Romance Prohibido romance Capítulo 35

Elizabeth deslizó la mirada e hizo una seña imperceptible para que guardara la calma, entonces tomó el brazo de Michael y comenzó a caminar.

—Ven, vamos a la terraza…

—No —Ambos se dieron vuelta al escuchar la voz de Hunter—. Quédense aquí en la oficina, yo iré a fuera.

La chica podía ver que Dereck estaba furioso, y su mandíbula apretaba solo le dejaba claro que debía respirar aire fresco, o si no, le caería encima a su marido. Ella asintió, esperando verlo caminar para salir, pero sabía que nada bueno saldría de un momento como este.

—Señor Hunter —la voz de Michael sonó más fuerte de lo necesario, Dereck se frenó, y ella bajó la cabeza rogando que esto terminara—. No sé si, Ellie le hizo la invitación, pero ya que usted es nuestro salvador en los negocios… lo invito a nuestra celebración domingo por la tarde…

Las miradas de Ellie y Dereck se conectaron al instante, las pupilas del hombre se dilataron y sus ojos se volvieron más intensos. ¿Qué mierdas estaba pasando aquí?, pensó Hunter con dureza, mientras podía ver a Ellie temblar. Ahora estaba conociendo las facetas de las que tanto le habló Ellie sobre Michael. Y de cierta forma, también temió porque ella siguiera viviendo en esa casa sola con él.

Los ojos nublados de la chica hicieron que tratara de acompasar su respirar, mientras todo su cuerpo era una sola tensión. Pasó un trago por su garganta y dio dos pasos adelante.

—No, Ellie no me ha dicho nada, ¿Cuál celebración? —con todo el propósito llamó a la chica de forma íntima, porque, aunque fuese de forma secreta, quería hacerle ver al pendejo que él estaba involucrado, y que, ella no estaría más nunca indefensa.

Michael hizo una mueca entre disgusto y disimulo, y luego se puso derecho mirando de forma retadora.

—¿Ellie?, ok, es muy amena la confianza —dijo rascándose el cuello y después de pasar una mirada dura en Elizabeth, fue hasta el hombre de nuevo—. Puede que mi esposita haya estado muy ocupada, o tal vez no lo considera muy cercano… ¡Pero no prestes atención!, ni te sientas ofendido, ella suele olvidar rápido…

No podía más con esto, ¡Iba a matarlo! ¡Lo haría!

—Michael, de verdad tenemos que hacer muchas cosas… —Intervino Ellie de nuevo muy asustada.

—¡Oh si lo siento! —Michael se disculpó con una sonrisa—. Bueno señor Hunter, lo esperamos, el domingo celebraremos nuestros 4 años de casados. ¡4 años felices! —dijo llevando la mano sana de Ellie a su boca y besándola con pasión.

Elizabeth vio como Dereck le dio una última mirada, y sin responder, se fue de la oficina. Su corazón estaba oprimido; por la presión, por la situación, y por ver que este hombre solo quería joderse cada vez en ella. De inmediato se despegó de su cercanía y se esforzó por mantenerse tan dura como pudiese, aunque toda ella estaba temblando de pies a cabeza.

Quería salir de allí e ir donde estaba Dereck y abrazarlo con fuerza, quería tener la libertad de olvidarse por completo que aún tenía que asumir un papel, y que aún faltaba tiempo por despedirse de este hombre que parecía un monstruo.

—No había necesidad de mentir —dijo ella caminando hacia la pared de vidrio, que daba a la ciudad entera.

—¿Por qué dices que miento?

Ellie se giró totalmente enojada.

—Sí, vamos a celebrar Elizabeth, te lo dije, y ya que no tuviste la decencia de contribuir en nuestro aniversario, me tomé el derecho de hacer todo. Así que sí, ocurrirá.

Ellie recordó las palabras de su padre y conectó todo. Michael no estaba mintiendo, y eso le creó más incertidumbre, ¿hasta dónde llegaría este hombre?

—¿Te das cuenta de lo que estamos haciendo? —preguntó ella con incredulidad—. ¿Has olvidado lo que te dije hace unos días? ¿Has olvidado todo lo que ha pasado? ¡Michael, esto no funciona!

El hombre transformó su rostro y de varias zancadas fue hasta su lugar.

—Entonces haremos que funcione. Pero te juro, la posibilidad de estar sin ti, no existe para mí.

La chica lo miró con horror.

—¿Y para qué?, ¿te gusta agredirme? ¿Es esa tu manera de demostrar el amor que se te sale por los poros? ¡No más Michael! ¡He dicho que no! —la respiración de Ellie estaba acelerada, y más por ver la tranquilidad de su esposo después de que le dio la información.

El hombre llevó la mano a sus mejillas y acarició su piel. El cuerpo de Ellie repudió la acción de inmediato, y se apartó de su lado.

—Ellie… —dijo Michael suavemente, pero ella pudo escucharlo—. Yo preferiría destruir todo a mi alrededor si tú te apartas de mi lado…

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Dereck al escuchar de forma sigilosa, las palabras que el hombre estaba lanzando hacia Elizabeth.

Amenazas… ahora podía evidenciar en carne propia la habilidad que utilizaba para manipularla, y viendo el reloj, no le quedó de otra que apresurar a Connor, porque pondría su plan en Michael a partir de ahora.

Era un poco extraño para Dereck encontrarse solo en esa casa tan grande, y aunque estaba acostumbrado a la soledad, el aroma que Ellie había dejado en su nueva cama, lo volvía a irritar mientras su cabeza daba vueltas.

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había llamado a Connor, y a última instancia, su amigo le había dejado un mensaje informándole que, por la noche, le haría una llamada y que tendría resultados satisfactorios.

Estaba completamente ansioso por leer todo lo que tenía por recibir, deseaba con toda su alma que estas cosas tuvieran un punto de equilibrio, no solo para Ellie que tanto lo necesitaba, sino para él mismo. Porque la escena de la tarde con el hombre en su oficina, amenazando abiertamente a Elizabeth, estaban por hacerlo perder el control, eso sumado a las ganas que tenía por colocar las manos sobre él, y por destruirlo.

Después de que el tipo saliera de la oficina, no tardó un segundo en ir por Ellie y llevarla a su casa, meterla en la regadera y limpiar hasta la última huella que ese hombre le había dejado en la piel. Le fastidiaba en exceso que la tocara, repudiaba la forma en que la miraba; no podía soportar como el hombre se sentía con el derecho de dominarla, y de poseerla, porque sencillamente ella ya no era suya, no lo era, y de ahora en adelante haría cualquier cosa para que ni siquiera su aliento tocara los cabellos de Elizabeth.

Decidido se levantó, y fue a la ducha mientras las palabras de Michael volvían a su mente. Ahora que pensaba todo con cabeza fría, podía sacar mayor provecho de esa situación, y aunque ni siquiera podía imaginarse como sería aquella mierda de celebración, pensó que lo mejor para todos, sería que él no estuviese presente.

No quería hacer sentir mal a Ellie, ya era suficiente con toda la presión que tenía que soportar, y principalmente él no lo resistiría.

Hunter estaba terminando su cena, cuando escuchó el timbre resonar por todo el amplio espacio, ladeo la boca, y negó varias veces. Carter definitivamente parecía su sombra, y sabía exactamente por qué había llegado a esta hora.

Puso los platos en la cocina, y luego se lavó las manos para luego tomar una toalla y secarse. Caminó hacia la puerta, y encontró a su amigo de pie con una expresión en su rostro de cansancio.

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