Romance Prohibido romance Capítulo 18

Michael estaba llamando insistentemente, y aunque la llamada caía, él volvía a enviar la llamada, haciéndole saber que no desistiría hasta que ella contestara.

Ellie giró rápidamente mientras buscaba una manera de hablar sin que Dereck no la escuchara, pero sería demasiado evidente.

—Puedes responder, estaré en silencio ¿de acuerdo?

Ellie asintió y pasó un trago duro mientras deslizó la llamada y colocó el auricular en su oído.

—Michael… —dijo tratando de parecer normal, pero su voz se había quebrado con mucha evidencia y cerró los ojos llevando las yemas de sus dedos a la sien.

—¿Dónde estás? —esa fue la contestación de su marido.

Ellie llevó los ojos nuevamente hacia Dereck mientras sus labios temblaron.

—Estoy en un bodegón cerca de Midtown… el que…

—¡¿Por qué mierdas estás allá?! —gritó interrumpiéndola, aunque Ellie pensó esconder el auricular, Dereck pudo escuchar el grito, pero disimuló muy bien para no colocar incomoda a Elizabeth, y sobre todo para saber qué tenía para decir su marido.

—Michael, hablaremos en casa ¿de acuerdo?

—No te atrevas a colgarme, Elizabeth, ¿Qué pretendes? ¿Qué toda la ciudad sepa que andas paseando con tu nuevo jefe?, ¿acaso pensaste en cómo me veré frente a la gente? ¡No soy un idiota, Maldita sea!

La mano de Elizabeth apretó el teléfono mientras su respiración se aceleraba.

—Esto es trabajo, no entiendo por qué motivo estás de este modo.

Escuchó como su esposo soltó una risa, pero ella sabía muy bien a que se debía su gesto. Estaba loco de ira, y ahora estaba pensando en cómo podría lidiar con ese hombre de nuevo.

—Elizabeth… escúchame bien… esto no se quedará así, esto…

En cuestión de segundos, Ellie sintió como su teléfono fue arrancado de su oreja, y pudo divisar de forma incrédula en como Dereck colgaba la llamada.

¿Acaso se había vuelto loco?

—¿Qué haces?

El hombre terminó por apagar su teléfono y luego lo metió en su bolso.

—Deberás perdonarme una y otra vez, pero no pude evitar escuchar, y si va a seguir insultándote ¿para qué seguir escuchando? De igual forma tendrás un problema ¿no? ¿Qué te parece si hablo con él? Si le explicamos que esto se trata este trabajo, parece que no lo ha entendido…

Elizabeth abrió más sus ojos quedándose sin palabras.

—¿Hablas en serio? No conoces a Michael…

—Elizabeth, olvídate de que él estará molesto todo el tiempo, vamos a hacer nuestro trabajo y llega a tu casa como cualquier otro día, igual no has hecho algo malo ¿no es así? No debes temer por todas tus acciones, no puedes vivir de esa forma.

Ellie alzó sus hombros y luego asintió aún sin saber por qué estaba haciendo caso.

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