Quemame con tu pasión romance Capítulo 2

La sensación de hormigueo del agua caliente en su mano hizo que Carina volviera al mente y se apresuró a soplar en la parte donde se había puesto la quemadura.

«¿Por qué sigo pensando en esa ridícula noche cuando ya han pasado dos meses?»

Tardó mucho tiempo en darse cuenta de que fue su propio error de borrachera el que la había llevado a encontrarse con semejante demonio aquella noche. Sólo de pensarlo se puso asquerosa.

—Carina, hoy viene un cliente importante y necesitamos ayuda en la sala de conferencias, ¡ven conmigo! —Una compañera gritó de repente a Carina.

—¡Ya lo tengo, voy para allá! —Carina dejó inmediatamente atrás lo que tenía en mente, cogió los documentos que había preparado hacía tiempo y corrió tras su compañera hacia la sala de reuniones.

La compañera avanzó a paso ligero, pero notó que Carina no la alcanzaba, así que miró detrás de ella. Al ver el rostro pálido de Carina y el sudor frío en su frente, la compañera preguntó inmediatamente con preocupación.

—¿Qué te pasa, estás tan pálida?

—Estoy un poco enferma, será mejor que nos demos prisa... —respondió Carina con una sonrisa, pero parecía un poco débil y sin fuerzas. Antes de que pudiera terminar su frase, se desplomó...

Daniel, que estaba a unos pasos de ella, vio la escena e inmediatamente se adelantó para ayudarla. Las mujeres reunidas alrededor vieron esta escena y sintieron una punzada de envidia.

«¿No dicen que el Sr. Chicote nunca se acerca a las mujeres? ¿Pero ahora abraza a una mujer en público?»

Daniel miró a la mujer inconsciente que tenía en sus brazos, su rostro estaba pálido y sudoroso, incluso después de haberse desmayado tenía el ceño fruncido, probablemente con verdadera angustia.

La mujer que se aferraba a sus brazos con lo que olía a gel de ducha no le causó ningún disgusto al Sr. Chicote. Era un olor tan familiar que Daniel recordaba bien.

En efecto, había sido una noche de sensaciones, pero si Daniel hubiera sabido que era Carina quien se equivocaba por mucha bebida, no se lo habría hecho con ella. Creía que todo había terminado, pero ¿por qué había reaparecido esa mujer?

El ayudante que seguía detrás de Daniel se acercó sorprendido.

«¿Desde cuándo mi jefe toma la iniciativa de realizar esta heroica escena de rescate? Son tantas las mujeres que recurren a todo tipo de formas para acercarse al Sr. Chicote, que éste nunca acepta a las mujeres que se le echan encima. Pero esta vez fue la Hna. Chicote quien tomó la iniciativa de ayudar a esta mujer.»

—¡Rápido, al hospital! —dijo Daniel a su asistente.

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