QUIERO MÁS DE TI romance Capítulo 56

—¿Deseas ser mi esposa para toda la vida? — las palabras de Luca dejaron a April sorprendida, se tapó su rostro con las manos y se echó a llorar, su sueño se hacía realidad. — Cariño, ¿dije algo malo? — Luca se sorprendió que April llorara más, ella lo miró, mientras se limpiaba las lágrimas de su mejilla, y se tiró a los brazos de Luca, éste que no lo vio venir y como se había levantado del piso al ver a April llorando, no pudo sostenerse y cayó al piso con April encima.

—No has dicho nada malo, por el contrario, hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida, eres tan increíble, Te amo Luca y si, acepto ser tu esposa para toda la vida..

Luca sonrió, le acarició el rostro con tanta suavidad y cariño que April cerró sus ojos al tacto de su hombre, Luca se separó un poco de ella, y le colocó el anillo, era un hermoso anillo, color oro rosa, con un gran diamante circular en el centro, y cada lado tenía 26 pequeños diamantes que formaban el infinito. April lo miró maravillada, era hermoso, perfecto.

—Es precioso, me encanta — dijo con lágrimas saliendo de sus ojos.

—Me alegro que así sea cariño, te amo April — dijo antes de besarla con pasión y amor, todos a su lado empezaron a aplaudir felices. — Vas hacer mía toda la vida.

—Sí, y tú absolutamente mío. — volvieron a besarse hasta que unas vocecitas les hablaron.

—¿Ya vendrás a casa con nosotros? ¿Y serás nuestro papi? —Luca inmediatamente se apartó de April y los miró con una gran sonrisa, April se levantó del piso y Luca hizo lo mismo, para luego inclinarse frente a sus hijos.

—Claro que sí mis pequeños, yo los amo, y es una de las cosas que más he deseado desde que los conozco es que sean mis hijos, solo que yo por tonto no lo hice antes, pero ahora seremos todos una hermosa familia.

Los niños se le tiraron encima y lo abrazaron, mientras repartían miles de besos en la mejilla de su padre.

April miró a Graciella y la abrazó feliz de verla, de hecho estaba feliz de verlos a todos y que hubieran formado parte de esa gran sorpresa que Luca le había preparado.

Pasaron el resto de la tarde en el acuario, entre risas y las ocurrencias de los niños, disfrutaron, Luca se sentía pletórico, estar con sus hijos y la mujer que amaba era la mejor cosa que podía pasarle y ahora estarían juntos siempre, April era su mundo y ahora en ese mundo entrenan sus tres hijos.

—¿Cuándo sabremos que será mi nieto? —Gabriella estaba muy ansiosa, por saber que sería su tercer nieto.

—Dentro de dos días tengo la cita — Luca la miró algo confundido.

—¿Pensabas ir sin mi? — le dijo algo herido. —April puso sus ojos en blanco.

—Cariño, aunque tenía miedo de que Leticia hubiera hecho de las suyas, confié y creí en ti desde que dijiste que no tenías nada con ella, sabía que vendrías por nosotros, pero no sabía que sería tan genial tu entrada. — Luca se acercó a ella y la besó muy dulcemente.

— Gracias cielo, por siempre confiar en mí, por motivarme a ser mejor, por ser la mujer perfecta, mi ángel.

— Te amo, y eso hace el amor.

—Bien, ¿vamos a cenar?, ya hay que alimentar a los niños — Marta llevaba entre sus brazos a una Emily ya dormida y cansada, mientras que a Eddy lo llevaba Stuard, su abuelo era feliz consintiendolos, y sería igual con todos los nietos que le dieran sus hijos.

—Sí, será mejor irnos, porque ellos deben estar muy cansados. — Luca se sacó las llaves de su camioneta, pero April lo detuvo.

—Amor lo mejor será que yo me vaya con ellos, en mi auto tengo las sillas para ellos. — Luca sonrió pícaro.

—Cariño, en el mío también está con sus sillitas, deberías guardar las tuyas en la cajuela, así pueden irse los demás en tu auto. — April sonrió y asintió

—De acuerdo, se giró y les dio las llaves de su auto a Gabriella.

Se fueron a los autos, donde pusieron a los niños en sus respectivas sillas, la nana se fue con ellos, los demás se fueron en el auto de April.

Luca manejo hasta el restaurante y en todo el camino fue agarrado de la mano de April, y le acariciaba el anillo, eso le hacía recordar que ella había dicho que si, por lo que de su rostro no quitaba la hermosa sonrisa que llevaba, April no dejaba de verlo, y sin poder evitarlo se echó a reír.

—¿Se pueda saber porque no dejas de sonreír? — Luca la miró de reojo, mientras llevaba la mano de April a su boca y depositó un beso en ella.

—¿No te parece suficiente el hecho de que vayas a ser mi esposa y estemos juntos toda la vida? —dijo con esa felicidad que no le cabía en el pecho.

—Solo espero que siempre tengas esa sonrisa.

—Si estás conmigo, la tendré siempre cariño.

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