Poséeme romance Capítulo 28

El vergonzoso sabor de la humillación ¿Qué tal, Santino recibiendo un poco de atención? Si había algo que a él no le gustaba, era el ser expuesto ante sus colegas y eso era Andrés Ortiz, no solo un gran amigo de la facultad, sino un colega con el que ha llevado varios casos y no ha perdido uno solo.

Permanecía inmóvil en su sitio, no quería si quiera voltearse a ver a su colega, pero tampoco se iba a quedar mirando hacia la ventana todo el rato, más bien respiró hondo y giró sobre su eje, encontrándose de frente con el rostro de Andy, conteniendo la risa hasta que no pudo hacerlo más y rompió en carcajadas.

- ¿Qué es lo gracioso? – se queja rojo de la vergüenza, pero Andy levanta sus manos en demostración de derrota y de dar por finalizada la desagradable y humillante situación.

- Nada hermano, nada. - sonrió, aunque quería reírsele a carcajadas.

- Comencemos a trabajar. –

A Santino le habían asignado uno de los casos más importantes y ruidosos de todo el campo político. Hacía unos meses Arturo Seing, uno de los diputados más controversiales de la nación, había sido participe en un accidente de transito, resultando del mismo el fallecimiento de una pareja y las graves lesiones en la medula espinal de una de una niña menor de edad. En ese tiempo había conseguido estar solo dos meses en prisión, pero hacía pocos días el abogado de la familia había conseguido apelar la decisión del caso y el juez, de la cámara, que tomó resulto ser parte de la oposición, otorgándole el pedido y solicitando la prisión preventiva.

Se habían contactado con el Licenciado Rivas dado que era uno de los abogados más exitosos del país y sabían que con él como defensor sería fácil ganar el caso. Solo debían hacer ver el homicidio al volante como un accidente donde los únicos culpables fueron las víctimas.

Lo que Santino no sabía y siquiera se imaginaba, era que este caso pondría a prueba el sentimiento que tiene por Abril, porque Arturo Seing no era otro más que el asesino de sus padres y no solo Rivas lo defendería en el caso, sino que Andrés también lo haría y ninguno de los dos lo sabe. Aún.

Andrés conocía hace pocos años a Santino y pese a la amistad que los unía desconocía la vida sexual que llevaba. De echo fue una gran sorpresa el verlo besar a una mujer y más aun siendo ésta Abril.

Se sentía intrigado y aunque sabía que el preguntarle a él no le daría la verdad completa del chisme, dudaba que lo hiciera ella dado que, si en verdad guardaban una relación, lo hacían en secreto y conociendo lo reservado que él era y lo especial que podía ser, no le extrañaría que hubiera algún acuerdo de confidencialidad entre ella y él.

- ¿Cuánto tiempo más seguirás mirándome así? – le pregunta Santino mientras sigue escribiendo en la computadora.

La duda estaba, pero Andrés no se animaba a preguntar nada porque sabría que no había respuesta alguna. Pero Santino no era idiota como para no darse cuenta de la intriga, las decenas de incógnitas que divagaban por la mente de su colega y sabía que en algún momento saldría a flote la conversación sobre el beso y él ya sabía que contestar. O por lo menos eso creía.

- Lo siento. – dice y vuelve a ojear los archivos del caso, el mismo que ya tenía más de 800 hojas, pero por más que intentaba concentrarse le era imposible. - ¿puedo hacerte una pregunta? – él sin siquiera mirarlo le responde.

- No. – dijo sin titubear. – debemos preparar la defensa con carácter urgente para la semana entrante y aun no nos empapamos del caso. Así que, no. – sentencio tajante. Pero si había algo que no le gustaba a su colega eso era el quedarse con la intriga, por lo que insistió en su pregunta.

- No. – dijo molesto lo cual provoco que él levantara su mirada par observarlo atentamente. - ¿qué hay entre Abril y tú? – preguntó enfadado.

A Santino le molesto tanto el tono en el que le preguntó aquello, que respiró hondo para no dejar expuestos sus sentimientos que, pese a intentar ocultarlos hasta de sí mismo, cada día se dejaban ver un poco más. Dejó de lado los papeles, le puso el punto final a la oración en el Word de la computadora y le dedico toda su atención.

- ¿y eso a ti qué? – le dijo entrelazando sus dedos para dejar descansar su mentón en ellos. – la pregunta es ¿Qué tienen ustedes? ¿por qué tanta familiaridad para hablarse? –

Ni bien escucho el tono en el que Santino le hizo aquella pregunta, Andrés no pudo evitar carcajear ¿acaso estaba celoso? Lo cierto es que su preferencia sexual no la conoce y de hecho, si quiera su familia sabe que es homosexual por lo que tranquilamente puede “inventarse una relación” y nadie sospecharía que se trata de una mentira. Pero este no era el caso. No podía decirle que entre los dos algo había dado que se besaron en frente de él, pero le divertía verle la actitud al notar lo íntimos que él y Abril eran.

- Fuimos pareja hace algunos años. – soltó así sin más y pese a no decirle absolutamente nada, en los ojos de Santino se podía reflejar los celos.

- Pero ¿Cuántos años le llevas? – él sabía la edad de abril y la de Andrés, por lo que, calculando, dedujo que su colega y la Srta. Evans habían mantenido una relación cuando ésta era menor de edad.

- ¿importa? – pregunto elevando una ceja y Santino sin titubear ni ocultar su molestia le respondió.

- Si, porque va en contra de nuestros principios… - en ese momento Andrés soltó una gran y sonora carcajada dejándolo aún más molesto. - ¿qué es lo gracioso? – quiere saber.

- ¿te oyes lo que preguntas? Cuando la conocí ella tenía 15 o 16 y mantuvimos una relación muy fogosa y apasionada por un par de años. – se detiene y piensa exactamente que más decirle, para continuar con su mentira. – dos años si mal no recuerdo. – sonrió, ocultando una carcajada por la cara de imbécil y celoso que estaba poniendo su colega y deseó ir más allá. – es más, yo fui el primero. – mintió y Rivas inmediatamente lo interrumpió.

- Bueno ¡basta!. – dijo expresamente molesto. – no quiero saber más ¡a trabajar! – pero era tan entretenida la situación que Andy no dejaría que esto acabara así.

- Pero tranquilo, ahora somos muy amigos por lo que si hay algo entre los dos no debes preocuparte por mí. – este comentario hizo que él frunciera su ceño y levantara su dedo para advertirle que si seguiría hablando idioteces pediría que le asignen otro abogado porque no trabajaría con alguien que pase distraído por tener que trabajar, también, con una ex pareja. – bueno, no te alteres. – dijo riendo.

- Y te aclaro, que entre ella y yo no hay nada. – no se lo cree ni él mismo lo que acaba de decirle a Andrés.

- ¿y por qué la besaste? – él no se quedaría con la intriga. Quería saberlo todo.

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