QUIERO MÁS DE TI romance Capítulo 6

Luca despertó en su gran cama después del mediodía, claro que se fue durmiendo después de las 5 am, y tenía un dolor de cabeza que no se aguantaba ni solo.

Salió rumbo a la cocina, sólo con un pantalón pijama, tenía las cicatrices en las piernas, pero esas no le importaba. El cuerpo de Luca estaba muy bien trabajado, era lo único que hacía para tratar de sentirme bien con sigo mismo, su abdomen estaba perfectamente marcado.

Iba a prepararse algo para comer, pero antes que nada iba a tomarse dos ibuprofeno, no había pasado ni dos minutos de haber llegado a la cocina cuando Berny llegó.

—¿Quieres almorzar conmigo? ¿O ya has comido? — no lo había visto, pero ya lo había sentido, su guardaespaldas era el amigo más leal que podía tener. Terminó de buscar las pastillas, llenó un vaso con jugo de naranja, y de inmediato se las tomó. El jugo le refresco la garganta, luego se giró hacia Berny que seguía sin contestar. Lo vio algo tenso por lo que frunció el ceño. —¿Que pasa?

—Al parecer la “Señorita” Leticia Jones llegó ayer al departamento suyo, y al no haber nadie para recibirla armó un escándalo poniendo mal su nombre.

—¡Maldita loca!

—Luca, se que soy solo un empleado, pero, ¿hasta cuando va a soportar a esa víbora? Usted es un buen hombre, sabe que mi esposa Ana lo quiere mucho, al igual que su familia, así mismo llegará una mujer que lo ame tal y cual es. — Luca rió amargamente.

—Eres más que un empleado y lo sabes, eres uno de mis pocos amigos.

Tienes razón, pero solo en una cosa y es que tengo que cortar de raíz lo que tengo con ese parásito. En cuanto lo otro, Berny seamos sinceros, nunca ninguna mujer se va a fijar en mí.

—No lo creo así, hay muchas mujeres que se fijan en los sentimientos de la gente, en cómo son realmente y no en lo físico

—Pues Dios te escuche, y en verdad me mande esa mujer para mí. Aunque la verdad yo no quiero sufrir también por amor, por eso mejor no quiero a nadie, mejor vivir como vivo.

Berny puso los ojos en blanco, definitivamente su jefe era terco.

Luca hizo almuerzo para ambos, tuvo dos grandes profesoras que le enseñaron el mundo gastronómico, su madre y Ana y la verdad lo agradecería eternamente.

Cuándo estaba terminando de comer, su celular sonó, al mirar que era su madre quién llamaba, contestó de inmediato.

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