Quemame con tu pasión romance Capítulo 27

Diana apretó tanto los puños que las uñas largas se clavaron en la carne provocándole mucho dolor, pero no le importaba porque ahora lo que estaba pensando era cómo hacer sufrir a esa puta Carina y cómo echarla de la familia Chicote.

Salió aturdida del hospital, pero al ver a aquellos periodistas esperando afuera, se le ocurrió un plan de repente.

«¡Carina, no te dejaré convertirse en la señora de la familia Chicote tan fácilmente! ¡Voy a aprovechar la opinión pública para aplastarte!»

***

—¡Ay, por fin esta mujer odiosa se ha ido! ¿Carina, estás todo bien? No le hagas caso —la anciana se puso relajada al ver que esa Diana se había marchado y preguntó preocupada a Carina.

—Abuela, no te preocupes, estoy todo bien —Carina le contestó sonriendo. Ella sabía que esta anciana siempre le tenía mucho cariño.

—Niña, si quieres comer algo, dímelo y te lo prepararé. El médico ha dicho que necesitas descansar, por eso no te molesto aquí —dijo la doña Candela sonriendo.

Después de decir eso, se dio la vuelta a Amanda y le dijo:

—La niña está bien, no te preocupes tanto. Has estado muy cansada hoy, por favor come algo que ha preparado la madre de Daniel y vuelve a descansar.

Carina creía que la abuela tenía toda la razón. En realidad, había estado queriendo dejar a su madre volver a descansar, pero ella conocía muy bien a su mamá y sabía que ella no la escucharía. Por eso, al oírlo que dijo la anciana a su madre, Carina le echó una mirada de gratitud.

Luego, sonrió y dijo a su madre:

—Mamá, la abuela tiene razón. Ya estoy bien, por favor come algo y vuelve a casa para descansar un poco.

—Vale, vale, te escucho, hija mía —respondió Amanda felizmente.

Al ver a Daniel estar a un lado, Amanda le dijo con un poco de frialdad:

—Daniel, ven a comer algo, también.

Al escuchar lo que le dijo la madre de Carina, Daniel sabía que ella lo había perdonado, pero al ver que Carina todavía estaba en la cama por su culpa, realmente no tenía apetito para comer.

—Gracias, mamá, por el momento no tengo hambre. Por favor usted vaya a comer algo con la abuela. Acompaño a Carina un poco más...

Al ver la cara sincera de su nieto, la doña Candela se puso muy contenta y aceptó con mucha alegría diciendo a Daniel:

—Bueno, pero Carina todavía necesita descanso, por eso no la molestes tanto tiempo, ¿eh?

«Es bueno que los dos pasen más tiempo juntos.»

Si no entrara en consideraciones por la anciana, Carina no aceptaría estar con Daniel sola en la sala.

Es realmente extraño lo rápido que cambian los sentimientos de los seres humanos. Ayer ella misma todavía había pensado que no era algo malo casarse con Daniel, después de todo, había pasado tanto tiempo con él. Pero ahora la situación era completamente diferente de lo que ella había imaginado.

«Bueno, olvídalo, al menos, él no es tan modesto y podremos respetarnos mutuamente sin molestarse la vida el uno al otro.»

—¿Carina, quieres comer algo?

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