Porque Yo lo digo (COMPLETO) romance Capítulo 54

-¡Suéltenme si no quieren acabar en la cárcel! ¡Gorilas estúpidos!

-Camine, no lo haga más difícil señor

-¡Tarados! ¡¿Acaso no saben quién soy?! ¡Bastardos, en la calle los voy a dejar!

Boquiabierta Danielle, observó cómo dos guardias de seguridad arrastraban literalmente a Marc Hoggard, hasta el despacho de Nicholas, ignorando sus insultos y esquivando sus intentos de golpearlos. Entraron directamente en el despacho cerrando la puerta para mayor privacidad.

-Pero...

Aturdida se quedó viendo la puerta cerrada, hasta que unos minutos después apareció Tamara, acompañada de dos oficiales de policía.

-Buenos días, Danielle

-Tamara, bue..buenos días ¿qué sucede? –preguntó algo asustada

-No tienes nada de qué preocuparte, nos estamos haciendo cargo

-Pero...

-Que nadie interrumpa ¿bueno? Hay una reunión de directorio programada para hoy por la tarde ¿puedes organizar todo?

-Claro...

No podía decir nada, al menos por ahora. Tamara, guio a los oficiales directamente al despacho de Nicholas, tocando a la puerta antes de entrar avisándole.

El lugar era un caos, Marc, estaba siendo retenido en una esquina por los guardias de seguridad, se había abalanzado sobre Nicholas, nada más verlo, pero sus habilidades para pelear no eran muy buenas o ágiles, Nic, lo esquivó sin problema ni esfuerzo y acabó golpeando la pared y chillando como una niña.

Tamara, le presentó a los oficiales y sin rodeos Nicholas, les comentó el motivo por el que se encontraban allí. Temprano por la mañana cuando el señor Allen, hizo su entrada esta vez por el lobby del edificio uno de los guardias le comentó que ya estaba el video de vigilancia que la señorita Ross, solicitó, lo cual llamó inmediatamente su atención y les pidió que se lo dieran. Siguiendo con el protocolo firmó la solicitud y le dieron la grabación en una memoria USB. Intrigado subió a su despacho y fue directo a encender su computador, Danielle, lo había llamado hace 40 minutos para disculparse, se había quedado dormida y Nicholas, divertido le prometió que no pasaba nada, que hiciera sus cosas con calma y llegara bien, a lo que ella respondió que a veces extrañaba al demonio rey de la disciplina y luego cortó.

Eran las imágenes de Marc, molestando a Danielle. No soportaba el hecho de estar viendo como ese imbécil la tocaba, pero cuando llegó a la parte en que la empujaba agarró el auricular y le ordenó a los de seguridad llevarle a Marc, en cuando entrara en el edificio y si se resistía que lo forzaran. Se fue con Tamara, iba a deshacerse de ese hombre de una vez.

Y así lo hizo, Tamara, había hablado con Jordan, acerca de la última vez que Marc, y Danielle, discutieron presentando una queja en contra. También buscaron las grabaciones que lo mostraban jalándola dentro de su despacho.

Una hora estuvieron encerrados todos en el despacho de Nicholas, hasta que finalmente salieron. Marc, se fue por voluntad propia con los oficiales escoltados por el personal de seguridad. Nerviosa los observó, intuía de lo que se trataba pero no quería estar en lo cierto.

-Danielle, Nicholas, te espera en el despacho

-¿Estoy en problemas?

-No, ya no, ve, no lo hagas esperar que hoy su humor no es de los mejores

Con un nudo en el estómago se levantó de la silla y caminó hasta el despacho, la puerta estaba abierta así que entró de una vez.

-Cierra la puerta

Ordenó la gélida voz de Nicholas. Con un discreto suspiro Danielle, se preparó para la discusión que de seguro seguía. Cerró la puerta y se acercó al ventanal que era desde donde la observaba con su habitual ceño fruncido

-Que sea la última vez que me ocultas algo como lo que te hizo Hoggard ¿está claro?

Sin saber qué responder abrió la boca para decir algo pero nada salió. En su lugar recibió un intenso beso por parte de Nicholas

-¿Por qué no me lo dijiste?

-Lo lamento..., no era mi intención ocultarte nada yo solo..., es que estabas agobiado con lo de tu papá y el japonés y..., lo olvidé

-No quiero que vuelva a pasar, no me importa que tenga mucho que hacer, siempre voy a querer protegerte

-Me defendí

-Cariño, yo quiero defenderte, no me prives de eso

-Que romántico

Volvieron a besarse antes de tomar distancia, ambos sabían que necesitaban algo de distancia.

-Tamara, me pidió que organice la reunión de directorio para esta tarde ¿necesitas que prepare algo en especial?

-Confió en ti, iré a visitar a mi padre durante el almuerzo y luego regresaré, me llamas en caso de ser necesitarlo

-Entendido jefe

-Y no me digas jefe -le advierte pellizcándole el trasero

-¿Señor? -bromea

-¿Qué tal Nicholas?

-De acuerdo, NICHOLAS, la obra te espera con los planos de Emerson

-Gracias cariño

-No, no “Danielle” -bromea divertida, don formal quiere ser informal

-Listilla

Sin poder aguantarse Danielle, se acercó y lo besó rodeando su cuello lo atrajo hasta sus labios.

-Espero que ese maldito abogado solucione pronto esta situación Nic, me siento frustrada

-Yo también cariño

Sintiéndose agotada Danielle, bajó sus brazos y lo abrazó con fuerza de la cintura y Nicholas, hizo lo mismo, la mantuvo cerca soltando un profundo suspiro

-No me perdonaría que algo malo te sucediera frente a mis narices, quiero protegerte y cuidarte sin importar nuestra situación.

-Lo dices porque debes parecer un esposo fiel ¿ya hablaste con tu abogado?

-De caminó aquí por la mañana, debemos distanciarnos

-Esto apesta..., solo trasládame a otro departamento y así no tendremos que vernos a diario

-De ninguna manera -la apretó con fuerza, no quería dejarla alejarse

-No seas egoísta Nic... -y lo decía en serio

-Unas vacaciones, he estado pensando en ello, quiero que te relajes, que te alejes un poco de esta mierda mientras me hago cargo

-No, quiero trabajar

-Ya cumpliste un año conmigo, corresponde y también una bonificación

-No, no, no, siempre las exageras, fue uno de los problemas que llamó la curiosidad de Marc, no quiero a su papá, tal vez, atosigándome con preguntas incómodas

-Me importa una mierda ese infeliz, además estás cubriendo el puesto de secretaria y haciendo tu trabajo

-Me ayuda a distraerme, pone algo de distancia entre ambos

-Ya hablaremos de eso, por ahora ve pensando dónde quieres ir de vacaciones

-Ni se te ocurra –le advierte al leer sus intenciones

-Quiero hacer algo lindo por ti –le acarició la mejilla con cariño

-Ya lo has hecho Nic

-¿Cuando? -preguntó confundido

-Eres mi ángel guardián, me proteges

-No, tú llegaste aquí a desafiarme y a demostrarme que vale la pena buscar a un compañero, no quiero estar solo, ya no, quiero estar contigo

Liberándola del abrazo le tomó la barbilla para mirarla a los ojos, esos que desde que aparecieron en su vida no ha dejado de ver.

-Prométeme que vamos a superar esto, que el tiempo que estemos separados será para mejor, que me vas a esperar Dani, yo no sé qué haría si te vas con otro..., probablemente matarlo para ser el único

-No es necesario que te ensucies las manos, te lo prometo..., te lo juro, voy a esperarte y a ser paciente, un tiempo lejos nos hará bien. Pero será mucho más difícil, nada de llamadas ni mensajes, volveremos al inicio, desde cero

-No, eres mi asistente y no vas a dejar de serlo

-Puedo ser la secretaria

-No, te necesito

-De acuerdo pero pon de tu parte, se el jefe

-Lo voy a intentar

-Eso es lo que necesitaba escuchar, ahora dame un último beso y vete a la obra

-Está bien

Con un sabor agridulce Nicholas, la besó lentamente, con delicadeza y cariño acariciando sus mejillas con los pulgares mientras sus dedos se aferraban a los costados de su rostro para no dejarla ir

-Nic...

Jadeó Danielle, minutos después.

-Aun no...

Pidió sin dejar sus labios, ninguno quería tener que separarse y pretender que todo lo que ha pasado desde peleas, reconciliaciones, todos esos problemas que han vivido nada existió.

El celular de Nicholas, acabó con el momento. Dejó de besarla para contestar pero no la soltó.

-Bien, voy a hablar con Tamara, acerca de tus vacaciones para que deje a alguien a cargo del puesto de secretaria, yo voy a estar en la obra por un tiempo así que podré soportar un tiempo sin ti -suspira para nada convencido

-Te he dicho que no es necesario, cuando ocurrió lo de mi papá ya me diste vacaciones

-Ahora quiero que realmente sean vacaciones

-Nic..., por favor

-Al menos una semana Dani

-¿No vas a dejarlo verdad?

-Claro que no...

-Nic -suspiró al darse cuenta de lo que hacía-. Ya hablamos de nuestras consecuencias, si lo haces porque tenemos que distanciarnos y..., ir cada uno por su lado lo acepto, es lo que tenemos que hacer

-No quiero hacerte daño y esta mierda lo hará, lo sé

-Inténtalo o al menos avísame cuando se ponga difícil, no sé ¿una señal?

-Bien, tú ganas, no vacaciones

-¡Sí! -sonríe aliviada

-Traviesa solo aclaremos una cosa más

-Usted dirá señor Allen

-¡Maldición! No sabes cómo me calientas cuando me llamas así, eras una fantasía hace un año yendo de un lado a otro provocándome cuando desafiabas mis intentos de reprenderte

-Exageradamente

-Un poco sí, me gustan las cosas bien hechas

-Lo sé niño rico

-Y tú eres una cosita bien hecha

-¿Ha si? -arquea una ceja divertida por la complicidad entre ambos

-Por supuesto, es una suerte que no tengas una fila de hombres esperando por tu atención

-Soy mala teniendo citas

-¿Una ternurita como tú?

-Sí, creo..., estás siendo demasiado dulce, soy una leeenta con los hombres, se aburren de esperar y solo me miran los pechos

-Están bien hechos -añade mirando sus atributos

-¡Oye! -le da un suave golpe en el pecho como protesta

-Cúlpalos por ser un celoso cuando otro se te acerca

-Un odioso

-Y lo soy, con una cosita tan linda como tú me resulta difícil ser de otro modo

-¿Qué le pasó a “Nicholas mandón Allen”? Tú estás siendo una ternurita difícil de rechazar

-¿Soy una ternurita también?

-Sí

-Vaya par entonces -sonriendo la besa en los labios

-¿Qué ibas a decir? -pregunta con los ojos cerrados disfrutando ese pequeño beso

-Aunque finjamos que solo somos jefe-empleada sigo necesitando cuidarte y protegerte

-Voy a estar bien

-Quiero que me lo cuentes todo, si alguien te trata mal, te dice cosas feas o te incomoda quiero saberlo por ti

-Está bien

-Lo digo en serio Danielle, si me entero por alguien más sabes que me voy a cabrear y soy terrible, no me controlo

-No lo sabré yo

-Olvida esa idea de no textos ni llamadas, serán menos pero tengo que saber que estás ahí

-Sí señor

-Me estoy aguantando señorita Ross, me estoy aguantando

Dándole un suave mordisco al labio inferior de este hombre tan imponente y sincero Danielle, decidió que o tomaba distancia o acabarían desnudos en cualquier momento.

Nicholas, estuvo toda la mañana en la obra con los arquitectos discutiendo unos cambios en los planos. El japonés también se presentó y luego de la discusión que tuvieron en la fiesta se comprometió a colaborar a cambio de una cita con Danielle.

-Takeshi, no soy ningún casamentero

-Hazlo -exigió con brusquedad

-Tenemos reglas -intentó no perder la calma y lanzarse a estrangularlo

-Tuyas, no mías

-No voy a mezclar, concentrémonos en dejar los planos definidos de una vez por todas -cambió de tema-. El trabajo es primero, no quiero saber de tu vida amorosa pero aclaremos esto a mi asistente no la tocas ¿entendido?

Ignorándolo Takeshi, se concentró en el trabajo y los hizo enloquecer, fastidiándolos sin motivos al criticar sus decisiones, las mismas que él había aprobado en un comienzo.

A las 3 de la tarde mientras Danielle, acababa con los preparativos de la junta de directorio Gary Hoggard, llegó hasta dónde ella se encontraba indicándole a la gente del catering cómo organizarlo todo

-Señorita Ross, necesito hablar con usted

Dejando a las chicas hacer su trabajo Danielle, salió de la sala de juntas para tener más privacidad. Lo último que necesitaba eran chismes y ya habían bastantes teorías sobre lo que ocurrió con Marc, esa misma mañana

-Señor Hoggard, buenas tardes -saludó con cautela

-Será solo un momento, veo que se encuentra algo ocupada

-Si no es un asunto exclusivamente de trabajo no estoy autorizada a hablar con usted, discúlpeme señor -explica incómoda, Nicholas, se lo había advertido antes de irse a la obra

-Danielle, un minuto y ya

Sorprendida por lo que veía en este hombre testarudo que tanto ha jugado en contra de Nicholas, decidió escucharlo, así que asintió a su petición y guardó silencio

-Solo quiero disculparme por el mal comportamiento que ha tenido mi hijo, he visto las grabaciones y no hay excusa, nada lo justifica. Lamento que hayas sido tratada así

-Yo... -intentó decir algo él se veía realmente afectado

-No hace falta que digas nada, solo quería disculparme contigo

-Está bien, acepto sus disculpas..., aunque no era necesario usted no hizo nada

-Es mi hijo, yo lo traje aquí, le di conocimiento y poder y el muy ingrato se aprovechó de todo

No le gustaba la culpa que veía en los ojos de este hombre mayor cuando no tenía nada que ver con las acciones de idiota de su hijo.

-Señor Hoggard, por favor no se agobie, sé separar y créame su hijo no es el primer hombre que me topo que cree tener derecho a exigirme cosas solo por su situación económica o posición

-De todos modos quería hablar contigo personalmente y bueno está de más decir que si necesitas algo solo tienes que decirlo

-Se lo agradezco, no todos harían lo que usted

-Y lo digo en serio

Hizo ademán de marcharse, pero entonces Danielle, lo detuvo

-Señor Hoggard, sí hay algo que puede hacer por mí

-Soy todo oídos Danielle

-Darle una oportunidad al señor Allen

-Creo que eso está fuera de los límites

-Solo le pido que le dé una oportunidad, se ha esforzado por mantener la compañía como lo haría su abuelo, su amigo y el proyecto lo tiene mal..., sé que no debería decir eso pero está siendo muy complicado, aunque según él, es la oportunidad de expandirse y usted con su experiencia podría aconsejarlo

-No te prometo nada

-Solo vea los documentos, la presentación del proyecto sin pensar de donde vienen o a su hijo, sé que le tiene envidia a Nicholas, perdón al señor Allen -se corrigió nerviosa-. Me lo dijo cuando intentó..., la primera vez que tuvimos un “encuentro” cree que es su derecho dirigir la compañía solo por tener título de arquitecto y..., bueno solo considérelo

-Lo haré y en cuanto al cretino de mi hijo...

-Está olvidado

-Gracias

A las 4 de la tarde fueron citados todos a la reunión. Era algo importante todos los jefes de departamento y sus asistentes. Como era usual Danielle, se encontraba recibiéndolos y asegurándose que todos los de la lista estuvieran

-Danielle, hola ¿todo bien?

-Jordan, buenas tardes

-¿Te encuentras bien con lo de Marc?

-Sí, gracias..., y por tu carta

-Era lo menos que podía hacer, además ya no soportaba al baboso perturbando a todas sus asistentes

Compartieron una sonrisa y luego Danielle, continuó con su trabajo mientras Jordan, esperaba por su jefe. Pero Nicholas, llegó primero y en cuanto vio quien estaba a su lado en un segundo estuvo frente a él, con esa mirada asesina instalada en el rostro

-¿Qué haces aquí?

-Vine a la reunión –respondió Jordan, nervioso

-Me fastidia tu presencia, lárgate, nadie notará tu ausencia –ordenó fulminándolo con la mirada

-Pero…

-Ahora

Sin saber qué hacer puesto que era el jefe de jefes, le extendió un archivo a Danielle, con una petición silenciosa para que se la hiciera llegar a su jefe y se marchó. Lo último que deseaba era enfadar a Nicholas.

-¿Por qué estabas hablando con él? ¿Qué te dijo? –exigió celoso

-No me dijo nada, solo se paró a mi lado y ya –estaba sorprendida, no lo creyó capaz

-No quiero verte cerca de ese depravado de quinta

-Cálmate -miró a todos lados esperando que nadie mirara-. Estás tan rojo que parece que estuvieras con un serio caso de insolación –intentó contener la risa

-No te hagas la graciosa

-No te hagas el héroe

-Sabes cómo me pones con esas respuestitas

-Basta

-Jamás

Le guiñó mientras se ajustaba la corbata y se dirigió a la sala de reuniones. Instantáneamente adoptó su cara seria y profesional y una vez que Danielle, entró cerrando la puerta dio inicio. Fueron 3 horas bastante provechosas y buenas para Nicholas, estaban entendiéndose y era prometedor. La luz al final del túnel.

-¿Te molesta si dejo para mañana el informe de lo que se habló en la reunión?

Preguntó Danielle, ahora que estaban solos en la sala de juntas mientras recogía sus apuntes.

-¿Te puedo llevar? –intentó no sonar autoritario, quería más tiempo con ella

-No hace falta señor Allen -le sonrió apenada

-Es algo tarde, no es seguro que te vayas en bus

-Descuide, mi amiga Mika y su esposo van a recogerme para ir a cenar

-Está bien –decepcionado caminó a la puerta

-Inténtalo –susurró comprendiendo su decepción

Pero Nicholas, no podía pretender que solo era su jefe, menos cuando la tarde sentado a su lado había sido tan larga.

-Mañana habrá otra reunión. Un desayuno con Takeshi

-¿A las 10am?

-Perfecto, que sea a las 10 de la mañana, envía un mensaje a su asistente

-Hasta mañana –se despidió algo inquieta por no saber cómo despedirse

-Sí, sí, adiós

Gruñó para nada cómodo con cómo debían ser las cosas y resignándose a que ya no podía ser de otro modo, al menos por un tiempo.

La mañana siguiente Danielle, preparó la reunión a la que asistirían Hoggard, Thompson y Emerson (los fundadores/directorio), el equipo de arquitectos para el proyecto y Takeshi Kobayashi. Pero nada más llegar a la oficina el japonés se plantó frente al escritorio de Danielle, y le extendió una caja de bombones.

-Buenos días señor Kobayashi

-Para ti

-Que amable pero no debió molestarse –le dedicó una media sonrisa

-Siempre obtengo lo que quiero –le dio una sucia mirada reflejando sus intenciones

-Lo esperan en la sala de reuniones –y no pudo evitar la arruga en su frente al ver cómo le miraba los pechos

-¿Me guías?

-Claro, solo voy a avisarle al señor Allen

Hizo la llamada y Nicholas, inmediatamente salió a recibirlo por suerte la salvó de tener que acompañar al japonés obsceno.

Una semana después las cosas no iban nada bien. Nicholas, estaba todo el tiempo molesto, llegaba temprano y se paraba frente al ascensor a esperar a que llegara solo para llamarle la atención por no llegar a la hora usual, que era antes de las 8 de la mañana. Danielle, intentaba no seguirle el juego, sabía que lo hacía para verla e iniciar una discusión, le encantaban. Pero ella no le daba en el gusto.

Una nueva semana transcurrió y esta vez con buenas noticias. Nicholas, finalmente sería nombrado como jefe absoluto y socio mayoritario de la compañía, claro que primero los abogados de la herencia de su abuelo debían cerciorares que era un matrimonio legítimo.

Ese fin de semana Danielle se fue fuera de la ciudad con Wes, Mika y Leo. Necesitaba pasar un rato agradable con sus amigos sin pensar en el trabajo o en Frida, apareciendo en la oficina creyéndose la primera dama.

Y ya iban dos semanas intentando trabajar en paz pero Nicholas, no lo llevaba muy bien, cada vez que la veía hablando con alguien del sexo opuesto interrumpía inventando algo para que hiciera y ahora se encontraba hablando con Jordan, solicitándole el informe que él mismo le pidió cuando apareció interrumpiendo

-¡Señorita Ross! ¿Hasta qué hora espero que regrese a su lugar de trabajo?

Contando hasta 5, Danielle, tomó aire para no soltar absolutamente ninguna contestación.

-Yo mismo te lo llevo en cuanto tenga las cifras

-Gracias Jordan.

Era hora de enfrentarse al mañoso jefe. Dio media vuelta y fingiendo que todo iba bien le habló como siempre lo hace

-Señor Allen ¿qué puedo hacer por usted?

-Mi impresora no funciona

-Enseguida llamo a alguien de soporte

-Estoy seguro que es usted lo bastante competente como para poder solucionarlo

-Claro

Lanzándole una falsa sonrisa pasó por su lado y camino de regreso al despacho. Se dirigió directamente a la impresora y la examinó consciente de la mirada de Nicholas, en su trasero

-Entonces... -comenzó a decir lamiéndose los labios-. Saliste de la ciudad el fin de semana

Intentó que le hablara de esa salida, pero Danielle, ya estaba bastante cabreada por su comportamiento y no solo por lo que acababa de ocurrir

-Solo tiene una hoja atascada

Solucionó el problema de la impresora ignorándolo, con la hoja problemática entre las manos la arrugó y dio media vuelta para marcharse, pero solo consiguió chocar con su tonificado pecho, estaba parado justo tras ella

-Ya está lista, puede imprimir lo que guste señor -lo fulminó con la mirada

-Respóndeme

-Lo siento, no escuché ninguna pregunta -dio un paso atrás sin apartar la mirada

-¿Fuiste con el novio falso?

-¿Falso? Es tan real como su esposa, señor -lo pinchó

-No me provoques

-¿Necesita algo más que preguntar sobre mi vida privada?

-Dani, no lo soporto soy pésimo en esto –dejó su intento por seguir siendo duro

-Lo sé, pero soy yo la que aguanta a Frida, tú simplemente la ignoras

-Esa bruja loca quiere meter a su hijo en mi casa –confesó horrorizado con la idea

-No la dejes, el muñeco diabólico está mucho mejor con su papá

-¿Conoces a ese imbécil? –hola celos

-¿Qué te hace creer que es imbécil?

-Dejó que le metieran un crío ¿cómo lo conoces? –volvió al tema que le interesaba

-Tuve una especie de cita a ciegas con él, pero Frida, apareció cuando Zac, fue al baño y me inventó algo sobre ellos

-¿Saliste con ese tipo?

-No, una cita, ni eso, media cita –explicó al ver como se iba enfadando más y más

-¡Es lo mismo!

-Que importa –le restó importancia esperando que también él lo hiciera

-A mí me importa ¿has vuelto a verlo?

-Sí -decidió decírselo, no era nada malo-. Me lo encontré cuando estaba viendo las flores para la fiesta

-¿Por qué no me lo dijiste?

-No tiene importancia

-Si la tiene ¿qué te dijo? ¿Se te insinuó?

-No dijo nada, me invitó una copa y acabó hablando de su hijo, fin

-¿Te miró? ¿Hizo algún comentario inapropiado?

-No

-Mientes

-¿Qué estás haciendo? No me controles, no soy tonta ¡qué te pasa! –frustrada lo frenó él, tampoco le contaba todo lo que hacía, de hecho no lo hacía y punto

-Hace 16 días que no te toco ni un pelo

-Tampoco es fácil para mí y no ayuda que me sigas por la oficina ni que me llames la atención cada vez que hablo con un hombre

-Me pongo celoso, eres hermosa

-Te lo prometí Nic ¿eso no cuenta? –le recuerda sintiéndose de pronto sensible

-Nadie sabe que eres mía y se sienten con el derecho de mirarte

-Porque no lo soy -su tono era tan serio que le provocó un leve escalofrío a Nicholas

-Oye -intentó protestar

-¿Qué? No soy una ridícula muñeca inflable

-Danielle

-Ya basta, es casi la hora de almuerzo y tú mujercita vendrá a recogerte para visitar a tu papá

-Tengo que convencer a mi familia que...

-Ya me sé esa canción, solo haz lo que tengas que hacer y mientras menos sepa mejor

-No te enojes

-Me enojo, me estoy esforzando y tú solo lo haces más difícil..., no soy de acero

-Eres más fuerte ¿sabes cuantas veces me he parado fuera de tu apartamento en estos putos 16 días?

-¿Qué quieres que haga para no molestarte o ponerte celoso? ¿Que renuncie?

-No, claro que no Dani, por favor no estés molesta

-Tú no te pones en mi lugar, tengo que verte con otra a diario, por alguna razón tengo que soportar verla colgada de tu brazo o tocándote para que a todos les quede claro que eres su propiedad

-Ya llegué

Canturreó Frida, entrando en el despacho sin avisar.

-Con que aquí está Danielle, que bueno que los pillé con ropa -soltó sarcástica

-No empieces con esas bromitas de mal gusto -le advirtió Danielle

-Regresa a tu puesto, hay alguien esperando -ordenó sin arrugarse

Con un desprecio hacia la que alguna vez fue su amiga caminó hasta ellos y se paró en medio intentando separarlos pese a que solo se miraban a los ojos muy seriamente.

-Nico, el chofer está esperando ¿puedes acabar ya con esto? -apunta a Danielle, con arrogancia

-Apártate y espera en la puerta, estoy ocupado -espetó tan frío como su atracción por ella

-Pero Nico -lloriqueó como niña mimada

-¿Lo repito o te lo grito?

-Aggg

Rodando los ojos y soltando sonidos de fastidio Frida, se apartó y caminó hasta la puerta cruzándose de brazos mientras espera.

-Dani, vamos a continuar esta conversación más tarde -bajó la voz para que Frida, no escuchara

-Tienes programado una visita a la obra junto a Kobayashi

-Mañana -insistió

-Es la reunión con el banco y también la tarde con Kobayashi

-Iré a tu apartamento

-No, estoy molesta, triste y muy, muy frustrada así que será mejor que no te acerques y olvida que conoces la dirección de mi apartamento lo tienes prohibido

-Pero...

-Eres un hombre casado, ahora ve con tu esposa -apunta a Frida, con la mirada

-¿Qué hago? Dime -pidió sintiéndose culpable

-Dame espacio, por favor...

-De acuerdo Dani, haré lo que me pides, solo porque me importas

-Ve

-Tómate la tarde libre

Asintió con un suspiro aguantando las ganas de llorar al verlo irse con otra mujer.

El mes que transcurrió a partir de ese día fue imposible, los sentimientos de Danielle, estaban siendo puestos a prueba constantemente llegando al punto en que todas las noches se dormía llorando por algo que dijo Nicholas, o por que tomó a Frida, de la mano, pequeñas cosas que la hacían querer gritar, largarse y esconderse hasta que todo pasara. Lo peor de todo es que ni siquiera podía desahogarse porque se negaba a contarle su problema a Mika o a Wes, quien en poco tiempo se ha convertido en un increíble amigo. Debía aguantarlo todo ella sola…, era su culpa, o al menos así lo sentía.

Entonces un viernes pasadas las 2 de la madrugada unos fuertes golpes en su puerta la despertaron, saltó de la cama esperando que no fuese su puerta, asustada porque un vagabundo se hubiese metido otra vez al edificio, pero entonces volvió a escuchar los golpes. Asustada se acercó a la entrada y preguntó quién era pero solo escuchó una risita, aunque bastó para reconocer a Nicholas

Abrió la puerta tan de prisa que Nicholas cayó como un saco de papas dentro del apartamento, y desde el piso continuó con su ataque de risa

-Nicholas ¿qué estás haciendo aquí? -se paró junto a su hombro con las manos apoyadas en la cintura

-¡Dani, Dani! Pero qué lindas piernas

Extendió una de sus manos acariciando su pantorrilla subiendo hasta sorprenderla agarrándole el trasero con toca la palma dándole un buen apretón

-¡Oye! -saltó a un lado-. Estás muy borracho ¿cómo llegaste?

-En mi auto, no faltaba más ¿siempre duermes sin ropa interior? -alargó la mano para intentar levantar la vieja camiseta y dar un vistazo

-Basta, levántate del suelo por favor –pidió ruborizada, había olvidado ese pequeño detalle

-Si me das un beso me levanto

-Solo si te levantas primero

Con una tremenda sonrisa se levantó del suelo con un movimiento bastante ágil para su estado de embriaguez, sin perder el tiempo la agarró de la cintura y la besó con brusquedad empujando con la lengua sus labios para que abrirle la boca

-Abre la boca -pidió excitado

Lo hizo, pero solo porque la estaba dejando toda babeada. Le permitió besarla unos instantes, luego se apartó y Nicholas, volvió al piso

-¡Carajo!

Se quejó al caer. Pero esta vez se arrastró hasta el sofá y se sentó, la cabeza le daba vueltas ni siquiera podía enfocar a Danielle.

-Voy a prepararte un café –anunció esperando que eso lo ayudara a recuperar un poco de lucidez

-Odias el café ¿por qué tienes café? ¿Al otro le gusta?

-Paranoico

Ofendida por su comentario se dirigió en tres pasos a la zona de la cocina a llenar el hervidor para prepararle una taza para que se le pasara un poco la borrachera, nunca lo había visto así de borracho y le preocupaba que se condujera en ese estado

-Cuando estás así de seria no eres tan linda

-Siento decepcionarte

Le dio la espalda y preparó de una vez la taza, no muy llena para que no acabara tirando todo al sofá

-Bébelo todo -dijo mientras le ofrecía la taza

-¿Por qué tienes café? –volvió a protestar molesto

-Es de mi tía, mal pensado

Aceptó la taza y se apartó de su alcance, lo observó beber en silencio mientras le miraba las piernas o los pechos, no llevaba nada debajo de la camiseta y tenía algo de frío.

De pronto Nicholas, estaba quitándose la chaqueta y luchando con los botones de su camisa mientras que con la otra mano maniobraba para no tirar la taza de café. Rápidamente Danielle, le arrebató la taza dejándola en la pequeña mesita frente al sofá y lo ayudó a quitarse la manga de la chaqueta que aun llevaba puesta.

-Creo que será mejor que duermas un poco

-No quiero dormir, tengo que quitarme la puta ropa para poder hacerte cositas sucias

-Vamos a mi habitación por favor

-No, no…, espera sí, sí…

Intentó levantarse pero al parecer la gravedad estaba burlándose de él esa noche y otra vez dio a parar al piso. Luego de 20 minutos de lucha Danielle, consiguió levantarlo y hacerlo caminar por el estrecho pasillo hasta su habitación, pero no sin patear la mesita de noche

-¡Este lugar es una caja de fósforos! Muy pequeño –gruñó cojeando hasta caer sobre el colchón

Con una extraña sensación de decepción por sus comentarios nada atinados Danielle, lo observó tirado en la cama, no se movía, al parecer quedó frito en cuanto cayó sobre el colchón, el problema fue que su cama no era muy grande y estaba atravesado. Bueno le tocó dormir en el sofá. Se preocupó de quitarle las cosas de los bolsillos, los zapatos y arroparlo antes de agarrar una manta y acomodarse en la sala.

La mañana siguiente Danielle, se levantó temprano y fue por el desayuno, sabía que Nicholas, necesitaría uno de sus adorados cappuccinos, así que regresó con un extra grande, lo dejó sobre la mesa en la sala y fue a la habitación a despertarlo, le tocó el hombro y le habló un par de veces pero no reaccionaba y su celular no dejaba de recibir notificaciones ni llamadas. Intentó volver a despertarlo pero no había caso, su celular cayó al piso de la mesita de noche por la vibración, dejó los intentos por despertarlos y levantó el celular y entonces vio un mensaje de Frida que decía:

“Vamos Nico, no te hagas de rogar anoche lo pasamos increíble, contesta ya”

-¡Nicholas, despierta de una vez!

Esta vez levantó la voz y lo movió con más fuerza

“Ven a casa y podemos continuar donde lo dejamos”

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