Romance Prohibido romance Capítulo 33

Ellie estaba tecleando en su computadora, mientras de vez en cuando levantaba la mirada hacia Dereck que estaba a unos siete metros de ella, revisando una por una las carpetas que Carter le estaba pasando para firmar. Junto a ellos, por supuesto estaba Stephanie, dándole un informe completo de todos los asuntos terminados que tenía su empresa. Ellie estaba escuchando incluso fondos que a ella no le competían, negocios de Hunter que estaban fuera de la firma de su padre, y que por lo que escuchaba, estaban yendo muy bien.

Los ojos de Dereck se alzaron tomándola desprevenida, y conectando la mirada con la de ella en cuestión de segundos. Ellie sintió como el calor golpeó su cuerpo y quitó la mirada rápidamente, para continuar con el informe que estaba redactando para él.

Habían pasado cinco días desde que estuvieron en su hotel. Parecía que cada vez que abría los ojos podía ver las imágenes claras en su mente, literalmente para ella era como si las cosas hubiesen sucedido unas horas antes.

No podía negar que todo cambió mucho desde el momento que se unió a otro hombre, si era sincera con ella misma, podía describir toda la situación en una sola palabra:

“Nostalgia”

Ella estaba experimentando una felicidad irremediable, no lo dudaba, estar al lado de Dereck la mayor parte del día, era como cargar con una adrenalina constante en su cuerpo, y eso sumado a la confianza que le hacía sentir con todo lo que él era, y con todo lo que representaba.

Pero al llegar a su casa, y pretender solo mirar a Michael a la cara, le hacía sentir como una cualquiera, le hacía igualarse a su altura, literalmente Ellie se sentía como una ramera. Y cargar con todas esas emociones juntas, y todos los días de la vida, era realmente agotador.

Solo de una cosa estaba segura, no daría un paso atrás. Buscaría su divorcio a como dé lugar, buscaría la forma de recuperarse ella misma y despertar de la pesadilla, en la cual había quedado atrapada durante todo este tiempo.

No sería fácil levantar la cara y enfrentar todo este dilema, muchas cosas caerían sobre ella, y muchas personas, que aún no sabía si estarían de su lado. Por lo tanto, aunque quería negarlo, tenía miedo, sentía aún el temor en sus entrañas, y cuando trataba de sacudirse un poco del enredo que tenía con Dereck, todos esos jodidos pensamientos venían a ella una y otra vez, queriendo atormentarla sin misericordia.

Miró la hora de la pantalla, faltaba una hora. En ese tiempo un abogado, del que Dereck le había hablado durante toda la semana, llegaría a esta oficina y hablaría con ambos, sobre todo lo que debían hacer para colocar el proceso en marcha. Y el solo saber que iba a dar ese paso tan enorme, sin que sus padres, ni Michael lo supieran, hacía que su corazón se volviera un zumbido.

Miró su dedo anular, sin el anillo que ella acostumbraba usar. Una sombra blanca podía verse allí en su piel, representando que el objeto había estado por mucho tiempo. Ella se lo había quitado el domingo por la noche cuando llegó a su casa, el hecho de despegarlo de su piel, aunque parecía tonto, le había quebrado un poco el espíritu; porque una mujer sabía que, aunque todo su matrimonio había sido una completa mierda, el tiempo y los momentos que se perdieron jamás se recuperarían, con nada de lo que pasara.

Ellie guardó el documento que estaba elaborando para la semana siguiente, porque en una semana, ellos se estarían reuniendo para presentar los avances del proyecto en la empresa de su padre, junto con todos aquellos que quisieran estar presentes. Aún no sabía cuál era el objetivo, ya que solo con dar la información a Jarod sería suficiente, pero ya que Dereck dijo que esto frenaría la idea de la estafa, ella le había seguido la orden al pie de la letra.

La chica bajó la tapa de su laptop, tomó su móvil y caminó por la oficina tratando de no interrumpir la reunión, y poder pasar a la terraza.

Sin embargo, a mitad de camino, fue interrumpida por Hunter.

—¿Te vas?

Carter y Stephanie alzaron los rostros viendo de Dereck hacia Ellie. Y ella solo pudo negar rápido, tratando de inmiscuirse para poder llamar a su padre. En toda la semana había sido imposible.

—Voy a la terraza un momento. Debo hablar con mi padre.

Dereck se levantó de golpe, le hizo una seña a Carter y caminó hacia ella de forma rápida.

—Te acompaño, debo pedirle algo a Claire.

Después de que tomó su codo, Ellie caminó con él, evidenciando que la mujer que se quedaba con Carter le dijo algo bajo, mientras levantaba la ceja.

Ellos estaban a punto de pasar el pasillo, donde debían separarse, ya que Dereck iría a donde su secretaria y ella a la terraza, pero, justo cuando la chica iba a darle una sonrisa de despedida, Hunter empujó un poco su cuerpo, entró a la terraza y cerró la puerta colocándola a ella contra la misma.

Sus besos fueron arrancados por la boca del hombre, y un segundo después, pudo sentir como su lengua se deslizaba por la suya. El cuerpo de Dereck se le juntó al suyo y con sus brazos la apretó tan fuerte que ella sintió absolutamente todo de él.

Sus besos fueron exigentes, y aunque les faltaba el aliento, ninguno decidió despegarse del otro, porque sencillamente se perdían después de que su tacto hacía contacto con su piel.

Ellie no supo por cuanto tiempo permanecieron así, su cuerpo ya estaba desequilibrado cuando la boca de Dereck se despegó, y ni siquiera quiso abrir los ojos cuando sintió su frente en la de ella, y el aliento en su cara acelerado.

—Después de que salgamos con el abogado, tu jefe te dará la tarde libre.

Ellie sonrió mientras negaba.

—¿Qué se supone que haga por la tarde?

—Tu jefe te mostrará la casa que ya compró, aunque ya la has visto…

Ella abrió los ojos, mientras su sonrisa se abrió más.

—¿Ya es tuya? —La pregunta de Ellie hizo que Hunter ladeara la cabeza.

—También puede ser tuya, depende de cómo se porte, señora Morgan.

Ellie no quería tomar las palabras de Dereck en serio, cuando se trataba de temas como ese, ella lo hacía entrar en un filtro que tenía preparado en su cabeza, y luego se las tragaba de una forma básica. Debía repetirse todos los días, que él era un ángel que estaba aquí para ayudarla, y que con cada segundo que pasara junto a él, aprovecharía al máximo.

No podía depositar sus sentimientos en él. No podía entregarse completamente, ella no podía hacerlo más nunca en su vida, porque ni siquiera sabía si quedaría un pedazo de ella que valiera la pena cuando saliera de toda su miseria. No estaba completa, no estaba apta, no podía enamorarse. Y no debía permitirlo.

—¿Qué pasó? —La voz de Dereck la hizo parpadear y forjó otra sonrisa para él tomando sus mejillas.

—No puede ser mucho tiempo, necesito ir a la casa de mi padre, porque puede que llegue hoy muy entrada la noche.

Hunter frunció el ceño.

—¿Y por qué necesitas que no esté en casa?

Ella abrió la boca, pero sus palabras nunca salieron. No quería compartir con nadie que buscaría información acerca de los documentos, que estaba firmando durante años pasados para su padre, sin saberlo. No quería insertar la duda en Dereck también, y que él desconfiara de Jarod teniendo una alianza tan importante. Sabía que resolvería todo, y que Michael estaba mintiendo, esto debía solucionarlo sola.

Elizabeth alzó la mirada y luego buscó las palabras de forma urgente.

—Hay… hay algo que tengo que hablar con mi madre… ya sabes, ella no puede decirme algunas cosas cuando está mi padre…

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