¡Se busca un millonario! romance Capítulo 20

POV: Ashley.

Cuando el sol se dispone a salir, ya yo estoy terminando de desayunar. Mientras me como mis tostadas con aderezo, pienso en todo lo sucedido; me quedo absorta analizando cada detalle mientras miro hacia un punto cualquiera. Mastico con lentitud y cuando me acuerdo, le doy un sorbo a mi café; pero en realidad estoy demasiado lejos de aquí.

—Buenos días —escucho la voz de mi madre y me exalto, lo que provoca que la tostada me caiga sobre la blusa de algodón que llevo puesta.

«Mierda, ahora tengo que cambiarme», pienso y trato de limpiarlo.

—Lo siento, no pensé que te fueras a asustar —comenta mi madre, llegando a mi lado y dándome un beso en la cabeza. Yo sonrío amorosa al sentir su beso; es de las mejores cosas que sucede en mis mañanas.

—No te preocupes, igual no me convencía usar esta blusa hoy —farfullo, desestimando el percance.

Mi madre se aleja para prepararse una taza de café y cuando ya la tiene en sus manos, se sienta a mi lado. Inclina su cabeza hacia un lado, para ver detrás de mí. Frunce el ceño— ¿Y Steph?

Yo evito su mirada y tomo un sorbo de mi bebida, mientras pienso qué decirle a mi madre. No es mi intención que le tome mala voluntad a Steph por problemas que podamos tener entre nosotras.

—¿No vino ayer contigo? —insiste. No la miro, pero me imagino su expresión, extrañada y desconfiada.

Suspiro y dejo mi taza a un lado. Nunca he tenido secretos con mi madre y no pretendo comenzar hoy.

—Steph se quedó en la ciudad —susurro, sin dar muchas explicaciones. Tal vez mi madre quede satisfecha con esa respuesta.

Me quedo en silencio y ella tampoco habla, no pregunta nada. Levanto la cabeza y con la mayor normalidad que puedo mostrar, me atrevo a mirarla.

—¿Qué fue lo que pasó? —pregunta, con una de sus cejas enarcada. Se cruza de brazos y se recuesta a la silla, señal para que yo comience a hablar.

Suspiro y bajo la cabeza. Tomo una respiración profunda y le cuento todo; desde mi enamoramiento por William hasta lo sucedido en la cafetería. El trato hecho por ellos y las "buenas intenciones" detrás de un acto tan feo. Cuando termino de soltarlo todo, siento como si el peso sobre mis hombros fuera menor. Pude confesarle a mi madre mis reservas con el carácter de Steph, pero a la vez, los deseos de demostrarle a ella que sí existen personas que se preocupan y la quieren.

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