaba

-¡Hazlo, golpéame! Justo sobre tu cabeza está la cámara de seguridad que para tu mala suerte tiene muy buena resolución

La empujó con brusquedad haciendo que se tambaleara hacia atrás. Frustrado soltó una sarta de groserías e insultos no solo hacia ella, sino a las mujeres en general.

-Yo misma le haré llegar una copia de mi correo a su padre con la notificación de la denuncia señor Hoggard

Soltó un "Perra estúpida" y se marchó. Soltando el aire aliviada porque se alejara Danielle, se dejó caer sobre la silla y sin perder el tiempo le envió un mensaje al guardia solicitando una copia de las grabaciones con la hora exacta de lo sucedido. Retomó su trabajo y a las 8 en punto de la mañana se reunió con Tamara. Le explicó lo de la fiesta y juntas hicieron un listado de la gente de la empresa involucrada que debía asistir. A las 9 de la mañana recibió el correo de la agencia informándole que con tan poco tiempo era imposible realizar los servicios solicitados. Pero no dispuesta a recibir una negativa Danielle, sacó a su Nicholas, interno y llamó, pero seguían sin aceptar hasta que nombró al dueño de sus suspiros y la encargada dejó de dar excusas y pidió más información. Por supuesto que aceptó el trabajo y solo tuvo que mencionar a su adinerado jefe.

El segundo día no inició tan temprano. Acabó cerca de la 1 de la madrugada con Lina, la planeadora, y esta mañana debían escoger la decoración, flores etc. Para que el sábado a primera hora estuviera todo en casa de Nicholas.

-No, nada de rosas, quiero flores alegres y elegantes, las rosas son algo “románticas”

-¿Mucho color? –sugiere Lina, la planeadora

-No, algo sobrio..., tal vez lavanda, blanco, purpura como la “sumiré” es una flor japonesa, también mucha vegetación, mucho verde

-Tomo nota ¿Cómo un invernadero? –tomó nota Lina

-Un jardín silvestre, tampoco tienen que ser excesivas, tal vez alguno de los invitados sea alérgico a algo

-Muy cierto

-¿Qué conseguiste para el bufete?

Danielle, seguía paseando por los pasillos de la florería mientras repasaba cada detalle con Lina, quedaba solo un día para la fiesta y apenas y conseguía comer con los nervios porque todo saliera bien. La escuchó con atención concentrada en cada detalle absorbiendo toda la información que le daba.

-Necesito más opciones de menú. El bufete debe contener comida asiática, americana y europea…, también algo de latina. Que sea internacional. No me importa si tienes que pagarle a diez chefs distintos, quiero perfeccionistas.

-¡Vaya! Me gusta una chica con las ideas claras

La desconocida pero familiar voz que la interrumpió, le sacó un gritito por la sorpresa. Enseguida Danielle, se giró para enfrentarse a él

-Zac –lo reconoció, era el ex de Frida

-¿Qué hace un hombre como tú en una tienda de flores?

-¡Wow Danielle! Estás diferente, crecida y definitivamente sensual –comentó dándole un repaso de pies a cabeza acercándose a su presa

-Gracias…, supongo –miró de reojo a Lina, algo nerviosa

-¿Nuevo trabajo?

-¿Cómo dices? –confundida sacudió la cabeza y lo miró a los ojos

-Te escuché ¿ahora planeas eventos? –señala a Lina

-Oh, no, estoy…, solo estoy siendo específica

-¿A qué hora terminas? Acompáñame por una copa

-No gracias –hace una mueca arrugando la nariz-. Y aunque tuviese tiempo no quiero drama con Frida. Y son las 11 de la mañana

-La insoportable no es mi dueña –espeta cambiando inmediatamente su humor

-Lo sé, pero un “malentendido” con ella es lo último que necesito

-Si la ves dile que no le hará daño ver a su hijo en persona Facetime, no se considera como visita

-¿No está viendo a Ian? –soltó sorprendida, aunque no mucho

-Ahora que vive conmigo cancelé el dinero que cada mes se cargaba a su cuenta

-¿Y estuvo de acuerdo?

-O lo estaba o solicitaba la custodia legal de mi chico

-Bueno me alegra que te preocupes por él –sonríe algo aliviada al saber que al menos el hijo de ambos no sufre por lo mal que se llevan sus padres

-Es un malcriado, estoy intentando que cambie

-Mientras no le enseñes a ser un pequeño petulante con dinero creo que estará bien

-Ahí está la chica linda que recordaba ¿cuándo tienes tiempo?

-No, no…, me alegra que te preocupes por él, ya me tengo que ir. Cuídate Zac.

Y llegó el día. Desde temprano Danielle y Lina, supervisaron a los trabajadores a cargo de la decoración con ayuda de los empleados de la casa. A las 3 de la tarde Nicholas regresó a la casa y se encontró con su recibidor, salón y comedor absoluta y completamente irreconocibles, todo estaba listo parecía sacado de una película, muy elegante, alegre, sofisticado. La observó alucinado con su dedicación y entrega, estaba decidida a que todo fuera perfecto y eso le hizo sentir orgulloso y hechizado. La observó por unos instantes dándoles indicaciones a Lina y a Patricia. Se acercó con sigilo y tomándola del codo llamó su atención

-Nicholas -suspiró feliz de verlo-. Hola, qué bueno que estás aquí. Lina, necesita preguntar algunas cosas sobre el señor Kobayashi -le sonríe-. Ya está todo el personal avisado y lo mantendrán atendido todo el tiempo

-Magnifico ¿puedes ir por Patricia? Necesito hablar con ella

-Claro, iré por ella al garaje, le está enseñando todo al jefe de seguridad.

Luego de responder a las preguntas de Lina, y luego hablar en privado con Patricia, Nicholas, llevó a Danielle, hasta su oficina, atravesando el maravilloso salón decorado con hermosas flores japonesas en los tonos que ella misma eligió.

En la oficina había una pequeña mesa preparada con el almuerzo para dos. Nicholas, le apartó la silla y aguardó a que estuviera cómoda para tomar asiento frente a ella. Llevaba dos días sin verla.

-Gracias Nicholas, pero no era necesario que te molestaras

-Sí es necesario

Afirmó tan convencido que Danielle, solo pudo dedicarle una media sonrisa agradecida por su preocupación. Se veía agotado pero aun así se preocupaba por saber qué hacía cada día. Le escribía al menos 3 veces.

-¿Cómo sigue tu papá?

-Anoche acabó el coma inducido y hablamos todos, notó de inmediato que algo sucedía entre mi mamá, Kris y yo

-Ay no, espero que tu hermana no lo haya alterado

-Tranquila que pese a sus berrinches respeta a mi papá

-Entonces ¿ya está todo bien con tu mamá?

-Habló del problema en la obra, nos contó lo que sucedió y les aseguró que no era mi culpa, de hecho, se molestó con ellas por responsabilizarme

-Pero siguen molestas por lo de la boda ¿no?

-Se les tendrá que olvidar en algún momento

-Si son como tú, dudo que lo dejen pasar así de fácil –comentó preocupada por él

-Te ves cansada…

Extendió su mano tomando el rostro de Danielle, para tocarla. Examinó su rostro con detalle, sabía perfectamente que ha estado trabajando sin cesar para que todo salga perfecto esa noche.

-Lamento haberme enojado anoche, has estado muy ocupada planificando todo allá afuera y ahora lo comprendo, has hecho un trabajo increíble, gracias

-No te disculpes, ojalá hubiera podido verte ayer

-Come un poco, son papas fritas, tu chatarra favorita

-De acuerdo

Comieron en silencio por unos minutos dedicándose cálidas miradas de vez en cuando e inocentes caricias de sus manos. Era lo único que podían hacer ya que ambos habían acordado esperar y hacer las cosas bien.

-Hice que Patricia, te preparara una habitación –anunció Nicholas, rompiendo el agradable silencio

-¿Qué? –preguntó distraída

-Necesitas descansar, luces exhausta

-Estoy bien, solo quiero que todo salga perfecto

-Luce perfecto, estoy impresionado, te lo aseguro

-Es que…--

-Deja que la mujer que contrataste haga su trabajo -la interrumpe-. Te necesito esta noche, no será nada fácil tratar con Takeshi

-Por supuesto –asintió lista para ayudarlo en todo

-Vas a ir a recostarte, duerme un poco –insistió

-Aún tengo que conseguir un vestido. Mika, me va a prestar al..go –acaba algo cohibida con la mirada que le lanzó al estar rechazando su intento de cuidarla

-Yo me encargo de eso. Tú descansa -gruñó un pelín molesto-. Te ves fatigada Dani, por favor

-Puedo hacerlo –murmuró apenada

-Lo sé, haz lo que yo te pido. En la habitación está todo lo que puedes necesitar. A las 8pm, una maquilladora te va a preparar

-Pero…

-Nada de peros cariño, tu trabajo ya está hecho

-¿No debería irme a casa?

-No, ahora serás mi asistente, como en los viejos tiempos –le guiña

-Oh no, el odioso señor Allen –puso los ojos en blanco al recordar lo pesadito que era en esa “época”

-No te burles –protesta relajado

-Solo bromeo Nic

-Acaba de comer y luego te vas a descansar

-¿Qué harás tú?

-Un poco de trabajo –señala su escritorio

-¿Quieres que…?

-No, estoy bien –intenta mantener la calma pero su paciencia es limitada

-Yo…, no me quiero aprovechar –hace un puchero con los labios fruncidos

-Cariño, has trabajado muy duro, haz lo que te pido o me veré en la obligación de cargarte sobre mi hombro y yo mismo encerrarte en esa habitación

Sabiendo que sería muy capaz de cumplir con esa amenaza Danielle, decidió aceptar lo que le ofrecía comió un par de papitas más y se levantó de la silla, se acercó hasta Nicholas, se inclinó y lo besó en la mejilla antes de salir de la oficina.

Eran las 7:30 de la tarde y Danielle, acababa de salir de la ducha sintiéndose como nueva, con toda la locura de la fiesta no se había dado cuenta de lo cansada que estaba y nada más recostarse en la muy reconfortante cama se durmió al instante. Un par de horas más tarde Patricia, la despertó tocando a la puerta, llevaba un estuche con un vestido, zapatos y todo lo que pudiese necesitar.

Secó su cabello sin apartar la mirada del estuche con el vestido, aún no lo abría y sentía curiosidad por la clase de prenda que Nicholas, pudiera haberle enviado. Una vez que su cabello se encontró seco y desenredado se dirigió a abrir una bolsa que supuso contenía ropa interior, se la puso y no le sorprendió que fuese exactamente su talla… Frente al espejo de pedestal cerca de la ventana Danielle, abrió el estuche del vestido y lo contempla sin aliento, era hermoso. Con mucho cuidado lo sacó y comenzó a ponérselo metiendo las piernas deslizándolo hacia arriba hasta la cintura cuando se percata de un movimiento a través del espejo, levanta la vista y descubre a Nicholas, observándola hipnotizado desde la puerta, se sostuvieron la mirada un momento antes que él, cerrara la puerta y se acercara posicionándose detrás de ella, devorando el reflejo de ambos en el espejo

-Quitas el aliento…

Una de sus grandes manos la sostuvo de la cintura mientras que la otra le acarició la piel al descubierto de su abdomen tan suave y pálida que solo deseaba saborearla…, entonces llegó a sus pechos presionados por el efecto push up del brasier, la acarició con cariño mientras absorbía su aroma, pronto se encontró acariciándole los brazos desde las muñecas hasta llegar a los hombros empujando uno de los tirantes del brasier para dejar su hombro desnudo libre y poder repartir un camino de besos hasta su cuello, un lugar que ha ansiado besar y no dejar. Su lengua húmeda le provocaba escalofríos a todo el cuerpo de Danielle, convirtiendo el momento en una tortura para ambos. La ayudó a acabar de vestirse, movió sus manos por su cuerpo hasta llegar a las mangas del vestido y como si de una muñeca se tratara tomó primero un brazo deslizándolo en el interior de la prenda, luego lo mismo con el otro, subió la prenda acomodándola a sus curvas, cubrió sus hombros y la mitad de su espalda, subió el cierre y la besó justo en medio de los omóplatos antes de obligarse a salir de la habitación, el deseo que sentía por ella era doloroso, pero se lo prometió, iban a esperar. Se merecían esa oportunidad haciendo las cosas correctamente…, aunque eso significase sufrir al no poder tocarse…

La fiesta inició a las 9 de la noche según lo programado, la música en vivo sonaba y los invitados llegaban muy puntuales, todos los empleados estaban al tanto de la llegada de Takeshi Kobayashi, por lo que cuando hizo su entrada todos (incluyendo invitados) se mostraron alegres y educados, hasta que Nicholas, lo recibió y lo llevó con Emerson y el resto de los encargados del proyecto, eso era lo que realmente le importaba al japonés y no perdió tiempo con formalidades.

Pero solo una hora más tarde, luego de haberlo hecho beber y comer Takeshi comenzó su ataque, lanzó sus quejas y exigencias a los 4 hombres identificados como a cargo del proyecto.

-Tu asistente me enseñó todo, todo lo que necesité, fue buena en su trabajo “entreteniéndome”, pero yo no necesito eso, quiero hechos

Pese a su acento y a veces mala pronunciación Takeshi, se mostró como un hombre duro y decidido, estaba en los 47 años y era alto, no tanto como Nicholas, pero aun así resultaba intimidante, y sin su asistente y muchas veces traductora que lo contuviera no era para nada amistoso.

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