Romance Prohibido romance Capítulo 8

La mirada perpleja de Elizabeth se alzó hacia Dereck, su forma de hablar parecía como si pudiese mandar en ella. El ceño de Michael se intensificó y Carter no tuvo otra opción que pisar de forma ruda a Dereck por debajo de la mesa.

—Yo… ustedes… —¡¿Qué mierdas le estaba pasando?!, Ellie se dio varias cachetadas mentales, todo se estaba yendo al traste, y estaba segura de que tendría un problema mayor después de que saliera de esta oficina.

¿Cómo iba a explicarle a su esposo su nerviosismo? ¿Cómo defendería la reacción de su cuerpo y la forma de actuar como una adolescente?, ella estaba totalmente perdida, si no era que ese hombre que la taladraba ahora con rabia en su mirada, no la volvía loca antes.

—Es imposible que se vaya, usted es el centro de este proyecto, nada se puede hacer sin usted Elizabeth…

Jarod observó a Dereck detenidamente mientras que la mandíbula de Michael temblaba. No había otra opción que seguir esta reunión sin Michael.

—Michael, hablaremos después, por favor sal…

La mirada de Hansen se oscureció de una forma peligrosa. Miró a su esposa, pero esta no devolvió el gesto, sino que se quedó estática con la mirada en sus manos. La tensión era angustiante para ella. Y solo supo que su marido ya no estaba en la sala cuando las puertas corredizas se cerraron.

Debía levantar la cabeza, debía hacer frente a todo lo que ella misma había generado, esto significaba trabajo, y estaba más que obligada a seguirlo y ser muy profesional de ahora en adelante.

—Bien, Dereck, me disculpo por el inconveniente. Sin socios, solo seremos tú y yo, así que pongamos los puntos sobre la mesa…

Ellie levantó la mirada después de un gran esfuerzo, y luego vio como Dereck no esperó un segundo para posicionarse en ella respondiendo a su padre sin alejar sus ojos por ningún segundo.

—Bien dices Jarod, será solo tu firma y la mía, dejando claro, por supuesto, que Elizabeth trabajará de la mano conmigo… Y… señora, Hansen —Dereck hizo una pausa haciendo que Ellie lo mirara con temor—. Yo trabajo duro, insistentemente y de forma constante, espero que, usted no tenga algún problema con eso…

*

Ellie puso las manos en su cara y soltó todo el aire de sus pulmones en cuanto las puertas corredizas volvieron a cerrarse.

Su cuerpo estaba estresado y se sentía cansada en extremo. Literalmente toda la tensión había aplastado su piel y podía sentir los moretones invisibles que toda esta situación había dejado.

Pasó las manos por su cabello varias veces y luego giró hacia su padre.

Jarod estaba pensativo, con las manos unidas, y con el ceño fruncido.

—Papá…

Su padre alzó la palma.

—Hablaré con Michael. Esto es trabajo, lo va a entender.

Ellie negó totalmente aterrada. No podía decir que conocía totalmente a su esposo, pero estaba segura de que nada de esto iba a gustarle. Sabía lo posesivo que era Michael, él no era genuino en cuanto a su felicidad, pero de alguna forma necesitaba tener el control para con ella, y lo que se avecinaba no sería grato para él.

—Pensará que…

—No tendrá que pensar nada, esto le enseñará a asumir responsabilidades, a despertar de la nube en la que se encuentra. Esto no es un juego Elizabeth —dijo su padre como si la rabia lo hubiese tomado desprevenido—. Nuestra empresa iba directamente a la ruina, y nadie estaba haciendo nada para ello.

Ellie sintió un poco más de confianza por su tono. La realidad volvía a tomar su mente. Y, sí, esto era totalmente un trabajo, uno que debía inyectárselo todas las mañanas cada vez que se dirigiera a… ese edificio, donde sería su nuevo lugar de trabajo.

—¿Qué pasará con mi trabajo aquí? —Preguntó Elizabeth tratando de poner orden a sus pensamientos.

—Buscaremos a alguien más, alguien de confianza, pero… tú seguirás estando al frente de las finanzas.

La chica abrió sus ojos de par en par, era demasiado trabajo y no estaba segura de que pudiese con todo a la vez.

—No me mires así —volvió a decir Jarod queriendo explicar—. Lo que quiero decir es que figurarás en el papeleo, no me atrevería a cambiar las partes legales, no confío tanto para hacerlo, además, mi firma ya estará comprometida con la de Hunter, y estoy convencido de que no permitirá un movimiento legal como ese.

Ellie asintió comprendiendo el punto de su padre.

—Podemos… Puedo pedirle al señor Hunter un día de la semana para venir a la empresa, no creo que tenga problema con eso —Dijo la chica mientras que Jarod asintió y luego sacó su teléfono celular confundiéndola un poco—. Michael… ven a la sala de juntas, ahora mismo.

El corazón de Elizabeth comenzó a dar galopes contra su pecho y sus manos temblaron un poco. Era tan humillante que su propio esposo en vez de crearle una emoción la hiciera temerlo.

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