Romance Prohibido romance Capítulo 21

Dereck estaba realmente frustrado, y mirándola dijo:

—Dios… —las palabras le salieron solas, llevó sus dedos a los ojos y los apretó mientras un suspiro salía de él.

Elizabeth vio el cambio repentino, evidenció como Dereck se estremecía por alguna situación y su mente comenzó a joderse en ella.

Lo has hastiado, una voz gritó dentro y sintió el estómago revolverse.

—Yo… no quiero molestarlo… no es mi intensión que… —ella soltó sus manos, pero de un momento a otro, Dereck tomó su muñeca enredando sus dedos alrededor de esta.

—¿Qué ocurre? —la pregunta fue tan íntima, y su proximidad era tanta que Ellie se quedó sin aliento y sin pensamientos—. ¿Por qué el cambio repentino? —le escuchó preguntar de nuevo mientras su corazón saltaba agitado dentro de su pecho.

Ella negó varias veces.

—Dereck —el aliento de la chica golpeó su rostro y allí nuevamente estaba su deseo encendido—. Escucha… tengo muchos problemas, eso es conocido por ti, no quiero venir aquí a inundarte con ellos, no es ético ni mucho menos moral. No está bien que tengas que perder el tiempo preocupándote por mí, no me conoces…

Hunter asintió, pero aún mantuvo su agarre.

—¿He hecho algo qué te ha incomodado? —la pregunta solo hizo sentir peor a Elizabeth.

Entonces negó nuevamente mientras sus ojos se cerraron.

—Elizabeth… —ella se esforzó por abrir nuevamente los ojos y centró su mirada en ese color negro intenso que menguó toda su rabia—. Quizás tengas razón, no conozco nada sobre ti… pero, incluso así, puedo estar seguro de que sé más verdades sobre ti que ninguna otra persona.

Ella abrió más sus ojos con impactos en su piel por esas palabras.

Cuando vio la intensidad en los ojos de Dereck, deslizó su mirada a su muñeca y se zafó de ella en el instante.

—No sabes lo que estás diciendo —refutó ella, y Dereck vio que volvía el enojo.

—¿Por qué estás tan enojada conmigo? —preguntó sin dejar que su expresión fuese dura.

—¡No estoy enojada contigo! —la voz de Ellie fue más ruda que lo que quiso soltar—. ¡Estoy enojada conmigo misma! Yo… —la chica se apartó y luego caminó por el espacio reducido mientras llevaba la mano a su cabello para apartarlo de su cara—. No es correcto lo que hago Dereck, no puedo pretender venir a soltarme contigo como si fuese una normalidad, somos unos extraños, ¿lo entiendes?, yo tengo un esposo, independientemente de lo que haya en el asunto, lo tengo. Y tú… tú estás aquí, pero un día vas a irte de esta ciudad, y las cosas volverán a ser como antes…

Dereck no estaba entendiendo muy bien lo que ella estaba tratando de decir, la mujer era un enredo de emociones, parecía que todo iba a estallar de frente a él, y su corazón latió como nunca cuando pudo evidenciar que ella temía que él se fuera de ese lugar, tenía miedo de soltarse para quedar en la nada.

Y era una mierda pensar en eso. Porque ¿Qué posibilidad había para ellos?, no había ninguna posibilidad, no existía un veremos, un mañana o un posible entre los dos.

Su garganta se apretó tan duro, a pesar de que le daba igual lo que alguien pensara sobre lo que sentía, muy en el fondo supo que todos teníamos algo que nos decía cuando las cosas definitivamente no estaban bien. Sabía que Elizabeth lo tenía en exceso, y por eso se reprimía por cualquier acción que ejecutaba, su vida era solo una limitación constante, un cuadro que, al tocar sus líneas para salir, la hería profundamente, y comprendía que para ella todo era un NO gigante que acabaría con su vida en cualquier momento.

Sin embargo, dentro de toda su confusión y de todas sus palabras inestables, supo que ella solo tenía miedo de que su mínima relación laboral, extendida un poco hacia lo personal, se acabara.

—Te entiendo perfectamente —Dereck soltó de repente sin saber por qué estaba diciendo lo que pensaba. Todo se iría a la mierda, todo se jodería, estaba seguro de que este era el inicio de una gran locura, pero se odiaría a sí mismo si esta vez no era sincero.

—No me entiendes, créeme —Ellie dijo bajo, mientras él soltó el aire para tratar de aliviar la tensión de su cuerpo.

Hunter nuevamente fue hasta su mano y la tomó.

—Salgamos a la terraza…

Ellie sintió el halón delicado y viendo todas sus cosas en la mesa, las perdió cuando Dereck comenzó a caminar.

En un minuto llegaron al lugar, para cuando pasaron, el viento alivió la temperatura de su cuerpo y evidenció como Hunter se devolvió y le puso seguro a la puerta.

—Déjame hacer una llamada para que nos traigan algo de comer —él dijo sacando su teléfono, pero vio como Ellie negó varias veces.

—No tengo hambre.

—Aun así, comerás, tendremos mucho trabajo por la tarde.

Ellie frunció su ceño, a pesar de que no era un hombre que imponía, tenía una autoridad que hacía que la gente le obedeciera. Porque no todo el que gritaba y hacia callar a las personas alrededor tenía la suficiente firmeza como para intimidar a alguien.

La chica caminó hasta la baranda principal mientras escuchó como Dereck ordenaba comida, puso sus manos en la madera, y aspiró el aire mientras el viento golpeaba su rostro.

Estaba tan perdida, por más que giraba hacia un lugar buscando una salida, no había un descanso para ella. ¿Cómo iba a poder llevar en sus hombros el plan de Michael junto a su padre, donde prácticamente estafaría a Dereck? ¿Qué iba a hacer con todo lo que sentía dentro? ¿Qué haría con esa fuerza que la arrastraba hacia ese hombre?

Él le gustaba, debía aceptarlo, se sentía cautivada de una forma impresionante por Hunter; podía tocar la intensidad que emanaba su cuerpo cuando se acercaba a unos pocos centímetros de distancia, entendía que había algo más en él que la atraía con fuerza. Podía jurar que no solo era su físico, Dereck era el hombre que cualquier mujer podría desear si hablaban de su aspecto, pero de algún modo, ella estaba prendida en su persona; en como él era, en como hablaba, como la trataba, en cómo podía olvidar toda su vida en un instante cuando él estaba presente frente a ella.

Resopló varias veces.

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