Romance Prohibido romance Capítulo 20

A la mañana siguiente, Ellie llegó un poco más tarde de lo que acostumbraba, cuando el ascensor se abrió ante sus ojos, vio un mar de gente que no conocía moviéndose en la planta hacia todos lados.

Dio unos pasos para salir mientras las puertas se cerraron detrás de ella. Entonces caminó un poco insegura apretando su maletín, a la vez que las demás personas realizaban sus tareas sin notar su presencia.

Cuando estuvo llegando a su oficina, y la de Hunter, notó que no había nadie dentro y se preguntó dónde estaba el hombre que estaba dispuesta a ignorar de ahora en adelante; sin embargo, todos sus pensamientos quedaron reducidos cuando una chica peli roja se interpuso en su camino con una enorme sonrisa en la boca.

—Buen día, señorita, Elizabeth —Ella retrocedió un paso en la extrañeza y confusión, porque la mujer que estaba frente a ella parecía conocerla.

—Buenos días….

—Soy Claire Jonás, estoy aquí para servirle… bueno, a usted y al señor Hunter. Seré su asistente mientras trabaje en este lugar.

Ellie asintió, pero antes de decir algo la chica volvió a inundarla de información mientras se disponía a caminar en dirección de la oficina, instándola a que le siguiera.

—El señor Hunter, llegará un poco tarde… —una especie de desánimo la invadió al saber dicha situación, pero se repuso rápidamente cuando la chica se detuvo en mitad de la oficina—. Pero me dejó todas estas carpetas, me ordenó que le dijera que las revisara.

Claire caminó un poco más y puso las carpetas encima de su oficina y luego volvió a su lugar.

—Muchas gracias, Claire —repuso Ellie con una sonrisa—. Cualquier cosa te llamaré.

La chica asintió y comenzó a salir de la oficina, pero Elizabeth no pudo mantener la pregunta más en su boca.

—Disculpa… ¿Sabe por qué el señor Hunter…?

—Por supuesto, lo sé —Claire no la dejó terminar—. De hecho, me especificó que, si usted preguntaba, le dijera que andaba con la señorita Hanje, ya que pronto se publicarán los anuncios.

Ellie arrugó su ceño sin saber quién era esa persona.

—¿Quién es Hanje?

—¡Oh lo siento!, me refiero a la señorita Stephanie, nuestra publicista. Ella maneja todo lo referente a las redes, etiqueta y Marketing.

—Entiendo —Ellie asintió—. Muchas gracias, ahora trabajaré.

La chica le pasó una gran sonrisa, y antes de irse le ofreció un café que Ellie aceptó de inmediato.

En cuestión de minutos se fue a su oficina mientras revisaba en detalle algunos presupuestos que estaban de ejemplo en cada papel.

Allí estaba su esquema junto con otro diseño dibujado en forma de ejemplo, los datos que fueron recabados el día anterior también se veían reflejados en detalle con una especie de tabla comparativa para obtener varios resultados a la vez. Ellie se sorprendió mucho al ver que Dereck no perdía el tiempo. Parecía una máquina de trabajo por los detalles que le había dejado en esos papeles, y aunque ella estaba acostumbrada a las estadísticas le parecía que la forma en la que trabajaba Hunter, era una forma muy limpia y sobre todo especifica.

Trató de hacer algunas tablas y pasar la mayor cantidad de información en la computadora, y agregó algunos detalles que tenía en su cabeza desde que su idea recobró sentido. Tomó todo el café que Claire le había traído y de vez en cuando se había levantado para hacer un recorrido y así estirar sus piernas.

Sin embargo, siempre y cada nada miraba el reloj cuando vio que el medio día se había acercado y Hunter no aparecía.

Pero ¿Qué pretendía ella? ¿Qué estuviera todos los días y toda la jornada cerca de ella?

Sí, sí, y sí, a pesar de la decisión que tomó para tratar de manejar ese asunto de forma neutra, esa voz resonaba en su cabeza una y otra vez, podía aún escuchar cuando Dereck le asomó la posibilidad de ser su amigo.

Ayer le había quedado claro que ella no tenía amigos. Y sí, tenía muchos mensajes en su bandeja de chat, todos provenientes de sus amigas, y todas estaban preguntando y haciendo insinuaciones de lo que Kiara evidenció por la tarde cuando la encontró junto a Dereck, estaba segura de que si no hubiese sido por ese hombre ella estuviese más destruida de lo que aparentaba, entonces ¿Por qué debía eliminar a la única persona que estaba entendiéndola en este momento?

¡Porque ese hombre te gusta!, respondió su mente nuevamente acusándola.

—Pero él no lo sabe, y tampoco lo sabrá —se dijo como si estuviese discutiendo con ella misma.

Apretó sus ojos y volvió a ver la hora, entonces se levantó de nuevo, mientras vio entre el vidrió que la mayoría de empleados estaban saliendo a su hora de descanso.

Caminó hacia la ventana grande que era toda una pared y divisó la ciudad radiante y luminosa. No supo cuánto tiempo se quedó mirando sin sentido, cuando el repique de su teléfono comenzó a sonar insistentemente.

Cuando llegó al escritorio, vio que el contacto que aparecía en la pantalla era su padre y tomó la llamada de inmediato.

—¿Papá?

—Ellie, ¿Cómo estás, hija?

La chica se sentó mientras dio la vuelta en su silla.

—Creo que estoy en hora de descanso, tú, ¿cómo estás?

—Bien, ahora estoy arreglando una maleta, iré a Texas este fin de semana. Dereck me llamó esta mañana para que fuera preparando los depósitos allá, y buscar el personal requerido para las nuevas técnicas de recolección.

—Sabes que puedes enviar a alguien, ¿Por qué quieres hacer este trabajo rudo?

Pero Ellie escuchó como su padre soltó unas risas.

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